31 octubre 2009

GALIMATIAS: ¿EMPRESARIOS O EMPLEADOS?

En un artículo de La Nación (La fórmula contra el gremialismo empresarial – 30/10/2009) Jorge Oviedo recuerda que "en el último World Business Forum organizado por HSM, el tema apareció en el panel de CEO … Roberto Alvarez Roldán, de Accenture, (lamento) que no haya una voz empresarial coordinada para plantear estas visiones a las autoridades." Y señala que "Lo que parece haber faltado es el gremialismo empresarial. ¿Por qué?"

El empresario, más allá de su tamaño, origen y sector es, como ya lo definiera François Quesnay en el TABLEAU ÉCONOMIQUE , genera una acción básica, deliberada y específica que lo define: la anticipación del capital, expresada tanto en la provisión de las máquinas, equipos y edificios como en el pago de los salarios, la provisión de los insumos y materias primas y, el pago anticipado de las impuestos y cargas públicas, entre otras cosas.

Simultáneamente, se debe mantener una disponibilidad de capital capaz de hacer sostenible el proceso de "anticipación-percepción de los resultados" hasta tanto se complete el ciclo del producto que no sólo es la producción en si misma como proceso sino que se completa con la distribución, comercialización y solicitud de reposición.

En el desarrollo de todas las vicisitudes entre uno y otro extremo, el empresario asume compromisos, enfrenta responsabilidades y expresa sus limitaciones o fortalezas, enfrenta la competencia de otros empresarios, enfrenta las restricciones más allá de donde provengan y acepta los desafíos, imagina modos de mejorar sus métodos y productos, incentiva la innovación, propone nuevos diseños y se muestra activo en las mejoras de las capacidades de quienes participan de los procesos productivos y se involucra en el desarrollo institucional tanto del sector al que pertenece como de la organización social de la que forma parte en sus diversos niveles.

Pero la definición general del acontecer empresario, debe ser puesta a la luz de su tamaño.

Los Pequeños y Medianos Empresarios que conforman el "núcleo duro" de la sustentabilidad de cualesquiera sea el modelo de acumulación de capital que se diseñe y ejecute recorren, agregan a los avatares descriptos tanto la falta de comprensión, como la discriminación deliberada de quienes deberían al menos escucharlo.

Pongamos un par de ejemplos de última hora.

En el transcurso del conflicto de Kraft los trabajadores pudieron expresar, mediante todo tipo de metodologías, sus problemas. La propia Empresa encontró hasta el apoyo de la Embajada de su país y la cuestión tuvo rango de problema de Estado. No existió ni un medio de comunicación, ni un funcionario público de último rango ni un dirigente político aspirante a conducir los destinos de la nación que expresara al menos un mínima preocupación por las denominadas PYME proveedoras que estuvieron durante esos meses sin posibilidad de "proveer" nada.

Los medios reflejaron los discursos volcados en el último Coloquio de IDEA como si éstos fueran "la biblia" del porvenir económico de la Argentina. No importa si la realidad a describir habrá de ser mejor o peor. Lo cierto es que un "grupo de empleados calificados" asumiendo la representación de empresas cuyo centro de decisión no esta en estas playas se erigió en gurúes omniscientes capaces de dictar la bula que describe y determina nuestro destino. Una cosa es cierta. No eran, ni tienen capacidades para serlo, empresarios.

Sólo horas más tarde, pero ahora reunidos en concilio, los "grupos de empleados calificados" resolvieron que "juntos pueden más" y predicaron sobre nuestro destino.

Es más que evidente, entonces, que la denominación de "empresarios" con la que algunos periodistas engalanan a algunos gerentes, es decir empleados al fin incapaces de asumir riesgo alguno y como señala el propio editorialista ,de modo obvio, fáciles de conducir tanto por el "matrimonio K" como por todos los gobiernos sean del signo que sea e independientemente de la legitimidad que éstos detenten, es no sólo un error conceptual sino una falsedad con fundamento ideológico.

Los Empresarios que como dice la acepción de la Real Academia Española, son los "patronos que pagan salarios" (no que lo cobran independientemente de cómo sea la forma de cobro) no resultan sumisos ni son fáciles de convencer cuando se los pretende adular con edulcorados discursos.

Tal vez por falta de tiempo –o porque las expresiones de los Empresarios no le importan - el Sr Oviedo no leyó las posiciones de las PYME con criticas muy específicas y justificadas a la "Ley de Medios" por el impacto destructivo que tenia sobre las PYME sectoriales y por las implicancias institucionales.

Las PYME disponen de adecuadas representaciones gremiales que en más de una oportunidad han hecho conocer sus reclamos, más allá del color político o del nombre. Para resolver los problemas, para dar respuesta a las demandas no se requiere el estruendo o la banalización mediática.

Se requieren políticas de desarrollo inclusivas, consistentes y sustentables que reconozcan el rol estratégico de los Empresarios Pequeños y Medianos y se necesita de la responsabilidad de los medios de comunicación y de los profesionales de ésos medios para evitar perder objetividad y quedar expuestos a una mera exhibición de sus prejuicios ideológicos.

Distinguir EMPRESARIOS de empleados, independientemente de su salario, podría ser un buen comienzo para quienes pretenden describir las vicisitudes económicas y predicar sobre las realidades y destinos del Campo Empresario.

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