01 noviembre 2009

PYMES: ACA Y ALLÁ CON DESTINO INCIERTO

El pasado 25 de julio lo habíamos advertido.

La entidad de préstamos comerciales CIT Group Inc, con más de cien años de existencia, se declaró hoy en bancarrota, tras ser golpeada por la crisis financiera mundial que le impidió auto financiarse.

La pregunta que nos hacemos es respecto de los grados del optimismo.

La cuestión no es con aquellos que tratan de mantener una perspectiva que podríamos llamar de "vaso medio lleno". La cuestión es con quienes -con total intencionalidad y pese a conocer cuan "vacío está el vaso"- proclaman que éste esta que desborda.

Pretenden que imaginemos que todo a sido superado, que la crisis es sólo un mal recuerdo producto de una noche olvidable. Deberán inventar otros discursos.

La banca CIT (EEUU) es prestamista de 950.000 pequeñas y medianas empresas, y la bancarrota llega justo cuando las PYME de EEUU impulsan su ritmo de fabricación para la temporada navideña y los negocios necesitan financiación para ampliar sus inventarios.

Hace solo unos días el Presidente Obama había señalado: "aunque haya más crédito a disposición de las grandes empresas, demasiados dueños de PYME aún tienen dificultad para obtener el crédito que necesitan" y agregó, "nuestra economía en su totalidad no puede avanzar si las PYME y la clase media siguen perdiendo terreno".

La expresión "too big to fail" (demasiado grande para caer) parece describir adecuadamente la situación. Mientras fue muy rápida la implementación de soluciones para los "grandes jugadores" del sistema financiero (en los hechos CIT cae bajo esa regla: no es tan grande como el CITI, Lehman Brothers u otros gigantes financieros rescatados) sino que la misma lógica parece se ha trasladado al sistema productivo: las PYME de EEUU no son lo suficientemente grandes como la General Motors.

La situación, a escala, parece simétrica a la de la Argentina.

Hace apenas unos días atrás (27-10-2009) la presidenta Cristina Kirchner defendió en la planta santafecina de General Motors el préstamo de u$s 70 millones con fondos de la ANSES otorgado por el Gobierno en junio pasado para rescatarla.

El ahorro de los argentinos, su futuro, utilizado para sostener una empresa extranjera que debió haber sido obligada a repatriar los fondos girados al exterior en los años de bonanza. Las PYME de la Argentina, fueron ignoradas. EL ANSES abandonó el compromiso de asistirlas mediante el sistema de licitaciones de fondos con tasas promocionales sin culpas, sin aviso con ninguna pompa.

Decíamos en aquel momento: "Las "grandes empresas" en tanto aparecen como los sectores más dinámicos de la acumulación de capital demandan a los políticos que el Estado atienda primero sus propias necesidades y eviten una supuesta "dispersión de esfuerzos" que no aportan a la resolución de ésta contienda donde esta en juego el poder económico y el destino de millones de empleos. Agitando estos fantasmas parecen lograr sus objetivos y pocos son los que escuchan los reclamos de las PYME tanto sea en EEUU o en la Argentina."

Y volvemos a señalar: "La "teoría del derrame" pese a la mala fama "noventista" parece no haber abandonado las mentalidades y está presente en las concepciones que definen la política económica acá y allá. Se presupone que "salvando a los grandes" éstas habrán de "derramar" los beneficios obtenidos en su ca­dena de valor conformada por miles de PYME que involucran tanto millones de empleos como sus ramificaciones en los sectores comerciales y de servicios. Los antecedentes hasta acá muestran la falsedad de ésos argumentos."

Aun estamos en plena crisis, pero no como parte del mundo sino como cuestión singular y responsabilidad propia de las debilidades institucionales que arrastramos.

Para poder dar el siguiente paso y situarse en la "post crisis" las PYME requiere mejorar su productividad y competitividad, que no será producto de ningún derrame ni devaluaciones, sino el resultado de las mejoras sustantivas en la calidad institucional, y consecuentemente en la inversión en innovación y modernización de los procesos y de gestión productiva. Para esa etapa, sí, de modo imperativo requiere una adecuada asistencia financiera que el Gobierno Nacional ha resuelto ignorar.

La quiebra de CIT muestra como allá, pero también acá, la dinámica de la acumulación de capital que refleja la crisis en curso, prioriza la concentración y centralización y reserva para las PYME las quiebras y las frustraciones.

Quilmes, 1º de noviembre de 2009

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