16 octubre 2010

DE NINGUNA CRISIS SE SALE SI NO MEJORA EL EMPLEO

DE NINGUNA CRISIS SE SALE SI NO MEJORA EL EMPLEO

Por Marcelo Cantelmi (Clarín – 16/10/2010 – Panorama Internacional)

Los datos de los países avanzados sobre mercado laboral hablan tanto de una bomba social para nada desactivada como de las agonías en la estructura de acumulación
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La reunión del FMI en Washington el pasado fin de semana descubrió al director gerente del organismo Dominique Strauss-Kahn como inesperado mensajero de malos augurios por la bomba social que ha dejado activada la actual crisis económica . Desde que estalló en su fecha más estridente en setiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers, esta pesadilla dejó en la calle a 30 millones de personas, dijo. El funcionario agregó a esa cifra otra de miedo: 450 millones ingresarán, o lo intentarán, al mercado laboral en los próximos años sin que se sepa qué ocurrirá con ellos, en particular si quedan atrapados en lo que ya parece una inevitable e inminente guerra comercial entre las potencias globales.

El discurso en Washington recordó el mensaje de su compatriota y antecesor Michel Camdessus en Madrid en 1997, quien advirtió entonces que las tensiones sociales, en esa década de ultraliberalismo, ponían en peligro el castillo y urgía a crear redes para contener los océanos de excluidos y frustrados que generaba el modelo. “Cuando usted pierde el trabajo su salud empeora -recitó sobre ese mismo camino Srauss- Khan-. Cuando usted pierde su trabajo la educación de sus hijos empeora y la estabilidad social empeora con amenazas a la democracia y hasta a la paz”. Su reconocimiento posterior de que nada sustancial se logró en esta cita (otro deja vu del 97) hace aún más ominoso el futuro si se tiene en cuenta que esta crisis no sólo no ha acabado sino que exhibe diferentes dimensiones.

Una de ellas es la que los voceros del mercado enarbolan como prueba de que el mundo dejó atrás el derrumbe. Es la que amontona los datos de alta productividad en EE.UU., el crecimiento en Alemania con una tasa prevista para este 2010 de 3%, sin precedentes desde la reunificación en 1990 o el 10% pronosticado para China.

La construcción de la perspectiva debería ser, sin embargo, un poco más amplia para incluir también las imágenes antipáticas de cómo son en verdad las cosas. El espanto de Paul Krugman por el deterioro social y estructural de EE.UU. va en aquella dirección. No hace mucho este Nobel de Economía se reconocía asombrado e incrédulo de que en algunos estados en Norteamérica se dejen deteriorar las rutas, se corte la luz pública o se despida a maestros antes que volver a cobrar impuestos a los más ricos para pagar esos gastos . Eso sucede hoy en la aún principal potencia global que experimenta, especialmente desde la crisis de 2008, un desvío de concentración en el ingreso que la acerca a formas primitivas y hasta, gime Krugman, con estilos de puro subdesarrollo. “El crecimiento es lento y el pronóstico es que el desempleo aumentará y no caerá en los meses por venir. Eso es malo. Pero lo que es realmente pésimo es la creciente evidencia de que a la dirigencia política eso no le importa, de que es parte de la normalidad”, escribió.

El desafío del desempleo no es apenas una turbulencia. Preocupa a este y otros economistas del sistema porque adivinan en ese desvío una señal de agonía para la estructura de acumulación . Es lo que sugiere Strauss-Khan. Esto está en la línea de lo que plantean especialistas como Philippe Egger, vicedirector de la OIT, que sostiene, casi en palabras que parecen un eco de las del brasileño Celso Furtado hace tres décadas cuando investigaba el deterioro de los términos del intercambio con Fernando H. Cardoso en el exilio chileno, respecto a que “el indicador de empleo es el único verdadero de recuperación económica”. Lo que asombra y quizá no debería es el enorme calado que exhibe este problema y la poca atención que se le brinda. No sólo hay 14,8 millones de personas sin empleo en EE.UU., número que crece a 24 millones con los subempleados, sino que la mitad de los desocupados han estado sin un trabajo por más de seis meses, la estadística más extensa desde la década de 1930.
Para hacer más claro el punto, téngase en cuenta que se requerirían poco más de cien mil nuevos puestos de trabajo creados cada mes año tras año para llegar a un nivel normal de crecimiento del mercado laboral.

No será la primera vez que se plantea, -aunque con buenas dosis de incorrección política-, que el segundo capítulo de una nueva caída en W de la economía pueda leerse también por esta expresión social.

El problema no es sólo norteamericano, lo que confirma que las casualidades suelen estar alejadas de estas contradicciones económicas y, consecuentemente, políticas. En Alemania, uno de cada cinco trabajadores lo hace en el sector de empleo precario, con salarios mínimos, no básicos porque en ese país no existe un sueldo base. Cerca del tercio de los nuevos empleos son temporarios y muchas veces muy mal pagos, según investigación de The Wall Street Journal . Por esa razón el desempleo luce maquillado con un 7,6% contra el 10% en Francia. Pero lo más importante son otro par de datos.

El ingreso anual de estos trabajadores cayó poco más de mil euros desde 2004 a 15.815 el año pasado . La OCDE, en el informe sobre empleo para el 2010, muestra que mientras en el resto de los países del norte mundial el número de trabajadores mal o mínimamente pagados se mantuvo sin cambios, incluso en EE.UU., en Alemania aumentó nada menos que 16% en la década que finalizó en 2008. El departamento de Empleo de la Universidad Duisburg-Essen admite que: “ningún otro país ha experimentado un alza similar del sector de ingreso precario en los últimos años y una dispersión tal de esos sueldos bajos como exhibe Alemania”. Esto no sucede por generación espontánea, Hay un criterio para afilar la cima distributiva que se aceleró desde la crisis.

La historia suele brindar capítulos elocuentes sobre los riesgos que subyacen en estos juegos. Hace poco, los trabajadores de una planta de estampado de General Motors en Indianapolis se levantaron contra su propio sindicato The United Auto Workers y la empresa, en rechazo de una propuesta para reducirles 50% los sueldos, US$ 29 a US$ 15.50 la hora. Con ese ingreso, una familia de cinco miembros entra de lleno bajo la línea de pobreza. General Motors es una de las tres grandes automotrices, junto con Ford y Chrysler, que el Estado federal salvó de la quiebra tras la crisis de 2006.

Al igual que en Europa, todo el mecanismo tiende a desbastar los beneficios sociales que regían antes del tsunami. Es otro mundo el que se está construyendo en el que los límites se han borroneado, incluso muchos equilibrios cuya ausencia es lo que asusta ahora en el vértice de la pirámide.

02 julio 2010



QUE NO NOS METAN EL PERRO

Las versiones periodísticas señalan que la Unión Europea elevará la semana próxima ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) un reclamo por la política de importaciones que lleva a cabo el Gobierno Argentino.

La noticia es interesante porque sería bueno tratar en el mismo panel la solicitud de Argentina y Ecuador para que los países miembros de la OMC declaren los “programas de estímulo fiscal y ayuda financiera adoptados por algunos Miembros en respuesta a la crisis” (cf. WTO WT/GC/W/609 - 9 de octubre de 2009) su monto e impacto.

Así veremos cómo, hablando en criollo, los países de la UE y otros aplican la “política del tero” (en un lado pegan el grito y en otro ponen los huevos).

Obviamente, la calidad institucional demanda que las políticas de administración del comercio sean transparentes y generen certeza. Esos rasgos no se contradicen en nada con la decisión soberana de no permitir que los países de la UE nos exporten “su” crisis.

No obstante los ejemplos no cunden como para que podamos sugerir desarrollar una política de “benchmarketing”.

Porque, no podemos decir que los enormes subsidios, estímulos y ayudas otorgadas al mundo financiero hayan sido el resultado de las buenas prácticas de las diversas gestiones gubernamentales de los países desarrollados, más algún día, tal vez, se pueda saber el verdadero costo de éstas políticas.

06 junio 2010


LECTURAS DE DOMINGO

Con buen criterio el Suplemento Económico reproduce una breve entrevista a Michel Aglietta de la que surgen algunas preguntas que deberíamos formularlas para la economía argentina y obviamente buscar no solo respuestas en tanto esas preguntas desnudan problemas que exigen respuestas en la forma de propuestas de solución.

Recomendamos su lectura en:

La entrevista breve, pero dada la calidad del entrevistado, intensa nos dispara varias preguntas:

•¿Es el PESO considerado en la Argentina “un bien público, generador de lazos sociales y políticos”?

•La salida de la “regla de la convertibilidad peso/dólar” dio paso a un caos social (determinado entre cuestiones por el caos monetario generado por la aparición y circulación de las cuasi monedas) que, como señala Charles Goodhart de la London School of Economics, debió abrir paso a la “reconstrucción de una nueva moneda legítima.”¿se logró? ó ¿la necesidad de reconstruir el orden social dejo esta reconstrucción aún hoy pendiente?

•¿Es hoy el PESO parte de una relación social equilibrada entre los diferentes actores que componen el Estado Nacional o el abandono cada vez más evidente del federalismo (en sus expresiones políticas y fiscales) dan como resultado la existencia de “espacios sub óptimos” para que la moneda sea reconocida como expresión de las relaciones sociales que debe representar y de allí la pulsión permanente por la re emisión de nuevas cuasi monedas o monedas locales que en forma aparente resuelven la cuestión de los sub consumos y cuya legitimidad surge de su contribución a resolver los sub óptimos o asimetrías en las relaciones sociales?

•La aparición al interior de la Argentina de zonas especializadas (por ejemplo, aquellas directamente ligadas al mercado mundial, diferenciadas de aquellas con escaso o nulo acceso) y de cada vez más profundas desigualdades regionales son indicadores de una crisis económica que termina de reconocerse, ¿no será acaso el momento de comprender que el abandono del federalismo está profundizando los estragos de esa crisis económica y la necesidad de reconstruir un Estado Nacional Federal para lo cual se hace tan necesaria una nueva Ley de Coparticipación Federal como el diseño de una estrategia de desarrollo industrial y productivo que implique un mapa de necesarias promociones industriales y productivas más eficientes y sustentables?

•O tal vez Aldo Abram (la nación Economía – 06/06/2010) tenga razón de que nuestra baja calidad institucional –puesta en evidencia por el desapego a las normas y la Constitución que manifestamos (o manifiestan los sectores dirigentes políticos en general)- hace que la capacidad de innovación –en especial en materia de diseño y construcción del Estado como expresión de la organización social- sea inexistente y que nuestra historia sea la del Asno de Buridán (Jean de Buridán 1300-1358)



Quilmes, 06/06/2010

23 mayo 2010

PREGUNTAS BICENTENARIAS

El asunto es así.

EEUU plantea una reforma a las regulaciones financieras que parecen, por su impacto en los mercados financieros, ser más severas que las actuales. Básicamente avanza la regulación pública sobre el "laissez faire".

Europa, o mejor dicho Alemania y Francia por un lado y el resto por el otro, también han decidido avanzar sobre el sistema financiero y sus regulaciones. En ambos casos también se imponen mas regulaciones (por ejemplo, la prohibición alemana de ventas en descubierto es el telón de fondo por el cual el sector financiero "ataca" el euro (llamo sector financiero al conjunto de operaciones de mercado sean a través de bolsas, equity fund, u otros productos financieros transados en mercados de base especulativa).

Más allá de las diferencias que seguro las hay y ese es el trasfondo de la inestabilidad financiera actual, estamos frente a un proceso innovador en materia regulacionista. ¿o la banca y la especulación asociada entró en una decadencia sin retorno? ¿No será acaso que no es más que un retroceso estratégico?

La pregunta que me hago es, ¿nuestras ideas y las de Heller (en materia de proyectos de regulación financiera y bancaria), cuanto tienen de reacción y cuanto de innovación en materia regulacionista para el sector financiero?

Por ejemplo, la política de redescuentos que es básica, ¿es una mera reacción a la ineficiencia, ineficacia y falta de calidad y cantidad en materia de financiamiento productivo o es una nueva manera de ver el desarrollo económico que supera el "triunfo" neoliberal de los 80 y los 90 (inducido por el Consenso de Washington o las "regannomics")?

Creo que trabajar en ésta línea de "reacción/innovación" puede dar como resultado propuestas más fundamentadas y superadoras en materia de política económica, por eso la pregunta: ¿las políticas económicas actuales son "reactivas" y "ex post" es decir, meras políticas que intentan reparar las consecuencias de la crisis o son políticas "ex ante", con visión posicional respecto de la post crisis en las cuales lo "reparador" es secundario respecto de la construcción de políticas económicas que puedan dar YA una respuesta probable (con un margen de error, por cierto, pero no muy grande) a la nueva dinámica de la acumulación de capital.

¿Cómo puede pensarse la economía argentina en la post crisis, es decir, cuando la nueva dinámica de la acumulación de capital muestre (como lo está ya haciendo) signos más definidos? o mejor dicho, ¿cuáles serán esos signos y que nuevas consignas, objetivos y problemas habrán de acarrear?

EL futuro económico no tan lejano (deberán reconocer finalmente que el nuevo canje fracasó, se requerirá más ahorro nacional porque no se podrá captar "ahorro extranjero", etc.) dará paso a un "neo, neo modelo liberal (algo así como remozadas políticas de ajuste de balanza de pagos) o surgirá un modelo más estrictamente keynesiano, o vamos a un modelo de corte nacional-populista con regulaciones más estrictas y reales o somos capaces de innovar (lo que no quiere decir poner todo en la licuadora y sacar un engendro intomable y de dudoso olor y color).

¿Cuál es la innovación? ¿Vamos hacia un nuevo paradigma en materia de economía política? ¿Cuánto de nueva etapa podrán explicar los modelos liberal-conservadores o neoclásicos? ¿Serán superados y enviados al baúl de Clío? ¿Será finalmente la TOV (teoría objetiva del valor) el fundamento explicativo y de diseño de la post crisis?

Ya en la "post crisis", la ley del Valor ¿tendrá la misma potencia argumental o los modelos matemáticos y cibernéticos darán cuenta de la dinámica capitalista?

Claro, hay un supuesto (sino no sería economista): la post crisis no encontrará al capitalismo de rodillas sino rediseñado en una nueva etapa. Bien ¿Cuáles serán los rasgos esenciales de esa remozada vida? ¿Seguirá siendo efectiva la TOV para explicar su dinámica y su próxima crisis o tras ella vendrá el "derrumbe"?

En fin, preguntas de domingo mirando los próximos 200 años e inquieto por saber si Saavedra, Moreno, el burócrata Paso y los comerciantes de Cádiz y Sevilla se imaginaron estos dislates o si los previeron y por eso, para tratar de atrasarlos lo mandaron a Castelli a hacer "turismo" revolucionario y se lo sacaron de encima (primero a él y después a Moreno) y se organizaron esta "patria para algunos".

Chau, Feliz Día de la Patria y no se olviden la "escaparela".

Quilmes, 23/05/2010

16 mayo 2010

UROBOROS (1)

Las informaciones sobre la evolución de algunos sectores económicos dan cuenta de una realidad: los incrementos del consumo están orientados con mucha firmeza a los bienes de consumo durable (autos, TV LCD, etc) y al mercado inmobiliario (señala el informe del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires que las escrituras se incrementaron en un 37% en el periodo enero-abril del 2010 respecto del mismo periodo del año anterior).

Paralelamente, los sectores asalariados y con menos posibilidades, intentan el mismo camino por la vía del aún elástico financiamiento al consumo (lo que también genera dudas respecto a la sustentabilidad del endeudamiento de las familias)

Mientras tanto la inversión en bienes de capital, innovación tecnológica, nuevos diseños e incluso la mera modernización o ampliación de plantas ha quedado relejada.

Para decirlo técnicamente, no existe en la Argentina ni adecuada financiación (tasas, plazos y condiciones) ni es posible ya – por los recortes a los beneficios ocurridos durante los 2 últimos años - proyectos autofinanciados que permitan generar como resultado esperado la tasa de interés que se cobra en el sistema financiero argentino y ni tampoco existe certeza de que los fondos propios, originados en la rentabilidad realizada, puedan ser recuperados en los plazos previstos, lo que habla a las claras que la expectativa empresaria está evaluando descensos estructurales en las rentabilidades futuras.

Frente a tal panorama, reaparece la visión rentista-patrimonial. Se acumula riqueza y se recorta el proceso de producción. Lejos de darle dinámica al capital, convierte a éste en patrimonio, en riqueza congelada y se le resta así, potencialidad y capacidad de reproducción al elemento fundamental del desarrollo económico.

Muchos señalan que existe un buen nivel de actividad económica pero no logran, ni tienen la expectativa de poder hacerlo, desarrollar planes de inversión orientados sea a la modernización o a la innovación o incorporación de nuevas tecnologías o materiales. Rotan sobre si mismos pero no producen traslación, algo así como trompos impulsados por su propio entusiasmo.

Es por eso que, cómo señalamos en entradas anteriores, ponemos límites a los mensajes que dan los Índices de Producción que parecen dar cuenta de expectativas de mejoras que no se pueden proyectar, de dudosa sustentabilidad y altamente volátiles a tal punto que cualquier alteración coyuntural las modifica de modo sensible.

No hay política de inversión y, consecuentemente, no hay instrumentos acordes. Se promocionan créditos, beneficios y programas de la más diversa índole, con un común denominador: la ineficacia y la ineficacia.

El Poder Ejecutivo anuncia en éstos días una nueva convocatoria para la Ley de Promoción de Inversiones cuyos beneficios son "ex post", es decir, ésta debe ejecutarse conforme un determinado proyecto en plazos previamente establecidos como consecuencia de los cuales se accede al beneficio. En consecuencia se requiere disponer de una estructura de financiación al mismo que, como dijimos, no existe hoy en la Argentina.

La verdadera promoción de la inversión es mediante programas que promuevan la inversión con franquicias "ex ante" tales como capitalización del impuesto a las ganancias, tasas de interés específicas modalidades de amortización acordes al fin, mejoras en la reglamentación del leasing, entre otras.

Claro, las políticas de promoción "ex ante" reflejan una cultura productiva de parte del conjunto de la sociedad, empezando por sus gobernantes.

Por un lado, guste o no, Argentina es un país con una enorme renta agrícola que las políticas públicas no logran transformar en capital. Por otro lado, no se logra instalar en la cultura, el trabajo como fundamento del bienestar, la justicia distributiva y la equidad social.

Muy por el contrario, las políticas públicas actuales inducen al consumo desenfrenado antes que al ahorro y la inversión. Los excedentes obtenidos en las oportunidades y ventajas comerciales (que no son eternas) son convertidos en gasto público no productivo bajo la creencia de que es la forma de eliminar las desigualdades y la pobreza.

Lejos de mostrarse pro activos ante la inversión y el desarrollo prefieren promover el consumo como indicador del bienestar y cuando éste sobrepasa la capacidad de producción y reproducción del sistema productivo, antes o después, el destino esta sellado: más allá de cómo se exprese una nueva crisis aparecerá en el horizonte y sus consecuencias obvias serán más pobreza, más miseria y más atraso.

Si el consumo, como destrucción creativa, no incita o promueve la producción, el límite es bastante cercano y como los uróboros nos iremos consumiendo a nosotros mismos.

La política económica argentina parece inducir al conjunto de la sociedad a una "hibris"(2), a una desmesura en materia de consumo que irremediablemente deberá enfrentar su "némesis" (3).


1 El Uróboros u Ouraboros, es la emblemática serpiente del Antiguo Egipto y la Antigua Grecia, representado con su cola en la boca, devorándose continuamente a sí mismo.

2 La hibris o hybris (en griego antiguo ὕϐρις húbris) es un concepto griego que puede traducirse como 'desmesura' y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en uno mismo exagerados

3 En la mitología griega, Némesis (llamada Ramnusia, la 'diosa de Ramnonte' en su santuario de esta ciudad) es la diosa de la justicia retributiva, la venganza y la fortuna


03 mayo 2010

¿SON SUSTENTABLES LOS INDICADORES DE MEJORAS DE LA PRODUCCION INDUSTRIAL?

Diversas estadísticas dan cuenta de mejoras en la situación económica de las PYME en el último trimestre. Así, el Índice de Producción PYMI (IPIP), cierta mejora en la calidad de la cadena de pagos y la indicación de mejora en la calidad de las expectativas parecen indicar que se ha invertido el ciclo recesivo que éstas enfrentaban. Diversos índices, de carácter más general, también dan cuenta de éstas mejoras.

Sin embargo, las encuestas no tiene forma de relevar las condiciones de competitividad, -o menos pretenciosamente- las condiciones de producción en que éstos indicadores mejoran.

Así, la noticia señala que "El 40% de las empresas fiscalizalizadas por las autoridades laborales durante 2009 y el primer trimestre de 2010 tenía al menos un trabajador no registrado en su plantilla de personal, situación que se detectó en mayor proporción en pequeñas y medianas compañías y entre trabajadores de poca antigüedad (hasta 1 año)."

Según los datos que surgen del último relevamiento del Plan Nacional de Regularización del Trabajo (PNRT) se detectaron incumplimientos a la normativa laboral en 57.622 empresas sobre un total de 142.092 que fueron fiscalizadas entre enero de 2009 y marzo último.

Según el informe, sobre un total de 481.684 trabajadores relevados, el 27,4% (131.604) no estaba debidamente registrado en el Sistema Integrado Previsional (SIPA). De ese total, fueron regularizados durante 2009 el 37,2% de los trabajadores en negro y en lo que va de 2010 esa proporción creció al 49,1%.

Más de una vez señalamos que ésta modalidad no es más que una de las tácticas empresarias dentro de lo que denominamos "estrategias de supervivencia" y resulta impredecible sostener la sustentabilidad de una Tasa de Regularización creciente toda vez que ésta adquiere dinamismo por efecto de las inspecciones del MTESS.

Señalamos ésta cuestión porque un análisis del Índice de Fragilidad Laboral (IFL) sugiere que existen condiciones de empeoramiento o de fundadas dudas sobre las posibles mejoras a partir de que los indicadores que lo componen.

El IFL posee 3 componentes básicos directamente relacionados con el:

  • Déficit de empleo: este da cuenta del déficit cuantitativo en términos de empleo. Este indicador refleja el porcentaje de planes sociales sobre el total de los trabajadores ocupados y no cabe duda alguna sobre su incremento en los últimos tiempos
  • Precariedad laboral: intenta dar una medida de la calidad del empleo existente (déficit de calidad) en la cual el trabajo no registrado, el subempleo y el sobre empleo cuentan de modo fundamental. Debe tenerse en cuenta que la primer decisión (tanto de los empresarios como de los propios trabajadores) ante el incremento de la producción es incorporar "horas extras" antes que un nuevo turno
  • Pobreza e ingresos: esta dimensión busca dar cuenta del poder de compra de las remuneraciones y su distribución (déficit de ingresos). Este indicador depende de modo directo de las estadísticas de ingresos y precios del INDEC

Sin embargo no se trata sólo del comportamiento del empleo lo que nos hace dudar sobre la sustentabilidad de las expectativas respecto de los niveles de producción de las PYME.

Existen otros Informes que describen un panorama de tal entidad que dan mayor fortaleza a nuestra opinión de que estamos frente a un momento circunstancial en el cual las expectativas de inflación y crecimiento de ingresos proyectan un escenario poco sustentable.

Así, dice el Observatorio PYME de la Universidad de Bolonia en la Argentina:

  • Durante 2009 un 36% de PYMES declararon el 64% de los industriales PyME manifestó contar con un parque de maquinaria antigua o muy antigua .
  • El aumento de los costos directos de producción resultó en la disminución paulatina de los márgenes de utilidad de las firmas.
  • En 2009 la proporción de PyME industriales inversoras fue del 42%, ligeramente por debajo a la del año anterior. La existencia de capacidad instalada de planta ociosa desincentivó las inversiones destinadas a su ampliación: entre 2006 y 2009 la proporción de empresas cuyo principal propósito de inversión fue incorporar bienes de capital pasó del 38% al 30%.
  • Por otro lado, cobraron mayor importancia relativa las inversiones en pos de reducir los costos de producción.


Este último punto es crucial porque allí queda de manifiesto que las inversiones tienden a recortar puestos de trabajo sin que exista una clara, definida y específica política de recalificación de trabajadores.

Por otra parte en 2009 el 64% de las inversiones llevadas a cabo por las PyME industriales fueron financiadas a través de recursos propios de la firma, sin embargo en contexto de caída de rentabilidad, la disponibilidad de excedentes orientados a la recomposición y modernización productiva le pondrá limites a la política inversora.

Si a esto le sumamos la escasa "financiarización" (entendiendo por tal la disponibilidad y acceso a productos bancarios de financiamiento de mediano y largo plazo exceptuando las líneas de descuento de documentos que consideramos productos comerciales de cortísimo plazo) de las PYME, los limites son bastante estrechos en materia de incorporación de tecnologías e innovaciones e incluso de modernización del parque productivo.

En consecuencia, las restricciones al desarrollo de una política inversora por parte de las PYME hacen que la industria pierda competitividad y que esa pérdida de paso una profundización de las estrategias de supervivencia con lo cual nos iremos encaminando a un sendero de mayor volumen de producción con menor calidad. Es decir de menor sofisticación tecnológica, costos crecientes y mayores posibilidades de pérdida de calidad en el mercado laboral.

De acuerdo con una encuesta realizada por la Fundación Observatorio Pyme, que plasmó en un informe dado a conocer en los últimos días, una mínima porción del empresariado –entre 1% y 4%– accedió a los diversos programas públicos destinados a financiar inversiones de pequeñas y medianas empresas y, estos casos, la respuesta fue satisfactoria.

"Si el dilema actual de la política económica es sostener el crecimiento sin aumentar la inflación, defendiendo la competitividad internacional de la industria, tal vez el Gobierno debería haber acompañado la medida de la asignación universal por hijo –que tendrá un costo fiscal anual de entre 8.000 y 9.000 millones– con otra simultánea de desgravación para las pymes", propone el documento.

Los resultados cuantitativos de las encuestas son válidos para el cortísimo plazo pero estas magnitudes no serán sustentables si no se resuelve algunas cuestiones que la "macro" actual ha preferido ignorar en beneficio de un modelo basado en la expansión del consumo y no en la producción, la innovación y la sofisticación industrial.

27 febrero 2010

DE LA COPA A LA BOCA SIN DERRAMES

Señala un Documento de la UIA: "Luego de tres décadas de fuerte volatilidad y un marco macroeconómico que atentó contra el desarrollo y la integración del sector productivo, cuyos resultados culminaron en la peor crisis de nuestra historia afines de 2001.". Esta "reducción" y simplificación histórica merece un comentario.

Sin ir más lejos la base de la cuestión se concentra, aparentemente, desde los años 70. De ahí en más se configura un ciclo histórico que, data su fase final en el 2º semestre del 1998 y que concluyó en una crisis política, social y económica cuyo epicentro ocurrió en los últimos días de diciembre del 2001.

En nuestra visión, debería profundizarse la autocrítica de los sectores empresarios evitando poner a todos en la misma bolsa.

Frente a la inestabilidad política y social, los sectores más concentrados y ligados a intereses multinacionales (independientemente de la carta de ciudadanía de su capital originario) permitieron, y en muchos casos usufructuaron, de un proceso de concentración económica que arrasó a miles de pymes, empleos y diezmó la Industria Nacional instalando la cultura del "sálvese quien pueda" que abrió paso en la sociedad a una fragmentación interna que no podía tener otro final que una democracia débil, cargada de un pasivo político de dolor.

Sometida por ese pasivo y limitada por el endeudamiento externo, del que reiteramos muchos empresarios deben hacerse cargo, la inestabilidad institucional resultó aún más condicionada por la falta de voluntad democrática de importantes sectores corporativos y políticos conjugados para limitar a su favor y sin tener en cuenta al conjunto de la sociedad, la calidad y fortaleza institucional de la República.

La denominada "hiperinflación de 1989" no fue más que la expresión de conflagración política abierta en la sociedad y la puja corporativa pareció poner un primer, y determinante, límite al necesario fortalecimiento democrático.

Se abrió así un proceso de reagrupamiento político y económico del que participaron los sectores más concentrados del empresariado, quienes, marginando a las PYME, no llegaron a comprender el verdadero significado estratégico de la denominada "desregulación económica".

Deslumbrados por el "clima favorable para los negocios" e irresponsablemente ajenos al deterioro social que comenzaba a carcomer las bases institucionales de la organización social, no repararon que sería ese deterioro primero y luego la fragmentación y exclusión social que ése "clima propicio" generaba el fundamento mismo de la explosión social.

El enrarecimiento del "clima propicio" por la marginalidad y la desorganización económica que fomentaban permitió la irrupción violenta de "grupos" o "dirigentes" lograron, apelando a la violencia, insertarse y obtener "legitimidad" en una sociedad donde la pobreza y la miseria habían "incluido" a un cuarto de la población, paradójicamente, en las políticas de exclusión social.

Las PYME también fueron arrasadas y las expresiones que decían representar sus intereses no se hicieron eco de ésta realidad. La "política de lobbies" ahogo la participación y las demandas de las PYME y las sublimo a ámbitos marginales fuera de los espacios de decisión.

Excluidas del "clima de negocios", azotadas por una política económica autista y abroquelada en sus discursos, muchas, más de las que las estadísticas reflejan, fueron enviadas a la marginalidad, la quiebra, la desaparición silenciosa y fueron "incluidas" en el nuevo mapa de la pobreza de la Argentina (la categoría sociológica de "nuevos pobres" intento sintetizar ésta realidad de la PYME y los sectores medios con calificación profesional sea universitaria o no).

La lección del 2001 parece no haber sido aprendida y las políticas públicas desarrolladas, sobre todo a partir del 2003 cuando la situación económica parecía tener un clima internacional favorable para revertirse, lejos de ser utilizado para promover el desarrollo económico y social y recuperar la calidad institucional, se abocó a darle continuidad a un modelo de concentración económica que, aunque maquillado por un supuesto auge, nos trajo 7 años después a una nueva expresión de la crisis pero ahora en un punto de posible retorno más difícil y complejo y que requiere como condición necesaria de la fortaleza y calidad institucional.

Nuevamente el endeudamiento externo sin resolver, los intereses corporativos, la marginación de las PYME, la extensión del desempleo y la pobreza a lo que debe sumarse el creciente clima de violencia verbal y de irrespeto a los acuerdos que se alcanzan generan una plataforma que pone a la sociedad en vilo e impide que la imaginación, el trabajo y la producción generen las condiciones para revertir la pobreza y la miseria.

La fortaleza y calidad que se reclama no es una expresión teórica o académica.

La fortaleza y calidad institucional requiere de una cultura política que parece no encontrarse en los sectores dirigentes de la política argentina.

Sometimiento a la ley, respeto al funcionamiento de las instituciones, erradicar la soberbia y la arrogancia que se ejerce "desde el púlpito"; mostrar coherencia republicana y democrática. ¿Cómo puede la sociedad confiar en dirigentes que se hacen cada vez más ricos mientras ellos son cada vez más pobres?

Nos preguntamos a modo de ejemplo, ¿qué políticas macroeconómicas pueden diseñarse si el parlamento nacional está sujeto a chicanas y picardías? ¿Qué política de justicia social es posible si se promueve la apropiación corporativa de quienes "dirigen" y "organizan" a los ciudadanos a quienes la pobreza y la miseria atacan con más intensidad sometiéndolos – con la complicidad de las autoridades - al clientelismo más vil porque para agravarlo se apropian indiscriminadamente de una parte de la ayuda estatal? ¿Cómo es posible imaginar y diseñar políticas públicas si se avasallan las leyes e instituciones por los gustos y caprichos personales? ¿Cómo es posible superar la pobreza y la miseria de millones de conciudadanos si en los hechos se los pretende "utilizar" para azuzar enfrentamientos y disputas entre los argentinos?

Entonces, formular propuestas de carácter macroeconómicas requiere como condición necesaria – y casi suficiente – fortaleza institucional y esa es, responsablemente para las PYME, la primera demanda a enlistar.

Más aún, quienes hoy se reclaman como abanderados del keynesianismo para el diseño de políticas macroeconómicas deberían tener presente que la condición fundamental en la el propio Keynes fundaba sus recomendaciones eran la altísima calidad y fortaleza de las instituciones inglesas. Decía Keynes refiriéndose a las políticas de estimulo en dinero que se corre el riesgo "… de que el líquido se pueda caer entre la copa y la boca…".

En una sociedad donde lo que impera es el derrame incontrolado de recursos públicos, Keynes no sería keynesiano.

Quilmes, 27 de febrero de 2010

12 febrero 2010

DALTÓNICOS


Oportunamente la Sección Opinión de Clarín de hoy publica un artículo que sugestivamente titula "Luces Rojas para el Comercio" y que firma Enrique Aschieri.

La cuestión que aborda. Las "green tariffs", es decir, el esquema arancelario que parece emerger en el mundo como nueva forma de "proteccionismo" y que consiste en gravar con tarifas aduaneras las exportaciones de países que no realizan acciones para reducir sus emisiones de carbono (según criterios de ambos colosos). Hablando en plata: China, India y los emergentes serían castigados, aunque no la República Argentina que es acreedora y que tiene en la producción de ésos créditos una oportunidad singular para su comercio internacional.

Pero las "luces rojas" en relación "con los bonos verdes" que señala el autor pone en evidencia un nuevo rasgo del daltonismo en materia de política pública: Argentina permite el ingreso de importaciones que no sólo dañan la industria nacional porque muchas de ellas se efectúan en condiciones de competencia desleal sino que simultáneamente no le exigue a esas mercaderías ningún requisito medio ambiental que sí le exige a los zarandeados industriales nacionales.

En los hechos, la política pública argentina en materia de comercio exterior no reconoce los colores. Soy optimista, creo que es daltonismo. Algunos ya hablan de ceguera.

Sin embargo creo que es oportuno establecer algunas aclaraciones conceptuales a lo que el autor de la nota denomina nueva forma de "proteccionismo".

El proteccionismo es un término tomado de aquellos que creen en las especializaciones naturales, en el "laissez faire" y en considerar que el desarrollo industrial de una Nación debe ser el resultado de las "fuerzas del mercado". Cualquier decisión soberana en torno a él es una señal perversa de una protección o sobre protección que no se corresponde con las tendencias mundiales que establecen los países más poderosos de la tierra que llegaron a ello luego de haber aplicado estrictos esquemas "proteccionistas" con burocracias poco flexibles a intentar quebrantarlo.

El "nuevo proteccionismo" refleja el fracaso del modo de acumulación capitalista del que la República Argentina debe tomar nota y evaluar sus oportunidades y amenazas.

Los fracasos de Copenhage (cambio climático) y la Ronda Doha (OMC) ponen en evidencia que el mundo ya no resiste una organización de la producción que centralice la acumulación y sus resultados en un pequeño puñado de países.

El "proteccionismo" viejo o nuevo no es más que la expresión soberana de las naciones que han tomado conciencia de la necesidad de promover, inducir y contribuir a sostener el desarrollo industrial como forma real y concreta de defender su soberanía.

Si adicionalmente ese desarrollo industrial está orientado por la creatividad, la innovación y la educación se convierte en una plataforma básica para incluir a la totalidad de sus ciudadanos y evitarles caídas y recaídas en la pobreza y la miseria.

Las "green tariff" son instrumentos novedosos y válidos que la República Argentina debería utilizar. No es posible continuar siendo ingenuos en materia de comercio exterior y mucho menos en materia de importaciones de productos industriales.Esas nuevas forma de regulación y administración del comercio exterior deben ser complementadas por otras regulaciones en materia de calidad, de seguridad, de funcionalidad y de adecuación a las normas y regulaciones que se le demanda a la Industria Nacional.

Quienes no ven el "verde", pero distinguen el "rojo" y se detienen ante aquellos que los acusan de "proteccionistas", son daltónicos que ven el mundo "color de rosa".

25 enero 2010

CADENA DE PAGOS 2009: SEÑALES DE PERDIDA DE DINÁMICA O INDICADOR DE RECESION

El movimiento de cheques es un indicador eficaz de los movimientos reales. No decimos completo porque a los otros componentes del Sistema Nacional de Pagos debemos adicionarle el "quantum" de la economía informal que parece representar algo más que la conducta desviada de algunos agentes económicos marginales.

Así una mirada completa sobre el año 2009 nos indica que parece quedar confirmado que durante el año fue, como menos, sensiblemente recesivo. Se compensaron un 6,61% de cheques menos que en el año 2008 y ésta caída resulta la primera desde el año 2003 cuando los cheques compensados cayeron un 24,57% que en el 2002. No obstante debe destacarse que recién se consolido una mejora a partir de agosto/septiembre de 2009 aunque ese cambio de tendencia no muestra signos de verdadera sustentabilidad.

Siguiendo con ésta lectura, la cantidad de cheques rechazados creció un 1,49% en el año 2009 respecto del año 2008. El volumen de cheques rechazados manifestó una importante caída entre mayo y agosto de 2009, a partir de septiembre han vuelto a crecer y la tendencia muestra cierta inelasticidad a retornar a los niveles de mayo de 2009. Cabe recordar que los cheques rechazados son "rechazados plenos", es decir, son cheques no rescatados con lo cual es altamente posible que los juicios ejecutivos sean crecientes. Con el fin de la feria judicial podremos o no corroborarlo. Queda pendiente.

La combinación de ambos factores hizo que la relación entre las Cantidades de Cheques Rechazados respecto de los Emitidos (Compensados + Rechazados) llegara al 2,44%, el valor más alto de la serie desde 2002. Menos cheques, con más problemas es un mal presagio para la cadena de pagos y un alerta sobre el comportamiento de la actividad económica.

Podríamos preguntarnos, ¿caen los cheques compensados porque hay deslizamientos cada vez más pronunciados hacia la marginalidad? El incremento de los cheques rechazados, ¿es símbolo de ésa anomalía porque se recuperan pero con fondos de la economía informal y en consecuencia no se emite un nuevo cheque y por esa razón no se habrán de incrementar los "juicios ejecutivos"? ¿El incremento de cheques rechazados implica que hay más cierres de cuenta por parte del BCRA?. Curiosamente no hay información pública sobre "cuentas cerradas" y "cuentas nuevas" y cuál es la dinámica de ésta relación.


Fuente: BCRA - Sistema Nacional de Pagos

Cuando se observa el comportamiento de los montos involucrados surgen importantes dudas de cuál es el punto de retroceso que han alcanzado las transacciones como indicador de la dinámica económica.

Así, si nos guiamos por el Indice de Precios al Consumidor que el 2009 fue del 7,7%, surge la primera cuestión: ¿cómo es posible que los montos de los cheques compensados hayan caído un 0,39% en el año 2009 respecto del año 2008?. La respuesta no puede ser otra que la de una menor actividad o al menos, menor actividad medida por un indicador que consideramos estratégico: los "cobros/pagos".

Pero cuando se mira el comportamiento de los cheques rechazados, éstos crecieron un 3,05%. Pareciera que ésta variación está más en línea con la pauta oficial del IPC.

Ni que decir si se hace uso para actualizar éstas cifras de las estimaciones privadas de inflación.

Queda muy claramente expuesta la realidad: durante el año 2009 hubo una marcada pérdida de actividad económica y la necesidad de encontrar respuestas a nuestros interrogantes sobre el crecimiento de la informalidad económica o lo que nos preocupa más: que la menor actividad fue sólo una parte y que la "otra parte" es la reaparición de estrategias de supervivencia en las PYME.

Incremento de metodologías de informalidad económica: sólo así puede explicarse que los indicadores de producción que elaboran desde el INDEC hasta otras entidades privadas den positivo. Nos preguntamos ¿Cómo puede haber mejoras en las cifras de producción y desmejoras en la cadena de pagos?

El Índice de Producción de la PYME Industrial (IPIP) elaborado por la CAME aproxima una explicación: "La producción de las PYMES Industriales cayó 3,7% en diciembre frente a igual mes del año pasado, y finalizó 2009 con una caída acumulada de 10,4%"

Tal vez las perspectivas de la cadena de Pagos estén señaladas en ése Informe:

"Los industriales PYMES comienzan a observar que los pedidos de producción no aumentan al ritmo esperado y eso está afectando las expectativas hacia adelante. Si bien la mayoría de las industrias no creen que la producción pueda caer más de los niveles actuales, menos empresas esperan aumentos en los próximos tres meses."

"Efectivamente, para los próximos tres meses, solo 12,2% de los Industriales PYME cree que la producción continuará recortándose (25,5% tenía expectativas bajistas en noviembre), pero al mismo tiempo solo 38,8% anticipa aumentos desde los guarismos actuales (43,6% anticipaba aumento en la producción en noviembre)."

Adicionalmente, un Informe de la UCA señaló el incremento de la informalidad laboral. Según esta Universidad ésta pasó del 37,5% al 41,5%.

En consecuencia, por más optimismo que se quiera introducir, las perspectivas de dejar atrás la pérdida de dinámica económica estén aún lejanas, aunque la buena noticia es que todo parece indicar que la cuestión se explica por otros factores distintos del incremento de la informalidad en las PYME.