22 abril 2016

PYMES: ALENTANDO EL DESALIENTO

PYMES: ALENTANDO EL DESALIENTO

1.    Una aclaración muy importante. Los economistas independientes tenemos una función en la sociedad no sólo definida por la “predicar sobre el corto plazo, la famosa coyuntura” sino analizar y rebelar como las políticas públicas, sean estrictamente políticas o sociales o económicas, generan consecuencias de largo plazo en todo el entramado social.

2.    De acuerdo a las estadísticas (al 31/12/2015) no se verifica en modo alguna una “invasión importadora”. Las importaciones del mes de enero y febrero del 2016 (cuando se publiquen las estadísticas de comercio exterior del 1er Trimestre de 2016) contendrán una parte importante de la liberación de las DJAI presentadas y observadas al hasta el 10/12/2015 y que fueron liberadas de modo completo el 23/12/2016

3.    En consecuencia, las “alarmas” que se hacen sonar sobre una supuesta “invasión importadora” tienen por ahora un alto contenido político no verificable.

4.    Sin embargo, dichas alarmas (aunque parezca que nos estamos contradiciendo) pueden tener su base de realidad en las declaraciones recogidas en diversos sectores empresarios (indumentaria, calzado, artículos de librería y otros bienes de consumo final) respecto a un importante aumento del contrabando fundado en lo que podríamos denominar un “descontrol en zona primaria aduanera” que tiene reminiscencias a la denominada “aduana paralela” (containers mellizos, manipulación del Nomenclador Arancelario o escandalosas subfacturaciones a efectos de abonar menos aranceles de importación, etc)

5.    Decimos “reminiscencia” porque ante las condiciones de alta inflación una “política económica no rebelada” es la permisividad en Zona Primaria Aduanera permitiendo el ingreso de mercaderías que son puestas en el mercado a valores irrisorios, induciendo y generando presión sobre al resto del comercio formal a una baja de precios y a una reorientación de los canales comerciales de la formalidad a la informalidad. Los propios actores cuya trayectoria en la formalidad es altamente reconocida enfrentan el dilema de la convalidación culposa, pero convalidación al fin) de éstas prácticas ante el riesgo de cierre o desaparición ante la caída de ventas.

6.    Pero no sólo el sector comercial sufre la amenaza de ésta “política económica no rebelada”, que se manifiesta en una fuerte recesión y también, caída de ventas o ralentización de la cadena de pagos.

7.    En nuestra visión, el fracaso de la política anti inflacionaria hace que se manifieste el desarrollo de ésta “política económica no rebelada” que presiona los precios a la baja pero que induce, como sucedió a partir del 2º semestre de 1998, primero a una aguda recesión y finalmente a una deflación donde sí, en ése momento el empleo –cuyo ajuste a la baja aún es marginal - se convierte de modo central en una variable de ajuste acompañada de alta litigiosidad por la imposibilidad de afrontar los costos y la gestión de los despidos.

8.    Debemos tener en cuenta que de modo preventivo el Poder Ejecutivo Nacional se declaró en desacuerdo con una “política de prohibición de despidos” y propuso en cambio una mejora importante en las prestaciones de desempleo. Esta es una solución extremadamente parcial porque sólo alcanza a quienes hayan cumplido una serie de requisitos de aportes a la Seguridad Social y como es de público conocimiento el empleo informal no es alcanzado por ésta prestación cuando son los primeros a quienes se despide. El denominado proceso de “desalarización” continua a paso acelerado y una mera prestación de desempleo es un factor adicional de exclusión social que alimenta “mercado laboral” muchas veces ligado al “crimen organizado” o incrementar la conflictividad social.

9.    Antes de continuar, como buenos economistas, debemos señalar que cuando decimos “política económica no rebelada” lo hacemos por una cuestión de elegancia. La palabra no elegante pero más exacta es “política económica perversa”.

10. Hace ya algunos años, en un Foro Aduanero le señalé a la entonces Directora General de Aduana que “la política industrial se resuelve en zona primaria aduanera” (lamentablemente nada ha cambiado que me señale de modo tajante el error de mis dichos).

11. Recesión, descontrol en Zona Primaria Aduanera no son los únicos temas que preocupan a los sectores empresarios PYME con quienes conversamos a lo largo de ya hace algunas largas semanas. Se debe agregar el poco profesional (a lo que debería incluir la permeabilidad que quienes lo administran muestran ante las Cámaras Empresarias Sectoriales en las que han prestado hasta su asunción servicios profesionales) modo en que se ejecuta la administración del comercio exterior que CAME (dando efectivas muestras de ello) ha apoyado de las más diversas formas.

12. La escasa profesionalidad o tal vez la ignorancia o una combinación de ellas le generan mediante el modo de administración del comercio exterior un “fuerte daño” a las PYME que no participan de “ése círculo de amigos, ex empleadores o ex compañeros de trabajo) incluyendo en el régimen de Licencias No Automáticas (LNA) a las denominadas “posiciones bolsa” del Nomenclador que incluyen partes, piezas, insumos o materias primas. Es decir, no ha existido la voluntad política y mucho menos la comprensión de la gravedad del problema que se estaba generando y que se transforma en un argumento más de  la recesión en curso ante la falta de certidumbre sobre la posibilidad de poder reponer las partes, piezas, insumos o materias primas que se dirigen a los procesos productivos de las PYME.

13. Esta situación genera un discurso por parte de quienes controlan una “cadena de valor” respecto de la imprevisibilidad de las PYME, de la baja productividad, de su desinterés por la mejora de la competitividad logrando así permear a quienes administran el comercio exterior para que autorice LNA solicitadas de modo directo por ellos a sus proveedores internacionales. Obviamente, simultáneamente,  se relajan los controles sobre los “precios de transferencia”.

14. Bajo ése escenario, la PYME es desplazada como proveedora, no por su “desapego y falta de compromiso” sino por la permisividad en la ejecución de la maniobra y paradójicamente, alentando el desaliento.

15. Bajo estas condiciones entendemos que:

  • Se debe demandar una mejor, efectiva y auténtica administración del comercio exterior señalando la necesidad de que el régimen contemple de modo fehaciente la existencia o no de producción nacional y que dé prioridad a la demanda de partes, piezas, insumos y materias primas con destino a la producción industrial

  • Se debe exigir que la Dirección General de Aduana (DGA) transforme de modo profundo sus prácticas de gestión y un mayor y más eficiente control de la Zona Primaria Aduanera y de la documentación que se presenta a la verificación para la nacionalización de mercaderías y contribuir a fortalecer al comercio formal


  • Se debe fortalecer en la DGA el área técnica de clasificación a efectos de acelerar los trámites relativos a darle mayor especificidad al Nomenclador Aduanero con el objeto de “desarmar” las “posiciones bolsa” y que éste pueda acompañar el proceso de desarrollo tecnológico y que el sistema arancelario no pueda ser manipulado mediante “las peores prácticas aduaneras”