19 febrero 2013


HETERODOXIA ECONOMICA

Señala Domenech en un reportaje publicado en la Revista Ñ: (http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Antoni-Domenech-trucos-neoliberalismo_0_862713737.html aprovechamos para felicitar a INES HAYES por la calidad del reportaje ) "

"Vino la innovación para mí crucial del “neoliberalismo”: desacoplar la demanda efectiva agregada de los salarios reales. 

¿Cómo? 

Financiando la demanda efectiva y el consumo popular a partir de un colosal fraude financiero piramidal –una especie de estafa como la celebérrimamente cometida hace poco por Bernard Madoff, pero a gran escala y consentido y aun activamente estimulado por los poderes públicos– que facilitó el crédito barato e “irresponsable”. 

O sea, financiar el consumo para que, sin aumentar los salarios reales, los trabajadores puedan comprarse coches, casas, etcétera: el famoso “capitalismo popular”. 

El truco básico del neoliberalismo, en Europa y América del Norte, fue sustituir el incremento del salario real por el crédito barato; la inflación de activos inmobiliarios y financieros fue el medio.

Esa política contribuyó a la idiotización (es decir, al encapsulamiento particularista en lo propio) de la población trabajadora, la hizo más individualista, desbarató a las organizaciones obreras reformistas tradicionales al arrebatarles el propósito central que es la lucha por la subida de los salarios reales. Muchos se creyeron ricos a base de una creación de dinero ficticio por parte de las entidades bancarias mal reguladas, y cuando la pirámide fraudulenta se desplomó en 2008, fue la muerte del “neoliberalismo”: lo que queda es sólo un zombi, aunque peligrosísimo."

Y señala hoy, correctamente hoy Ezequiel Adamovsky "la del liberalismo no es mala prensa: es una reputación bien ganada. (http://www.clarin.com/opinion/liberalismo-preocupa-desigualdad_0_868713169.html).

Estas razones me llevan a definir a los economistas heterodoxos como aquellos que mordieron el anzuelo del neoliberalismo inovado y como señala Adamovsky soño " a regañadientes y por presión de la política callejera, los liberales fueron aceptando la posibilidad de que todos los ciudadanos tuvieran derecho al voto"

Hoy ese "derecho a voto" esta condicionado por la estructura clientelar y un nuevo shock que intenta producir el Gobierno de "capitalismo popular" para sostener la "idiotización" de los sectores marginales a los que tentara con nuevos consumos de smart phone, TV LED, etc mientras debe congelar los precios de la canasta alimenticia.

Como señala Antoni Domenech, el zombi peligroso se ha convertido en en un enemigo a vencer, mientras tanto los economistas heterodoxos continúan saboreando el señuelo del anzuelo que se tragaron a cambio de buenos salarios, becas y subsidios.