24 septiembre 2016

DE APRIETES, BURÓCRATAS Y FLOJOS DE LENGUA

DE APRIETES, BURÓCRATAS Y FLOJOS DE LENGUA

Con toda "pompa y circunstancia" (que nada tiene que ver con Elgar) la "unificada" CGT decidió a través de su Comité Central Confederal declarar un "paro nacional" (obviamente, tratándose de quienes son, no dicen "huelga general revolucionaria hasta que MM se caiga del helicóptero), que en una sabia muestra de "vandorismo explícito" decidieron no ponerle fecha, es decir la "trilogía reinante" tiene amplia capacidad de hacer lo que le venga en gana cuando le vengan las ganas.

Hace unas horas Pablo Moyano (Camioneros) señaló que la fecha está decidida y que será anunciada “en los próximos días, señalando que "no va a tener sentido" la reunión pendiente entre la central obrera y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. "Esa reunión no va a tener sentido. Vamos a ir por respeto".

Esta ya para nada novedosa forma de amenazar al Gobierno (que obviamente no debe ser peronista) no es más que una de las formas que toma el apriete para la obtención de un más dinámico flujo de fondos hacia las obras sociales sindicales, fuente no ya "de toda razón y justicia" sino de las formas más perversas de financiar una "nomenklatura sindical" .

Véase la forma "piramidal" que muestran cual si fuera una reinvención de un "Kremlin": una supuesta base de Delegados que conforman un Comité Central que le ceden el poder a un Triunvirato que, con conocer un poco de historia se sabe cómo terminan.

Ahora bien. La pregunta es a quien representan esos Sindicatos, ésas Federaciones, ése Comité Central Confederal y ese Triunvirato de circunstancia en un mercado laboral donde el 50% no participa de ésa dinámica dado que son trabajadores informales.

Para ellos no hay ni obra social, ni derechos y a éstos representantes poco les importa. Sólo representan trabajadores "formalizados" en un mercado de trabajo que ellos creen posee las mismas condiciones que en la década de los 50 o 60.

En éste punto, aprovecho para hacer una primera sugerencia: la política pública (éste Gobierno u otro) debería descontarles del Fondo de Obras Sociales un porcentaje equivalente a la masa de trabajadores informales, fondos que deberían ser redirigidos hacia las instituciones de la salud pública que son las VERDADERAS prestadoras de los servicios de salud a éstos trabajadores marginados por los sindicatos en sus servicios de salud.

Pero vayamos al otro 50%. Es decir a los trabajadores formales.

En general la afiliación voluntaria al Sindicato es bastante baja y en consecuencia los Sindicatos cobran compulsivamente sus servicios mediante el establecimiento de la "cuota de solidaridad" que todo trabajador formal debe pagar como modo de agradecer a perpetuidad los beneficios obtenidos en la negociación de los CCT. Obviamente esta "cuota solidaria" no significa que se tendrá acceso a los servicios que presta el Sindicato, como por ejemplo la Obra Social dado que, llegado el momento de tener que usarla uno deberá afiliarse.

Esta "trampa" debe resolverse y en tal sentido, la política pública debería descontarle de los Fondos que el Estado le aporta a las Obras Sociales Sindicales los montos correspondientes al de las percepciones de "cuotas solidarias" dado que ése pago no habilita, pese a que se aporta, a la utilización de los servicios sociales.

En consecuencia y para finalizar, la "amenaza de paro" se hace sobre la base de "apretar" a los sindicatos del transporte para que ése día los trabajadores que no adhieren al paro no puedan concurrir a sus tareas perdiendo, en consecuencia, los premios por presentismo (invento peronista emanado del II Congreso de la Productividad -1955), posibilidad de horas extras, etc.
Muchos dirán, el paro será una sanción a los explotadores capitalistas porque ese día dejaran de apropiarse la plusvalia.

Error garrafal. Hoy la economías se asienta en la plusvalía relativa y no en trabajadores que ya están lo suficientemente flexibilizados como para ser intercambiados muy rápidamente y esa percepción ya está en la conciencia de los trabajadores que temen perder sus puestos de trabajo, aunque éstos sólo les garanticen el mismo estado de miseria.


Finalmente, le propongo al Gobierno hacer caso omiso a ésta amenaza y en canje de la cortesía, descontarles las pérdidas ocasionadas a la sociedad en general de los fondos de las obras sociales.