12 diciembre 2011


EN EL CAPITALISMO SOBRA GENTE
ANWAR SHAIKH


Iniciativa Socialista, nº42, diciembre 1996, con permiso de la revista argentina Herramienta. Anwar Shaikh, de origen paquistaní y reconocido internacionalmente como uno de los más importantes economistas marxistas de actualidad, es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales del New School of Reasearch de Nueva York y miembro del consejo editor del Cambridge Journal of Economics. Entre sus principales publicaciones se encuentran: "Valor, Acumulación y Crisis. Ensayos de Economía Política" (Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1990) y "The Political Economy of National Account: An Alternate Approach to the Measurement of the Wealth of Nations" (Cambridge University Press).


Herramienta: La primera pregunta está referida a las dos últimas grandes crisis del capitalismo, la crisis de 1930 y la de los 70. ¿Cuáles son las similitudes y cuáles las diferencias existentes en la dinámica de una y otra y cuáles las respuestas del capitalismo para salir de la crisis?

Anwar Shaikh: Permítaseme empezar por las similitudes; creo que la similitud fundamental es que ambas son el resultado de las mismas fuerzas, fuerzas que están profundamente enraizadas en el sistema capitalista, que se imponen a pesar de las enormes diferencias entre los marcos institucionales. Yo sostengo que estas fuerzas tienen que ver con los efectos en la acumulación de la rentabilidad, concretamente con el hecho de que la acumulación está guiada por las perspectivas de la rentabilidad, que se lleva adelante en el contexto del cambio tecnológico. Esto está socavando la rentabilidad, bajando la tasa de ganancia y en última instancia lleva al sistema a un período de crisis. En tal período de crisis, una de las reacciones primeras de las empresas e incluso de los gobiernos es tratar de gastar generando déficit a fin de atravesar la crisis con éxito. Esto puede tener el efecto de encubrir la profundidad de la crisis e incluso revertirla temporalmente por medio de los efectos del crédito bancario, y así crear un boom ficticio. Esto fue lo que pasó en el capitalismo desarrollado a fines de los años 20, especialmente en la Bolsa de Valores donde la gente podía especular tomando prestado con el respaldo de acciones que podían comprar gracias a los rnárgenes de ganancia que daba la operación. Esto se puede hacer con tremendo éxito cuando el mercado se va para arriba, pero es fatal cuando el mercado se cae.

Hechos similares se produjeron en Estados Unidos y en todos los países capitalistas avanzados en los años 70 y 80. Nosotros sabemos que hubo un enorme aumento de la deuda, en particular un enorme aumento del gasto financiero deficitario que llevó a un enorme aumento de la deuda. Sabemos que esta enorme acumulación de la deuda le brindó al sistema un estado de salud ficticia, que fue prácticamente destruido por el crac de la Bolsa de 1987. Yo quiero volver a este punto cuando hablemos acerca de las diferencias, porque como sabemos el crac de la Bolsa de 1929 precipitó también un colapso de la economía productiva y del sistema bancario, mientras que en 1987 todos los gobiernos más importantes del mundo intervinieron inmediatamente para evitar que el crac de la Bolsa provocara un colapso del sistema bancario, porque éste hubiera llevado a un colapso en el sistema de la producción.

Para continuar con las similitudes, el problema de si la crisis está marcada por un shock, por un colapso, como ocurrió en 1929, o si se extiende a lo largo de todo un período prolongado sin que hubiera un colapso puntual, corno pasó en los años 70 y 80, y también como sucedió en 1870 Y 1880; ese período fue conocido en su tiempo como 'la gran depresión". Es importante conocer los períodos históricos porque de esta manera no asociamos las grandes depresiones sólo con los colapsos tipo shock. De todas maneras, independientemente de que se desarrolle de manera abrupta o lenta, la situación se caracteriza por un fuerte aumento del desempleo, por un tremendo aumento de las desigualdades del ingreso, una caída muy grande del nivel de vida de los trabajadores y en general de la gente, una declinación de los precios de las tierras y de las acciones cuando se los ajusta por inflación, un enorme aumento en las quiebras de empresas y un aumento en la quiebra de bancos. Vemos estas características en las tres grandes depresiones. La gran depresión de 1873 a 1893, hace casi exactamente 100 años de la gran depresión actual; la gran depresión de los 20, 30 y 40 y, por supuesto, yo voy a sostener que también es una gran depresión la de los años 70, 80 y 90 de este siglo.

H.: ¿Estamos, entonces, en medio de una gran depresión?

A.S.: Nosotros hemos estado en una gran depresión, yo diría desde los 70. Hay algún inidicio de que hay un boom en las economías capitalistas hoy; entonces yo quiero volver al problema después, para ver si nos estamos recuperando de esto. Pero, en cualquier caso, nosotros hemos estado en una gran depresión durante veinte años. Ustedes deben entender que en cada caso yo estoy hablando de los países capitalistas avanzados, porque es ahí donde está el corazón de la causa del problema. Es más fácil hablar de gran depresión en el Tercer Mundo, pero yo quiero centrarme en la parte más difícil, en el centro de las crisis.
Veamos ahora el problema de las diferencias. Una clara diferencia en el período de la segunda posguerra es la extensión que ha tomado la intervención del Estado. Hay, por ejemplo, una enorme regulación e intervención del Estado en todo el sistema financiero y bancario en todos los países capitalistas avanzados. Esta intervención fue, precisamente, consecuencia de la experiencia extraída de la gran depresión de los años 20 y 30. Esto quiere decir que el Estado ha tratado de establecer reglas que limitan la sensibilidad del sistema bancario, para prevenir un colapso tipo shock. Esto no impidió que el sistema bancario tuviera caídas. Sabemos que en países como Estados Unidos, Japón y otros las bancarrotas y los colapsos de los bancos están en el punto más alto desde la última gran depresión. Por ejemplo, la Bolsa japonesa cayó en los comienzos de los años 90, en términos reales ajustados por inflación, más de lo que cayó la Bolsa de Estados Unidos en 1929. La diferencia está en que la caída de la Bolsa del 29 fue muy abrupta, mientras que las caídas de las Bolsas en los 70 y 80 se extendieron a lo largo un período de doce años, aproximadamente.

Una razón por la que sucedió esto es que hubo mucho más crédito, lo cual bombeó al sistema hacia arriba, con el costo, por supuesto, de que aumentaba muchísimo la deuda. Esto, en sí mismo, llevaría a una situación muy peligrosa, pero en todos los países capitalistas avanzados el Estado ha apoyado al sistema bancario creando reservas, ya sea directamente o incurriendo en enormes déficits.

La segunda diferencia es la intervención del Estado respecto de los negocios. Sabemos que a lo largo de la historia enormes empresas han entrado en colapso y también grandes bancos, que efectivamente han ido a la bancarrota en los años 70 y 80 en todos los países capitalistas avanzados. Hemos visto que el Estado ha intervenido para impedir estas caídas, especialmente por el peligro que se extendiera a otras empresas. Todos los diarios especializados en negocios están llenos de estas historias en las últimas dos décadas.

La tercera diferencia es el grado de extensión del Estado frente al movimiento obrero. Sabemos que debido a la experiencia previa a la gran depresión, muchas políticas que ahora se conocen como las bases del Estado de Bienestar fueron puestas en acción, en parte, por el riesgo político que significaba el desempleo masivo. Por lo tanto ahora, cuando sube el desempleo, nosotros tenemos cosas como el seguro al desempleado y programas de ayuda a la gente que están sin trabajo. Y estos factores han sido importantes para permitir que la crisis se extendiera en el tiempo y sin llegar ni a un colapso abrupto ni a un levantamiento popular. Yo pienso que ésta es una de las mayores diferencias entre el presente período y el previo. Pero el costo de estas diferencias ha sido un enorme aumento de la deuda, en la medida en que la deuda se usa para prevenir y encubrir las consecuencias de la crisis, y esto lleva muy naturalmente al presente momento de la crisis.

H.: ¿Podríamos enfocarlo también desde el punto de vista de la perspectiva de la crisis, ya que mucho se está hablando de que el próximo siglo sería un siglo de expansión del capitalismo?

A.S.: Yo tengo algunas estadísticas y datos de largo plazo muy interesantes que les podría mostrar. Y algunas que siguen muy de cerca las ondas largas de Kondratiev en diferentes países capitalistas avanzados. Estas estadísticas y especialmente la más importante para la economía capitalista, que es la que indica el aumento de las ganancias, muestran un giro ascendente en el crecimiento de las ganancias. No hemos visto que este giro ascendente beneficie a los trabajadores, porque sabemos que este crecimiento de las ganancias ha ido de la mano de la reducción de la fuerza de trabajo, hacerla más magra a la empresa, que es precisamente lo que Marx llamaba la concentración y centralización del capital. El capitalismo no se regula por los intereses de los trabajadores sino por los intereses del capital, entonces solamente podemos juzgar si ha habido una recuperación desde el punto de vista del capital; y aquí claramente, en los últimos años, en los países capitalistas avanzados ha habido una recuperación de la rentabilidad.

Aquí se plantea la pregunta: ¿es una auténtica recuperación o es una salida en falso? Porque sabemos que hay una enorme cantidad de deuda en el sistema. No me refiero solamente a la deuda del Estado y la del capital privado, sino también al enorme monto de deudas de los particulares. Nunca antes en la historia de la humanidad tanta gente ha podido gastar tanto sobre la base de tan poco. Yo creo que no hay nadie aquí presente que no deba alguna cantidad de dinero por haber hecho alguna compra a crédito. Casi no pasa semana en New York, donde vivo, que yo no abra mi correo y me encuentre con una oferta para una nueva tarjeta de crédito, y las empresas o bancos que la ofrecen no me preguntan nada, solamente debo decir que sí. 

Sabemos que mucha gente, en la lucha por la supervivencia, ha sido llevada a contraer deudas, y por supuesto esta deuda es una fuente de demanda efectiva, pero en realidad es una burbuja de demanda efectiva. No está claro cómo esta burbuja se puede sostener, porque por un lado está creando la demanda que inflan las ganancias, pero, por otro, no está incrementando el empleo a una tasa rápida, y por lo tanto la base de la burbuja, que son los ingresos de los trabajadores, no está subiendo lo suficiente para cerrar la brecha. Un resultado posible de todo esto es que estalle la burbuja, si la gente de pronto ve que su futuro es muy negro en términos de empleo, puede entonces simplemente frenar la toma de préstamos o pueden ir a la quiebra, y de esta manera los bancos cortarían rápidamente la extensión de tarjetas de crédito y aún de los préstamos. Entonces la base ficticia de todo este boom de ganancias saldría a la luz.


Yo pienso que no es fácil predecir esto, porque mucho depende de cómo intervenga el Estado para manejar esta situación, pero sí quisiera señalarles que aproximadamente cada dos meses en el Wall Street Journal y en general en la prensa especializada de economía hay algún artículo o análisis advirtiendo sobre el posible colapso del sistema financiero, no tanto por la situación de Estados Unidos, sino por la terrible situación financiera del Japón. Japón tuvo la mayor burbuja en la Bolsa y en el sector inmobiliario de cualquier país capitalista, y esta burbuja ha empezado a deflacionarse a partir de los 90. Eso ha puesto a muchos bancos, fondos de pensiones y de inversión japoneses en grave riesgo.

Volviendo a las estadísticas de largo plazo, vamos a encontrar que hay períodos similares de ascenso en las ondas largas que resultaron ser falsos. Un ejemplo clásico fue en 1937 en Estados Unidos, cuando hubo un crecimiento muy rápido de las ganancias y la producción, y después vino el colapso de 1939, del cual el capitalismo logró salir con la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, no puedo decir que soy optimista, pero ciertamente es una situación que merece un estudio más a fondo.

H.: ¿Qué papel juegan las posibilidades que se les abren a los países capitalistas avanzados a partir de las inversiones en China o en los países de la ex "órbita socialista"?

AS: Primero quisiera tomar el problema del impacto de la apertura del mercado. Visto superficialmente, parecería que para cada capitalista individual la posibilidad del mercado chino o del Este de Europa es una expansión de sus posibilidades de mercado. Pero, desde el punto de vista del sistema en su conjunto, es en gran medida una ilusión, porque sabemos que los países capitalistas avanzados están pagando por estos mercados a través de la ayuda exterior y del apoyo a la inversión o, por lo menos en el caso de la Europa del Este, se está pagando por éstos con enormes déficits fiscales porque sus propias economías están colapsando. Esto nos recuerda un principio elemental del comercio internacional: ningún país puede comprar más de lo que vende, salvo que se endeude. Uno se endeuda con aquel al que le está comprando, en cuyo caso ellos están pagando por ello, o uno aumenta la deuda interna para hacerlo.

H.: ¿El crédito no puede dar un espaldarazo a la producción en una escala superior a lo que lo fue antes?

AS: Sí, ésta es la cuestión. El crédito respalda la acumulación capitalista, pero la acumulación capitalista nunca sería sustentable por sí misma a no ser que la tasa de ganancia fuera saludable. Pero este tipo de apoyo crediticio está limitado por el enorme aumento de la deuda y nunca puede ser la causa fundamental de la recuperación, aunque puede ser una ayuda importante para la recuperación. Por eso pienso que no se puede considerar la cuestión de los mercados exteriores como una solución a la crisis en la medida en que se trata de la demanda efectiva, pero sí puede ser un instrumento que ayude a la recuperación. Esto solo sucederá si China y los ex países soviéticos compran más de Occidente de lo que Occidente compra de ellos. ¿Por cuánto tiempo podrán hacerlo? De hecho los chinos están diciendo que no quieren hacerlo. Ellos ven a Europa del Este y dicen claramente que ellos no quieren estar en esa situación.

Hay otro aspecto que ustedes mencionaron, que es muy importante y tiene una implicación muy diferente: las enormes reservas de mano de obra barata en China y en Europa del Este contienen un gran potencial para la recuperación de la ganancia. Para un capitalista individual esto es claro, pero la cuestión es cuál es el efecto de esto en los países de origen de los capitales, en la medida que un aumento del desempleo en los países más avanzados o por lo menos una caída en el crecimiento del empleo no es compensada por la inversión porque ésta se va afuera. Esto vuelve más lento el crecimiento del mercado y es precisamente lo que están buscando los capitales que se van afuera. No me refiero necesariamente a China, puede ser América Latina, por ejemplo en el marco del NAFTA. Gran cantidad de puestos de trabajo se pierden en Estados Unidos por trasladarse a México, donde se produce más barato, pero al mismo tiempo se reduce el mercado norteamericano.

Por supuesto que para un capitalista individual no hay elección, ya que si no se van ellos se irán otros y los liquidará a ellos, pero para el sistema de conjunto esto puede crear otros problemas. Algunos estudios sobre regiones que están incluidas en el acuerdo del NAFTA concluyen que se puede llegar a una reducción del empleo en los tres países: Estados Unidos, Canadá y México, porque la movilidad del capital avanza y avanza a medida que se acentúa la centralización y la concentración.

H.: Usted decía que los resultados del capitalismo hay que verlos desde el punto de vista del capitalista para poder evaluarlos, pero parecería ser que en estos últimos años el crecimiento del desempleo no implica que no haya un crecimiento de los beneficios y del producto. ¿Podría estar creciendo el capitalismo mientras crece el desempleo?

AS : Yo pienso que esta es una pregunta muy importante, es una cuestión muy importante porque hace al futuro del mundo capitalista.

Es claro que para cada capitalista individual lo que cuenta es su propio beneficio; si ellos tienen que despedir el 30% de su fuerza laboral, bueno, lo hacen. Pero, claramente, desde el punto de vista social, esto suscita una cuestión: ¿adónde va toda esa gente desplazada? Yo creo que si miramos la historia del capitalismo, si dibujamos una línea en el mapa con los límites del capitalismo en un período de tiempo, veríamos que en un principio el área encerrada es estos límites sería pequeña, pero, a lo largo del tiempo, esa área iría creciendo y ahora posiblemente esto cubriría todo el globo, con excepción de muy pocos países como Cuba.
Si yo preguntara cuántos son los desempleados dentro de estos límites, yo pienso que la figura que podríamos ver sería la siguiente: en los comienzos el capitalismo crea una gran cantidad de desempleo, porque desplaza a campesinos y artesanos que no pueden competir con él, son gente que pierde su acceso a la tierra y cosas por el estilo. Sin embargo, también en el comienzo, el capitalismo está creciendo muy rápidamente y por lo tanto en una o dos generaciones logra emplear a los hijos de estos desplazados, pero a medida que se va extendiendo se expande a otras áreas del mundo en forma de colonias y por lo tanto aquí también tenemos el mismo doble efecto.

En países como la India crea desempleo por desplazamiento, pero también crea por sí mismo empleo. Básicamente en las colonias, los efectos fueron limitados por el propio límite del desarrollo del capital. Pero, a medida que el capitalismo se va expandiendo a estas áreas y las va transformando en países con economías capitalistas, encontramos ya este fenómeno característico del desempleo en la periferia. Yo pienso que a lo largo del tiempo este desempleo realmente ha crecido, porque las posibilidades de crecimiento del capitalismo han ido declinando a lo largo del tiempo, no tanto por el crecimiento de la producción, pero sí por el crecimiento del empleo.

Porque, como sabemos, el grado del empleo depende del grado de mecanización del trabajo; hay gente que estima que hoy, en los países avanzados, de cada cuatro trabajos tres podrían ser eliminados por las computadoras y los robots, y no estamos hablando aquí solamente de trabajos simples sino de trabajos muy calificados. Hay computadoras que ya pueden diagnosticar enfermedades en pacientes, y ya hay robots que pueden practicar operaciones quirúrgicas a pacientes, hay algunos robots que ya han sido diagramados para hacer cirugías de precisión. Y como sabemos la enseñanza puede ser llevada a cabo mediante las computadoras y la red de Internet. Entonces tenemos la perspectiva posible de una recuperación de los sectores capitalistas que sobrevivan y al mismo tiempo una extensión del desempleo de la periferia al centro. Y muchos observadores agudos de la situación presente coinciden en que las perspectivas se ven muy malas.

H.: ¿Cómo influye lo que acaba de describir en la categoría de movimiento obrero en la visión de Marx, cómo se trastoca aquel movimiento obrero de principios de siglo con el de ahora?

AS: Yo pienso que en la mayoría de los países capitalistas avanzados la clase obrera no tiene éxito en su reacción frente a esto, no ha podido hasta ahora tener éxito. Yo pienso que claramente el colapso de los países del bloque soviético, indicó claramente que ese intento particular de salirse del capitalismo fracasó. Cualesquiera sean las razones, es claro que fracasó. 

Pero, de todas maneras, también es claro que las causas que estimularon ese intento permanecen y aún son peores que antes. La cuestión que se plantea es: ¿cuánto puede soportar la clase obrera estas condiciones? Y esto, en última instancia, depende de las fuerzas políticas que la clase obrera pueda reunir. En estos momentos las cosas no están bien, no suenan bien, no lucen bien, porque el poder de la ideología del mercado es muy fuerte, pero si lo que yo estoy diciendo acerca de las tendencias del sistema de mercado son correctas, entonces estas cuestiones no van a desaparecer y esto lo vemos muy claramente ya en los países del ex bloque del Este y en China donde es el gobierno el que está empujando al capitalismo desde el Estado y arrojándoselo al cuello de la gente de la misma manera que hace unos años estaban forzando a la gente arrojándole al cuello el socialismo. Hay una importante implicación de esto, es el hecho terrible del que estuvimos hablando y es que la gente comienza a ser redundante dentro del sistema capitalista.

Cada vez más mayor cantidad de gente comienza a ser redundante en el capitalismo y esto nos echa a luz la enorme necesidad de que haya un control de la población. Nos dicen, una y otra vez, que la razón para controlar el crecimiento de la población es reducir la presión sobre los recursos, pero, de hecho, el tremendo uso de los recursos se hace en los países centrales, desde que sabemos que cada norteamericano o europeo consume diez veces más recursos que cualquier otra persona. Si ustedes imaginan un mapa del mundo en el cual la densidad de la población fuera medida no por el número de la población sino por la intensidad del uso de los recursos por cada persona, o sea, en última instancia, la población ponderada por el uso de los recursos, entonces veríamos que el problema del exceso de la población está en el centro del capitalismo. Y esto, de nuevo, mucha gente lo reconoce, pero esto por supuesto no crea un movimiento político que tenga mucha fuerza en los países del centro y tampoco ocurre eso en cualquier otro lado, pero, al mismo tiempo, es una cuestión de la que no se puede escapar.

H.: Después de lo que usted ha planteado hasta ahora, ¿es válido plantearse una alternativa al sistema capitalista de tipo socialista, diferente a lo que sucedió en la URSS?

AS: Yo pienso que tiene mucho sentido y es muy importante señalar esta salida socialista, pero está claro también que cuando nosotros utilizamos la palabra socialismo no puede ser confundida con la manera como se la usó en el pasado. Nosotros no podemos pensar en un socialismo en el cual la gente esté prisionera dentro del socialismo, porque entonces vamos a perder la lucha ideológica con el capitalismo.

En el capitalismo la prisión es más suave; para la mayoría de la gente, hay una red de conexiones que la mantiene en su lugar, y esto es particularmente cierto en el mundo capitalista avanzado, pero también es cierto para algunos países del Tercer Mundo. Si queremos proponer un socialismo creíble, éste debe basarse en el poder de la gente de decidir sus propias vidas y que la gente tenga la posibilidad de dejar el experimento del socialismo si no le gusta. En este momento no tenemos un modelo creíble de algo semejante, pero tenemos en muchas partes del mundo experimentos sociales en donde mucha gente está tratando de crear comunidades alternativas y yo creo que es muy importante que estudiemos esto para aprender las lecciones.

Yo no quiero decir que todo pueda venir por medios parlamentarios, pero creo que debemos tener imaginación para ir a distintas concepciones y ciertamente para enfrentarnos sin subterfugios con los errores del pasado.

22 noviembre 2011

PYMES: AGENDA DE COMPETITIVIDAD


PYMES: AGENDA DE COMPETITIVIDAD
La Industria Argentina tiene por delante un conjunto de desafíos derivados tanto del propio proceso de crecimiento de la economía nacional como de la dinámica industrial que permanentemente demanda innovación, modernización tecnológica, nuevos diseños y materiales, más y mejores conocimientos, mayor calidad del empleo y ampliación de los horizontes productivos.

Ante éstas demandas, la Industria Nacional, y en particular las Pequeñas y Medianas Empresas, requiere de modo permanente trabajar sobre su competitividad, tanto propia de la empresa como la que surge del contexto en el cual se desempeña.

Es a partir de ésas exigencias que la Rama Industrial de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa elabora su Agenda de Trabajo y detalla en ella los principales problemas y desafíos que surgen desde el contexto y que afectan, condicionan o amenazan la competitividad industrial de las Pequeñas y Medianas Empresas.

CUESTIONES DE POLITICA ECONOMICA

En las actuales circunstancias, y más allá del debate sobre cuestiones estadísticas, los Industriales observamos que existe un proceso inflacionario que afecta el desempeño de las PYME en tanto su condición de no ser formadoras de precios.

Este proceso condiciona la competitividad, las decisiones de inversión y obliga a las PYME a incrementar de modo permanente su capital de trabajo.

Dado que la evolución el tipo de cambio no refleja éste proceso se produce  un incremento de los precios internos en moneda extranjera que afecta a las PYME exportadoras amenazando la sustentabilidad de sus programas de exportación y el desarrollo de nuevos mercados.

No se trata en modo alguno de producir adecuaciones nominales del tipo de cambio, sino de implementar políticas públicas que permitan disponer de un tipo de cambio real percibido que promueva las exportaciones industriales y contribuya a mejorar la competitividad industrial.

Tal como la experiencia lo ha demostrado el proceso inflacionario afecta de modo sustancial la rentabilidad de las PYME y la imposibilidad de reflejar el movimiento de los precios en los estados patrimoniales da lugar a distorsiones en la las bases de las decisiones empresarias y genera artificialmente una mayor carga tributaria.

En nuestra visión, para enfrentar a éste proceso inflacionario, se debe recurrir a medidas de política económica que no signifiquen impactos negativos en los salarios ni en el nivel de actividad productiva y mucho menos en el consumo y el desarrollo del mercado interno.

TEMAS DE POLÍTICA LABORAL Y SOCIAL

·         LEY SOBRE RIESGOS DE TRABAJO

o    Cumplimiento del artículo 12º del Decreto 1694/2009 que indica:

1.    Reducir los costos del sistema de la Ley sobre Riesgos del Trabajo Nº 24.557 y sus modificaciones, sin por ello afectar la calidad del servicio brindado a los trabajadores.
2.    Adoptar los recaudos necesarios para que las ASEGURADORAS DE RIESGOS DEL TRABAJO (ART), en el diseño de su régimen de alícuotas, ajusten su configuración a los indicadores contenidos en el artículo 24 de la Ley Nº 24.557 y sus modificaciones, promoviendo:

a.    condiciones favorables para su acceso por parte de las pequeñas empresas y
b.    evitando cualquier tratamiento diferenciado en su perjuicio.

o    Transferencia a la seguridad social en el caso del accidente in itinere de la reparación por incapacidad laboral

·         EMPLEO

o    Programas de Fomento y Mantenimiento del empleo formal que contemplen las especificidades regionales y pongan especial énfasis en la mejora de la empleabilidad de los jóvenes ante el primer empleo
o    Programas de Fomento e Inclusión en el empleo de Mujeres y Adultos
o    Programas de reentrenamiento de trabajadores desocupados en particular los afectados por los cambios tecnológicos o estructurales de la cadena de valor.
o    Programas ágiles y de sencilla implementación de protección del empleo ante situaciones de crisis.
o    Simplificación de los requisitos pre ocupacionales en materia de riesgos del trabajo para facilitar la recontratación de trabajadores desocupados

Estos Programas deberán contemplar la acreditación como pago a cuenta de IVA de los aportes y contribuciones patronales a la seguridad social

·         LEGISLACION

Los fallos judiciales conocidos en los últimos tiempos están gene­rando una suerte de “nuevo derecho laboral”. La justicia está para corregir desvíos, fallas o interpretaciones específicas. Pero deben ser los órganos específicos del Estado quienes – a través del diálogo y la participación – produzcan las correcciones, ajustes, modernizaciones o incorporación de situaciones nuevas que en la dinámica de las relaciones laborales surjan.

TEMAS IMPOSITIVOS

·         Regularizar, en forma inmediata, los pagos de los reintegros, devoluciones y compensaciones
·         Simplificar los procedimientos y regularizar la entrega de los bonos fiscales derivados de los Programas que así lo contemplan (Bs de Capital, Capacitación, etc)
·         Implementar la devolución automática y/o compensación de los saldos técnicos de IVA.
·         Implementación de un régimen unificado de retenciones y percepciones que contemple los impuestos nacionales, provinciales y los de nivel local
·         Implementar un Programa de capitalización del Impuesto a las Ganancias destinado a proyectos de inversión productiva destinado exclusivamente a PYMES
·         Necesidad de diseñar e implementar una reforma tributaria que permita desarrollar un mercado interno consistente y sustentable, renovar, ampliar y modernizar el aparato productivo con inversiones, introducir nuevos productos, diseños y materiales, y simultáneamente desarrollar nuevos mercados en el exterior
·         En el plano provincial, la reposición del Impuesto a los Ingresos Brutos, aunque se declare que la imposición será sólo a las grandes empresas, afecta a las PYME de modo inexcusable en tanto se trata de un impuesto con efecto “cascada”.  Este impuesto promueve la importación, dado que los productos importados sólo pagan el Impuesto al momento de su nacionalización, mientras que la producción nacional lo ve reflejado a lo largo de toda la cadena de valor.

FINANCIAMIENTO

·         Desarrollar un Programa de Redescuentos del Banco Central de la República Argentina con destino al financiamiento de PYMES, tanto para capital de trabajo como para la inversión productiva y la expansión de la oferta. El programa de Inversión Productiva del Bicentenario debe redefinir el régimen de garantías que demanda (sólo reales) en tanto esa exigencia limita el acceso de las PYME a ése importante Programa.

·         Ampliar el Programa FONAPYME a la totalidad de los sectores y transformarlo en una “ventanilla continua” (ahora es por llamado periódico que en el mejor de los casos es cada 5 meses). Mejorar y facilitar las condiciones de acceso y el régimen de garantías.

·         Debe ampliarse el Programa de Subsidio de Tasas dado que si bien hasta ahora los montos ofrecidos fueron importantes, el número de PYMES beneficiadas aún es exiguo. La SEPYME debe monitorear de modo permanente la actuación de los Bancos dado que éstos solicitan a las PYME contraprestaciones tales como tomar sus productos comerciales a cambio del acceso.

·         Fortalecer las Sociedades de Garantías Recíprocas y facilitar y simplificar las condiciones de accesibilidad.

·         Implementar un Programa de Capitalización del Impuesto a las Ganancias destinado a proyectos de inversión productiva o expansión de la oferta destinado exclusivamente a PYMES.

·         Orientar, nuevamente, los fondos excedentes de la ANSES, por sus características, hacia la inversión de largo plazo y proyectos con alto contenido de innovación tecnológica, productiva o de gestión.

·         Desarrollar un Régimen de deducción de intereses sobre capital propio cuando éste se aplique a programas de inversión productiva o expansión de la oferta. Implementar un régimen especial de reinversión de utilidades para PYMES

·         Creación de una banca especializada en materia de Proyectos de Inversión, reequipamiento productivo, modernización y mejora de la competitividad orientado exclusivamente a PYME.

COMERCIO INTERNACIONAL

·         Establecer un sistema de reintegros, devolución de impuestos y compensaciones automática de acuerdo a la especificidad de cada caso.

·         Se deben eliminar los sobrecargos que se aplican al comercio exterior en tanto significan nuevos costos que afectan la competitividad de las exportaciones de las PYME. Tal es, por ejemplo, la imposición del Transporte Argentino Protegido (TAP) que se suporpone con otras pólizas de seguros ya existentes

·         Aplicar con mayor rigurosidad los instrumentos previstos en los acuerdos de la OMC contra la competencia desleal, (ya sean Licencias No Automáticas, Anti dumping, etc.) mejorando de modo específico las metodologías de investigación evitando que el paso del tiempo las conviertan en inocuas. El régimen de Licencias No Automáticas debe garantizar la provisión de insumos que no se fabrican en el país.

·         Creación de un Fondo de Reparación orientado con exclusividad a PYME conformado por el 50% de los fondos recaudados en materia de sanciones establecidas por la aplicación de los instrumentos de la OMC. Se deben incluir las multas recaudadas por la Dirección General de Aduanas.

·         Desarrollar ágiles Programas de Pre y Post financiación de exportaciones PYME.

·         Creación de un Sistema de “Compre insumo local con obligación directa de exportación en un producto de mayor complejidad” con obligaciones similares al régimen de importación temporaria.

·          Programa que posibilite la cesión de mercadería de una Empresa integrante al Consorcio de Exportación en la categoría “IVA Exento”, dado que los integrantes del consorcio lo entregan al consorcio únicamente para exportación.

·         Implementar Programas de Promoción de Exportaciones tales como FOPEX, Cooperativas de Exportación, Misiones Comerciales y Misiones Inversas. La Ley 23.101 es un antecedente de suma importancia y trascendencia que debe ser reconsiderado, actualizado y nuevamente desarrollado.

·         Plena vigencia del Régimen de Aduana de Fronteras con la incorporación al mismo de todas las Aduanas y que permita la acreditación de los cobros de las exportaciones de hasta u$s 30.000 por cada operación sin intervención bancaria.

DESARROLLO DE PYMES

·         Desarrollo de Planes y Programas de Mejora de la Competitividad de fácil acceso y que aborden a la totalidad de los sectores y regiones PYME, con amplias facilidades para la incorporación de la innovación y modernización tecnológica, el diseño industrial en las PYME.

·         Establecer mecanismos que permitan compensar las contribuciones patronales a cuenta de IVA

·         Reglamentar las cuestiones impositivas (apropiación del IVA y otros impuestos) en las formas asociativas previstas por la Ley de Sociedades reconociéndole a éstas personería jurídica propia.

·         Promover mediante instrumentos financieros y tributarios la relocalización de las PYME en Parques Industriales para mejorar las economías externas y la competitividad.

·         Ampliar y fortalecer mediante el efectivo cumplimiento por todos los niveles y jurisdicciones del Estado el Régimen de Compre Nacional. El actual Proyecto de Ley de modificación de la Ley 25.551 –con media sanción del Senado- debe ser tratado en forma prioritaria tanto por las Comisiones designadas (Industria, Comercio y Obras Públicas) como por el pleno de la Cámara de Diputados en tanto refleja una mejora sustantiva del régimen.

·         Promoción del desarrollo empresarial, creación de nuevas empresas y desarrollo y fortalecimiento de la cultura emprendedora.

·         Desarrollo de una normativa societaria e impositiva que aliente la continuidad de las sucesiones en materia empresaria

·         Distribuir de modo más uniforme en toda la demanda los cargos que se han establecido para la actividad industrial en materia de energía eléctrica.

TEMAS DE INFRAESTRUCTURA

·         Tanto el desarrollo del mercado interno como del comercio exterior requieren de la existencia de una red caminera moderna y que se adapte a las necesidades de la producción allí donde ésta este localizada. En tal sentido se hace indispensable una política de desarrollo y modernización de las rutas tanto troncales como secundarias de acceso a los mercados como a los puertos. Si bien reconocemos que se ha avanzado bastante en ésta materia en los últimos años, aún resta avanzar y fortalecer la red caminera para evitar sobrecostos de logística que afectan la competitividad de las PYME y traban su acceso a los mercados.

·         La oferta energética es una preocupación constante de las PYME tanto porque su desarrollo muchas veces demanda una capacidad que muchas veces no se le puede garantizar cómo por los cortes de energía en los que muchas veces se ven involucradas sea de modo directo o indirecto. A su vez, los cargos por consumo excedente deben ser eliminados en tanto reflejan una mayor actividad de las PYME que no puede ser restringida por éstos sobrecostos como por las obligaciones emergentes de los mismos.

·         Si bien son escasas las PYME afectadas por la oferta de gas de modo directo, si lo son de de modo indirecto. La intermitencia del aprovisionamiento genera muchas veces escasez de materia prima y resulta el fundamento para que las PYME deban abonar sobre precios para lograr el abastecimiento de materias primas indispensables. Esta debilidad en materia de provisión de gas a los proveedores del mercado Mayorista Eléctrico implica finalmente sobrecostos en las tarifas que éstos cobran al aducir cambios en la matriz de generación.

MEDIO AMBIENTE

En el marco de un nuevo paradigma ambiental, es que se sancionó la Ley General del Ambiente, N° 25.675, por lo cual las empresas argentinas deben considerar las consecuencias en el ambiente que tienen sus actividades. Eso por ello que las PYMES deben plantearse cómo afrontaran esta nueva situación y cómo van a internalizar estos nuevos costos en su actividad productiva.

En particular, para las PYME adquiere especial significación la problemática que plantea el cumplimiento del artículo 22 de la Ley, que obliga a las Empresas a “contratar un seguro de cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que en su tipo pudiera producir; asimismo, según el caso y las posibilidades podrá integrar un fondo de restauración ambiental que posibilite la instrumentación de acciones de reparación”..

Desde CAME se asumió el compromiso de brindar acciones inmediatas a nuestros asociados, ayudando a dar respuesta a aquellos casos donde se ha recibido una intimación respecto al cumplimiento del Artículo 22.

También se observó la necesidad de que la contratación del seguro no sea una carga para el empresario PYME, sino que sea realmente una solución ante la responsabilidad y que posibilite la reparación del daño ambiental. Se subrayó que las PYMES deberían ser las últimas empresas en ser intimadas, considerando el alto costo que implica la contratación del seguro y la dificultad de acceso al crédito en caso de ser necesario realizar una reconversión productiva a fin de evitar la contaminación ambiental.

Por último CAME destaca que debe respetarse el Principio de Progresividad que existe en el Derecho Ambiental, el cual implica dar un plazo prudencial para el cumplimiento de los objetivos ambientales, reconociéndose metas intermedias.

En este sentido, es necesario que el Estado coopere en la solución de la problemática y que no sólo se haga hincapié en la reparación del daño sino principalmente en evitar el daño. Por este motivo, el Estado debe desde sus diversos órganos involucrarse en la solución del problema ambiental, subsidiando a las empresas en la compra de tecnologías limpias que permitan la producción para el desarrollo sustentable.

En tal sentido, y hasta tanto se resuelvan los temas de fondo solicitamos:

·         se autoricen otras soluciones e instrumentos (Pólizas de Seguro de Responsabilidad por Daños al Patrimonio Ambiental) que significan una autentica y verdadera transferencia de riesgo y que, aunque también de modo imperfecto, contribuyen a dar respuesta a lo establecido en dicha norma legal

·         la reglamentación del último párrafo del Artículo 22º  de la LGA en particular en lo que respecta al Fondo de Restauración que permita a las PYME disponer del instrumento del autoseguro.

·         Se evite el dictado de nuevas normas que conllevan nuevas obligaciones hasta tanto se resuelvan los temas de fondo de la Ley General del Ambiente y existan instrumentos acordes para dar adecuada respuesta por parte de las PYME. Generar nuevas demandas, que en muchos casos superponen jurisdicciones y crean confusión amenazando la competitividad de las PYME.

11 noviembre 2011

PARA ENTENDER LA CRISIS


PARA ENTENDER LA CRISIS - LA SUPERPRODUCCIÓN ABSOLUTA DE CAPITAL: HENRYK GROSSMAN .

El economista polaco Henryk Grossman elaboró después de la muerte de Lenin la contribución más importante a la Economía Política, apoyándose en los estudios de Marx. Su obra "La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista", aparecida en 1929, constituye una aportación decisiva al materialismo histórico, que los revisionistas se han esforzado por silenciar completamente, hasta el punto de que sus estudios no se mencionan ni siquiera para criticarlos.

No cabe duda que Grossman es un economista "maldito". De entre todo el grupo de polacos que comenzaron a escribir en el período de entreguerras (Moszkowska, Kalecki, Lange, Rosdolsk ) es el único que no sólo no se apoya en Luxemburgo, sino que la critica certeramente y, con ella, todas las teorías subconsumistas. En sus análisis, Grossman arranca de los postulados marxistas sobre el valor, que pone en el centro mismo de su exposición para demostrar la tendencia inexorable del capitalismo hacia el derrumbamiento. Pero Grossman no se limita a repetir lo ya descrito por Marx sino que subraya determinados aspectos descuidados por algunos continuadores, tales como el valor de uso, el consumo improductivo de los capitalistas, etc. Finalmente, Grossman añade importantes contribuciones al análisis económico en las que hasta ese momento nadie había reparado. Fue el primero en analizar el proceso de elaboración y la estructura lógico-dialéctica de "El capital" y aunque sus conclusiones distan de resultar exactas, hay que reconocer el extraordinario mérito de esta tarea en una época en la que aún no habían sido descubiertos los "Grundrisse". No obstante su enorme importancia, los estudios de Grossman carecieron de continuadores y no pudo crear escuela, lo que ha contribuido a que continúe siendo un desconocido, incluso en los ámbitos académicos.

Grossman concibe el capitalismo no como un sistema de producción de valores de uso, un sistema de satisfacción de necesidades, al modo de los subconsumistas, sino de valorización, de creación de valor de cambio y de plusvalía. Para él, como para Marx, la producción está dominada por las necesidades de valorización, de acumulación, no por la demanda de los consumidores. La unidad dialéctica del proceso de producción y el proceso de valorización es la expresión económica de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El capital desarrolla las fuerzas productivas para crear plusvalía, para incrementar su volumen, para acumular, lo que incrementa la composición orgánica de capital; los medios de producción crecen por encima de quien tiene que valorizarlos, que es la fuerza de trabajo. El capital experimenta entonces el efecto de dos tendencias contradictoras: una a reducir el capital variable y otra a aumentar la plusvalía; esto significa que cada vez hay más (capital constante) que valorizar con menos (capital variable), que cada vez hay una parte más importante de la producción que no se traduce en renta consumible sino que sólo puede funcionar como capital. El propio desarrollo de las fuerzas productivas conduce a que una masa creciente de capital acumulado no se corresponda con una masa mayor, sino menor, de plusvalía. En palabras del propio Marx: "El desenvolvimiento de las fuerzas productivas motivado por el capital mismo en su desarrollo histórico, una vez llegado a cierto punto, anula la autovalorización del capital en vez de ponerla" (133)La crisis fundamental del capitalismo deriva entonces, no del pauperismo de las masas obreras, ni de la insuficiente demanda, ni del consumo reducido, sino de la insuficiente valorización o, lo que es lo mismo, de la sobreacumulación ,de la plétora de capital: la producción se colapsa por grandes bolsas de capital (en forma tanto de dinero como de mercancías) que no se recuperan productivamente. Es un proceso dialéctico en el que las mismas causas que generan la prosperidad, conducen a la depresión, porque el desarrollo de las fuerzas productivas reduce la fuente de la plusvalía, que no es otra que el trabajo productivo y obstaculiza la valorización y acumulación del capital.

Es la expresión concreta y directa de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre una producción socializada y una apropiación privada, entre la producción de valor de cambio y la producción de valor de uso. Las posibilidades de producción son ilimitadas porque están ampliamente socializadas; las posibilidades de valorización están limitadas por la propiedad privada sobre los medios de producción.

En consecuencia, Grossman defiende tenazmente la ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia y critica a los subconsumistas y sus tentativas de hacer depender la producción de los niveles de demanda y del consumo. Según Grossman, la producción es la variable independiente y las magnitudes de la circulación dependen de ella (134). El capitalismo se derrumba por sus propias contradicciones internas: "La ley del derrumbe desarrollada de este modo tiene un significado general de principio. Es la ley fundamental que domina y sostiene todo el edificio teórico de Marx (...) La tendencia al derrumbe aquí demostrada posee un carácter de necesidad absoluta, que surge de la esencia del modo de producción capitalista" (135)En oposición a todos los revisionistas, Grossman fue el más ardiente defensor de la teoría del derrumbe que, en su exposición, no tiene ninguna sombra de mecanicismo ni automatismo ni catastrofismo: el derrumbe aparece en medio de contradicciones cíclicas periódicas y no de manera continua:

"La tendencia al derrumbe en tanto que 'tendencia básica' natural del sistema capitalista, se descompone en una serie de ciclos, en apariencia independientes, donde la tendencia al derrumbe sólo se impone periódicamente una y otra vez (..) La teoría marxiana del derrumbe constituye por ello el presupuesto y el fundamento necesario de su teoría de las crisis, porque la crisis, según Marx, sólo representa una tendencia al derrumbe momentáneamente interrumpida y que no ha llegado a su expansión plena, o sea que representa una desviación pasajera de la 'línea tendencial' seguida por el capitalismo.

"Pero a pesar de todas las interrupciones periódicas y atenuaciones de la tendencia al derrumbe, con el progreso de la acumulación capitalista, el mecanismo global marcha necesariamente hacia su fin, pues con el crecimiento absoluto de la acumulación de capital, cada vez se torna gradualmente más difícil la valorización del capital generado (...) Si estas tendencias contrarias llegaran a debilitarse o a paralizarse (...) entonces la tendencia al derrumbe adquiere predominio y se impone en su validez absoluta como ' última crisis'.

"No es necesario que la ley del derrumbe se imponga. Su realización absoluta se podría ver interrumpida por tendencias contrarrestantes. De este modo el derrumbe absoluto se transforma en una crisis transitoria, luego de la cual se reinicia el proceso de acumulación sobre una base distinta" (136).

Según este economista polaco, la clave no está en preguntar si el capitalismo se hundirá alguna vez sino en saber por qué hasta la fecha no se ha hundido (137). Para solventar este interrogante, pasa a analizar detalladamente todas y cada una de las "contratendencias" al derrumbe, tanto las que ya señaló Marx, como otras que él toma en consideración, siempre sobre la base de que esas "contratendencias" son secundarias y no pueden impedir el curso de la tendencia dominante hacia el derrumbe: "La tendencia del desarrollo histórico procede en el sentido de agudizar cada vez más las contradicciones dentro del capitalismo mundial y de acercar la tendencia al derrumbe en medida creciente al límite absoluto del derrumbe del capitalismo (...) La creciente tendencia al derrumbe y el fortalecimiento del imperialismo son sólo dos aspectos del mismo complejo fáctico" (138)Esa agudización de las contradicciones desarrolla la conciencia de clase, el elemento subjetivo imprescindible del proceso: "El derrumbe, a pesar de su inevitable necesidad objetiva, está sujeto en gran medida a la influencia ejercida por las fuerzas vivas de las clases en pugna, otorgando de este modo un cierto margen a la participación activa de las clases" (139)Acusado de mecanicista, de catastrofista, determinista y espontaneísta (140), Grossman escribe: "El capitalismo puede ser abatido sólo a través de la lucha de clase de la clase obrera. Pero lo que yo quería demostrar es que la lucha de clase no es suficiente por sí misma. No es suficiente la voluntad de abatirlo (...) Como marxista dialéctico es obvio que las dos caras del proceso, los elementos objetivos y los subjetivos tienen un influjo recíproco entre sí. No se puede 'esperar' a que se den primero las condiciones 'objetivas' para después, y sólo entonces, dejar actuar a las condiciones 'subjetivas'. Sería una concepción mecánica, insuficiente, con la que no estoy de acuerdo (..) Mi teoría del derrumbe no trata de excluir esta intervención activa, sino que se propone más bien demostrar en qué condiciones puede surgir y surge de hecho una situación revolucionara de este tipo, en forma objetiva" (141).

Otro de los aspectos del pensamiento económico marxista defendido por Grossman es la pauperización del proletariado bajo el capitalismo (142), que también algunos revisionistas habían cuestionado. Crítica que se identifica con el principio establecido por Marx, según el cual el salario se fija por la cantidad necesaria para la reproducción de la fuerza de trabajo, con el mínimo imprescindible para el sustento cotidiano del trabajador. Para Grossman el salario no es constante sino que varía en función de la intensidad del trabajo, de modo que si, por un lado, la creciente productividad tiende a reducir el salario, por la otra, el crecimiento de la intensidad empuja hacia el incremento de los salarios reales. El crecimiento de la intensidad del trabajo aumenta, por tanto, el coste de reproducción de la fuerza de trabajo y con él, los salarios. Ahora bien, a partir de un cierto nivel, la tendencia de la acumulación opera en un sentido contrario, expulsando fuerza de trabajo y reduciendo los salarios: "La tendencia creciente del salario real y la tendencia a la agudización de la miseria, lejos de contradecirse, más bien reflejan diferentes niveles de la acumulación de capital" (143)De ese modo, la tendencia al aumento de los salarios no tiene continuidad a causa de la acumulación, que exige a partir de un cierto momento, una reducción de los salarios y un drástico empeoramiento de la condición obrera, de manera que "la pauperización es el punto conclusivo necesario del desarrollo al cual tiende inevitablemente la acumulación capitalista" (144).

Una de las "contratendencias" a las que Grossman dedica una especial importancia es la población.

Siempre partiendo de la ley de valor, Grossman recuerda que la masa de plusvalía es directamente proporcional al número de obreros y que, en consecuencia, una forma de incrementar esa masa es incrementar la población trabajadora. Considera que ni la emigración del campo a la ciudad ni la incorporación de la mujer a la producción, son suficientes para colmar la sed de beneficios del capital. El problema de la población ha cambiado desde la época de Malthus y, por ello, la significación del ejército industrial de reserva es ahora otra: "Lo que diferencia la época actual de la malthusiana es la oposición entre la fase inicial y la fase tardía de la acumulación de capital, la oposición entre el ritmo lento de la acumulación en sus comienzos (de ahí el ejército de reserva como consecuencia de la insuficiente acumulación de capital) y el ritmo acelerado de la acumulación en un nivel más alto del desarrollo capitalista (de ahí el ejército de reserva como consecuencia de la sobreacumulación)" (145)En la época de Malthus la burguesía temblaba por el riesgo de superpoblación; ahora por el de subpoblación.

Grossman ve aquí una de las raíces del colonialismo y ofrece una exhaustiva explicación de los lazos entre colonización y población a lo largo de la historia, desde el descubrimiento de América: mientras en las metrópolis, la mano de obra va hacia el ejército de reserva, en las colonias se produce una escasez crónica; así surgen las grandes migraciones hacia las colonias, el mercantilismo fomenta las políticas natalistas y se desata el comercio de esclavos, uno de los negocios más lucrativos de la época"infantil" del capitalismo. El malthusianismo aparece transitoriamente, según afirma Grossman, precisamente en ese tránsito entre un déficit de fuerza de trabajo originado por un estadio precoz de la acumulación capitalista y otro también de déficit pero originado esta vez por la sobreacumulación.

Igualmente originales son las ideas de Grossman acerca del mercado mundial y la exportación de capitales, que analiza como "contratendencias" frente a la caída de la cuota de ganancia. El comercio internacional consiste en un intercambio desigual que origina un drenaje de valor desde las colonias a los centros imperialistas por medio de la disparidad entre los valores de las mercancías y sus precios de producción. Los países imperialistas encuentran de esa forma fuentes adicionales de plusvalía que acumular. Los métodos de producción más avanzados son los que, por su más elevada composición orgánica de capital, permiten esa transferencia encubierta de valor que esquilma a las áreas coloniales, por cuyo dominio comienza a entablarse una pugna feroz. Asegurar el aprovisionamiento de materias primas a buen precio es el segundo de los motivos de esa pugna, porque el precio de las materias primas tiene una importancia creciente en el coste del capital constante y, por tanto, en la configuración de la cuota de ganancia. Los países imperialistas no buscan en las colonias "salidas" a su producción industrial. sino que, muy al contrario, son netamente importadores, especialmente de materias primas. El control del abastecimiento de materias primas es vital para el dominio de la producción y el mercado: "La lucha competitiva de los estados capitalistas comenzó, ante todo, por el dominio de las materias primas, porque aquí las posibilidades de ganancias monopólicas eran mayores. Sin embargo, ésta no es la única razón. El dominio sobre las materias primas conduce al dominio sobre la industria en general" (146).

A diferencia de Luxemburgo, Bujarin y todos los economistas "tercermundistas", Grossman se preocupa también por las relaciones interimperialistas, ya que la competencia entre las grandes potencias va adquiriendo una importancia cada vez mayor. Comerciar con un país atrasado, de baja composición de capital, sólo es rentable mientras subsista ese atraso tecnológico que permite el drenaje encubierto de valor en favor de los países más adelantados. El comercio entre países de similar composición de capital no ofrece esas ventajas, mientras que la exportación de capital sí puede suponer una fuente adicional de plusvalía que frene la crisis de sobreacumulación. Y el imperialismo se caracteriza más por la exportación de capitales que por la de mercancías. Ahora bien, a Grossman las explicaciones ofrecidas del fenómeno de la exportación de capitales no le resultan convincentes. Tanto Hilferding, como Bujarin, como Varga y como los "Manuales" soviéticos, afirmaban que el capital se invertía en el exterior a causa de una cuota de ganancia más elevada en el extranjero, mientras Grossman sostiene que la emigración del capital tiene su origen en la sobreacumulación. La sobreacumulación ocasiona que grandes masas de mercancías (capital mercancías) no se realicen en el mercado y que grandes sumas de dinero (capital dinero) no encuentren inversión lucrativa en el interior. No es que la cuota de ganancia sea superior en el extranjero sino que en el interior no hay ninguna ocupación rentable, que se trata de capital excedente, inactivo. Critica a Varga porque admite la superproducción de mercancías pero no la de capital; y critica a Ricardo porque acepta la superproducción de capital pero no la de mercancías. Siguiendo a Marx, afirma que ambos tipos de superproducción son manifestaciones de un mismo fenómeno: la sobreacumulación de capital, es decir, un exceso de capital para el que no hay posibilidad de valorización, de inversión rentable. La burguesía pasa a transformarse en una clase rentista, parasitaria y estudia el caso de Holanda como país precursor en este campo.

Junto a la exportación de capitales, Grossman sitúa la especulación como complemento de la sobreacumulación: "La exportación de capital hacia el exterior y la especulación en el interior del país son fenómenos paralelos y nacen de una misma raíz (...) La especulación es un medio para sustituir la insuficiente valorización de la actividad productiva con ganancias que emanan de las pérdidas de la cotización de las acciones de las amplias masas de pequeños capitalistas, de la considerada 'mano débil' y es por ello un poderoso medio de concentración del capital dinerario" (147). La plétora de capital lleva a Grossman a criticar a Hilferding su teoría del dominio del capital bancario sobre el industrial (148): eso pudo ser posible en una fase inicial del capitalismo caracterizada por la escasez de capitales en donde los bancos pueden desempeñar plenamente su papel de mediadores; pero, en la época del capital financiero, es el capital industrial el que domina al bancario, debido a los excedentes crónicos de capital-dinero que permanecen inactivos y que permiten una holgada autofinanciación. Igualmente se opone a la tesis de Hilferding de la disminución de la especulación como consecuencia de la regulación monopolista (149) y le critica algo trascendental en Hilferding: el concepto mismo de capital financiero que utiliza, como sinónimo de capital bancario aplicado a la industria, al que opone la definición leninista de fusión del capital industrial con el bancario y unión estrecha con el poder del Estado monopolista. Finalmente, Grossman se enfrenta a la teoría del "superimperialismo" de Kautsky y a la idea de una corporación única de Hilferding (150), capaz de englobar y gestionar un capitalismo "organizado" y sin crisis, mediante una idea muy sencilla: el capitalismo no existe sin valor de cambio y éste, a su vez, exige una multiplicidad de productores independientes que intercambian sus mercancías, de modo que si esos productores independientes fueran engullidos por un gigantesco monopo1io, desaparecería el valor de cambio y el capitalismo, lo que resulta absurdo imaginar siquiera. Una economía capitalista no puede ser regulada y una economía regulada no es capitalista (151).

notas:
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133.   Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política. Grundrisse, Siglo XXI, Madrid, 2ª Ed., 1972, vo1. 2, pg. 282.
134.   La ley de la acumulación y el derrumbe del sistema capitalista, Siglo XXI, 2ª Ed., 1984, pg. 160.
135.   La ley de la acumulación, cit., pgs. 185 y 186.
136.   La ley de la acumulación, cit. pgs. 95 y ll9.
137.   La ley de la acumulación, cit., pg. 188.
138.   La ley de la acumulación, cit., pgs.192 y 193.
139.   La ley de la acumulación, cit., pg. 388.
140.   Todos estos calificativos están en la obra de Pesenti, refiriéndose a Grossman sin mencionarlo siquiera (pgs. 226 a 229).
141.   Ensayos sobre la teoría de las crisis. Dialéctica y metodología en 'El capital', Pasado y Presente México, 1979, pg. 250.
142.   La ley de la acumulación, cit., pgs. 126 y 374 y sigs.
143.   La ley de la acumulación, cit., pg. 384.
144.   La ley de la acumulación, cit, pg. 386.
145.   La ley de la acumulación, cit., pgs. 246-247.
146.   La ley de la acumulación, cit., pg. 293.
147.   La ley de la acumulación, cit., pg. 346.
148.   E1 capital financiero, cit., pg. 247.
149.   El capital financiero, cit., pgs. 247 y 320 y sigs.
150.   El capital financiero, cit., pg. 258.
151.   La ley de la acumulación, cit., pg. 393.