03 diciembre 2020

 

TIEMPO DE NOVEDADES

¿ESTAMOS PREPARADOS PARA RECIBIRLAS?

 

Una actividad de los colegas de Actuación Profesional en Procedimientos Concursales del Consejo Profesional de Cs Económicas de CABA llamó mi atención por lo que estimo un buen intento de conversar sobre el porvenir, pero arriesgada, para proponer abordar la “Recuperación Económica Pospandemia”. 

En mi visión referirse a ese tema de ese modo llama a confusión. 

¿Por qué? Porque cada país adopto políticas públicas diferentes y tal como esta siendo demostrado los resultados son bien diferentes. Es cierto que cada Gobierno estableció las prioridades y diseño las políticas públicas conforme a los criterios soberanos motivo por el cual no es posible aplicar el genérico “Pandemia”, sino que debemos referirnos a lo que genéricamente se ha dado en llamar Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) ahora convertido en Distanciamiento (DISPO). 

Con lo cual, tal vez debió titularse la “Recuperación Económica Pos-ASPO/DISPO”. Reitero la “pandemia” es una calificación de la salud pública a escala global que demanda vacunas, barbijos, cuidados sanitarios, etc. 

La pandemia es un fenómeno global que fue tratado por cada país con políticas públicas diferenciadas y, obviamente, con instrumentos y resultados diversos. Por otra parte resulta incierto el momento en que la OMS la declare resuelta o la transforme en epidemia y a su vez, cada país, habrá de, en el marco de su soberanía, resolver adherir o no a la calificación. 

El ASO/DISPO genera otros análisis, otras evaluaciones y otras políticas en materia empresaria dado que ésa política sanitaria incluía -como lo señala el DNU 297/2020 medidas de carácter económico de tal magnitud como el cese completo de la producción. 

Obviamente es posible que muchas Empresas ya venían con anterioridad al DNU 297/2020 con situaciones críticas en materia de gestión empresarial, pero a partir de ése DNU el contexto de evaluación, análisis y decisión sobre la reestructuración, reorganización, etc o quiebra se transformó de manera radical. 

Es por ello que la materia a analizar es el impacto que ése DNU -del que se organizó un aparato legal de singular complejidad y novedad que afectó desde garantías individuales hasta los detalles más pequeños como solicitar autorización para correr. 

Pero estas políticas públicas, estas decisiones que pueden estar motivadas en una pandemia, fueron diseñadas, organizadas, normadas y sujetas al estricto control estatal por parte del Gobierno Argentino en todas sus jurisdicciones. No es una cuestión global, es una cuestión particular, porque, reitero, es particular el modo en que cada país encara el fenómeno sanitario global. 

Por eso, la política económica derivada de las decisiones tomadas a partir del DNU 297/2020 han dado paso a un escenario que podríamos llamar “novedoso” pero de incierto destino para el conjunto de la sociedad, basta observar las estadísticas de empleo, caída del PBI, hacer un análisis específico de la recaudación tributaria, la evolución de la pobreza, etc para concluir que ni siquiera el propio Gobierno Nacional tiene resuelto el modo, la organización y el estado de situación que se deberá enfrentar cuando decida dar por terminada la emergencia sanitaria. 

En estos días está en desarrollo la 26 Conferencia Industrial de la UIA y nadie menciona en voz alta este intríngulis. Se escucha a los funcionarios hablar, pero no se conoce una sola decisión, en el mientras tanto se prorrogan prohibiciones, se estiran los plazos. 

Del mismo modo el sector empresario prefiere no hablar en público del tema y prefieren “barrer el problema” bajo una alfombra llamada “incertidumbre” a la que me he referido en éstos días (ver https://documentcloud.adobe.com/link/track?uri=urn:aaid:scds:US:6911aeef-13df-4be5-952d-c7d1b791eeda ) 

Allí señalamos que nos cuesta superar el nivel del discurso de gerundios para pasar a lo sustantivo porque por un lado aún estamos inmersos en una tragedia y por otro porque debemos, de modo prioritario, abordar el concepto de crisis en el marco de paradigmas que desconocemos o hemos descartado o no nos han enseñado o hemos rechazado. 

Es decir, debemos enfrentarnos al primer fracaso. El de nuestra visión. 

Coincidentemente el mismo día y hora se reúne la Comisión de Problemática PYME que también debe o -en mi opinión debería- estar preguntándose lo mismo. 

Más aún el Consejo Profesional y la propia FACPCE en su conjunto debería estar reflexionando sobre el destino de lo que para muchos es su objeto de trabajo: la actividad económica. 

En sustitución, la FACPCE plantea un debate mezquino para tratar de en la desesperación de la caída de actividad concentrar todas las incumbencias profesionales en los Contadores Públicos. 

Lo que se observa es, nuevamente, el fracaso de una visión, de una concepción de la crisis, situación propia del desarrollo capitalista, que no se llega a comprender porque aún se esta aferrado a paradigmas y sistemas de pensamiento que ya comienzan a mostrar no sólo decrepitud, sino que ya -en la Argentina - está en su etapa final. 

Estamos viviendo un tiempo especial, es Adviento, lo que anuncia lo nuevo, ¿estamos preparados para recibirlo? 

Lic. Carlos Guillermo Schwartzer 

Colegiales, 3 de diciembre de 2020

 

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