23 enero 2020

LO ETERNO Y LO EFÍMERO: LA SUSTENTABILIDAD ES UNA QUIMERA


LO ETERNO Y LO EFÍMERO
LA SUSTENTABILIDAD ES UNA QUIMERA

Hace unos días atrás, decíamos en nuestro blog: Recuperación Productiva: desensillar hasta que aclare”[1].

Los días corren y hoy, un gran conocedor de la política económica argentina, el Dr. Juan Carlos de Pablo señala en La Nación (23/01/2020), “…sabiendo que lo único que no puede hacer es "desensillar hasta que aclare". ¡Porque nunca aclara!” [2].

Tiene razón el Dr. De Pablo, “nunca aclara”, vale, entonces, la pena preguntarse ¿Por qué los argentinos -al menos o por lo menos en los aspectos productivos- debemos encarar nuestros quehaceres en la penumbra, en el marco de una luz crepuscular?

Para zafar en la respuesta y no asumir nuestros compromisos, podemos decir que éste presente no es más que el resultado de una historia de dislates que, la picaresca política endilga a quienes más cercanos tiene en el pasado sin reconocer, que un escalón más abajo, son ellos mismos los que aportaron a sostener los claroscuros, la propia existencia de la penumbra.

En estos días se debatirá en el Congreso Nacional una ley que tiene por objetivo, casi como el platónico “eterno retorno”, encarar la resolución de una nueva “cesación de pagos” (default) bajo la condición de “sustentabilidad”.

La pretensión de llevar a delante una renegociación del endeudamiento externo del Estado Nacional que no debe excluir la de los Estados subnacionales (e incluso algunos locales) sin ni siquiera hacer referencia al modo que se habrán de generar las condiciones productivas para hacer medianamente creíble la posibilidad de un repago de las obligaciones deja expuesta una visión que, nuevamente, nos mantendrá en la penumbra con rumbo hacia la oscura noche.

Tal vez el último ejemplo de lo que afirmamos sea la suspensión, basados en argumentos burocráticos fútiles, de la continuidad de la Ley de Economía del Conocimiento que. es importante destacarlo, fue votada por unanimidad por el Congreso Nacional.

Se deja en suspenso a un sector que se ubica en el tercer lugar de las exportaciones argentinas (alrededor de u$s 6.000 mil millones) y que simultáneamente genera unos 120.000 puestos de trabajo de singular característica, en una economía global orientada de modo decidido hacia la Inteligencia Artificial, las redes de producción basadas en el el “cloud computing”, la economía circular, la biotecnología y biogenética, son empleos de alta calificación y de singular dinámica en materia de desarrollo de conocimiento y alta productividad.

El Estado Nacional -y sus colaterales los Estados Subnacionales y locales – poseen la pretensión del “Viejo Hucha”: su avaricia somete a privaciones a su familia y es despreciado por sus hijos. Describimos esta metodología política en nuestro blog el pasado 25/12/2019: “El Eterno Retorno” [3].

Aunque no coincidamos con ella, a un mes de iniciada la gestión, se exhibe coherencia; se congela, se suspende, se difiere, se “administra”, se prohíbe, se postergar, se ignora, etc., etc. pero simultáneamente se requiere, o mejor dicho, se exige: actitudes empáticas, sin discordancia, sin manifestaciones que se perciban dramáticas o discordantes. Disentir, expresar desacuerdo tiene por detrás la sanción mediante una violencia “simbólica”, opaca que se manifiesta, por ejemplo, en el retardo de una decisión “administrativa” que genera daño y conflicto.

La mentada “sustentabilidad” que no articula, coordina ni se incluye en una decisión que permita al menos teóricamente pensar que ese principio fundamental de una renegociación con nuestros acreedores externos resulta falaz.

Obviamente, nuestros acreedores, hábiles en estas lides, y en virtud de su propia lógica, finalmente harán como “sí” fuese “verdad” la declaración respecto de que, está vez sí, la propuesta es “sustentable”.

Todos conviven en el brumoso ambiente de la mentira “necesaria” y de una “fe” imprescindible para la continuidad de sus objetivos: los acreedores mantener la lógica de la deuda que implica sostener el flujo de intereses cobrados hasta la eternidad y ésta ocasional contraparte intentar llevar adelante sus designios de poder.

Los de “a pie”, los que cada mañana, como señala el Dr. De Pablo: “se levantan todos los días a ver cómo le encuentran la vuelta”, vamos rumbo hacia un “Largo viaje hacia la noche”.

Lo eterno y lo efímero. Lo eterno: La producción que sustenta la acumulación de capital, lo efímero: estas “novedosas” promesas de sustentabilidad.

Como dice Luo Hongwu, maravillo personaje de ésta gran película china: “Cada vez que la veía, sabía que estaba soñando otra vez”.

Lic. Carlos Guillermo Schwartzer

Belgrano, 23 de enero de 2020

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