LO ETERNO
Y LO EFÍMERO
LA
SUSTENTABILIDAD ES UNA QUIMERA
Hace unos días atrás, decíamos en nuestro
blog: Recuperación Productiva: desensillar hasta que aclare”[1].
Los días corren y hoy, un gran conocedor de la
política económica argentina, el Dr. Juan Carlos de Pablo señala en La Nación
(23/01/2020), “…sabiendo que lo único que no puede hacer es
"desensillar hasta que aclare". ¡Porque nunca aclara!” [2].
Tiene razón el Dr. De Pablo, “nunca aclara”,
vale, entonces, la pena preguntarse ¿Por qué los argentinos -al menos o por lo
menos en los aspectos productivos- debemos encarar nuestros quehaceres en la
penumbra, en el marco de una luz crepuscular?
Para zafar en la respuesta y no asumir
nuestros compromisos, podemos decir que éste presente no es más que el
resultado de una historia de dislates que, la picaresca política endilga a
quienes más cercanos tiene en el pasado sin reconocer, que un escalón más
abajo, son ellos mismos los que aportaron a sostener los claroscuros, la propia
existencia de la penumbra.
En estos días se debatirá en el Congreso
Nacional una ley que tiene por objetivo, casi como el platónico “eterno
retorno”, encarar la resolución de una nueva “cesación de pagos” (default) bajo
la condición de “sustentabilidad”.
La pretensión de llevar a delante una
renegociación del endeudamiento externo del Estado Nacional que no debe excluir
la de los Estados subnacionales (e incluso algunos locales) sin ni siquiera
hacer referencia al modo que se habrán de generar las condiciones productivas
para hacer medianamente creíble la posibilidad de un repago de las obligaciones
deja expuesta una visión que, nuevamente, nos mantendrá en la penumbra con
rumbo hacia la oscura noche.
Tal vez el último ejemplo de lo que afirmamos
sea la suspensión, basados en argumentos burocráticos fútiles, de la
continuidad de la Ley de Economía del Conocimiento que. es importante
destacarlo, fue votada por unanimidad por el Congreso Nacional.
Se deja en suspenso a un sector que se ubica
en el tercer lugar de las exportaciones argentinas (alrededor de u$s 6.000 mil
millones) y que simultáneamente genera unos 120.000 puestos de trabajo de
singular característica, en una economía global orientada de modo decidido
hacia la Inteligencia Artificial, las redes de producción basadas en el el
“cloud computing”, la economía circular, la biotecnología y biogenética, son
empleos de alta calificación y de singular dinámica en materia de desarrollo de
conocimiento y alta productividad.
El Estado Nacional -y sus colaterales los
Estados Subnacionales y locales – poseen la pretensión del “Viejo Hucha”: su
avaricia somete a privaciones a su familia y es despreciado por sus hijos.
Describimos esta metodología política en nuestro blog el pasado 25/12/2019: “El
Eterno Retorno” [3].
Aunque no coincidamos con ella, a un mes de iniciada
la gestión, se exhibe coherencia; se congela, se suspende, se difiere, se
“administra”, se prohíbe, se postergar, se ignora, etc., etc. pero
simultáneamente se requiere, o mejor dicho, se exige: actitudes empáticas, sin
discordancia, sin manifestaciones que se perciban dramáticas o discordantes.
Disentir, expresar desacuerdo tiene por detrás la sanción mediante una
violencia “simbólica”, opaca que se manifiesta, por ejemplo, en el retardo de
una decisión “administrativa” que genera daño y conflicto.
La mentada “sustentabilidad” que no articula,
coordina ni se incluye en una decisión que permita al menos teóricamente pensar
que ese principio fundamental de una renegociación con nuestros acreedores externos
resulta falaz.
Obviamente, nuestros acreedores, hábiles en estas
lides, y en virtud de su propia lógica, finalmente harán como “sí” fuese
“verdad” la declaración respecto de que, está vez sí, la propuesta es
“sustentable”.
Todos conviven en el brumoso ambiente de la
mentira “necesaria” y de una “fe” imprescindible para la continuidad de sus
objetivos: los acreedores mantener la lógica de la deuda que implica sostener
el flujo de intereses cobrados hasta la eternidad y ésta ocasional contraparte
intentar llevar adelante sus designios de poder.
Los de “a pie”, los que cada mañana, como
señala el Dr. De Pablo: “se levantan todos los días a ver cómo le encuentran
la vuelta”, vamos rumbo hacia un “Largo viaje hacia la noche”.
Lo eterno y lo efímero. Lo eterno: La producción que sustenta la acumulación de capital, lo
efímero: estas “novedosas” promesas de sustentabilidad.
Como dice Luo Hongwu, maravillo personaje de
ésta gran película china: “Cada vez que la veía, sabía que estaba soñando
otra vez”.
Lic. Carlos Guillermo Schwartzer
Belgrano, 23 de enero de 2020
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