PYMES Y
AUTÓNOMOS:
LA AFIP
MUESTRA LOS NÚMEROS QUE REFLEJAN SUS DIFICULTADES
Con absoluta suficiencia y
porque no con una pequeña pizca de soberbia, el titular de la Administración
Federal de Ingresos Públicos, Dr Alberto Abad puso en blanco sobre negro el
tamaño de las dificultades que tienen los trabajadores autónomos no
Monotributistas (es decir, en general los “auto-empleados”)[i]
y las PYME para pagar semejante carga tributaria que sólo a nivel nacional
significa un 32,5%% del PBI.
Si el “fallido de caja” que
poseen las PYME y los trabajadores autónomos (no Monotributistas) en materia de
impuestos nacionales (en particular saldos de IVA, Ganancias, Anticipos de
Ganancias, Ganancia Presunta y Bienes Personales representan el 50% de las
facilidades pago ofrecidas por la AFIP, eso significa que las PYME y los
trabajadores autónomos tienen deudas por impuestos nacionales del orden de los
$ 143.500 millones.
La mirada “piadosa y
bonachona” del titular de la AFIP representa casi una verdadera afrenta a estos
sectores porque ése tamaño pasivo debe ser completado con los planes de pago a
los que también deben acogerse las PYME y los trabajadores autónomos (no
Monotributistas) a niveles provinciales y municipales.
Lo que pone en evidencia el
titular de la AFIP es tal vez el signo más perverso de la situación de ahogo
fiscal resultado de una presión tributaria insostenible:
Por un lado, la
dinámica del sistema económico:
- recesión,
- caída de ventas,
- judicialización de las relaciones laborales
- simultáneamente obligación imprescindible de invertir y mejorar de modo estructural la productividad industrial,
- ejercer, con absoluta responsabilidad, la administración de los planteles laborales
- hacer frente a tasas de interés exorbitantes tanto para intentar financiar proyectos de inversión como para poder mantener el stock de capital de trabajo y permitir la continuidad productiva
- estar atentos a los impactos de la competencia desleal por parte de productos importados -como así también la que proviene de la informalidad productiva y el contrabando.
- a más de toda la problemática cotidiana que implica la producción
Pero la otra cara
de la moneda, es que “gracias a la bondad” del titular de la AFIP las PYME y
los trabajadores autónomos pueden financiar semejante dislate impositivo a una
tasa menor (+3 p.p. sobre la tasa pasiva del Banco Nación, eso sin contar los
intereses punitorios y resarcitorios, más en muchísimos casos enfrentar los
honorarios de los cobradores fiscales y el lucro cesante y dificultades que conllevan
el embargo de las cuentas bancarias) que la que deberían abonar a los bancos.
Es decir, frente a la “zona
oscura” resultado de políticas públicas cuestionables en sus resultados, se
ofrece el placebo de facilidades de pago frente a una crisis económica de tal
profundidad que se refleja, entre otras variables, en la falta de liquidez
tanto de las PYME, de los trabajadores autónomos (no Monotributistas), pero,
cuando éste “placebo” se convierte en la “medicina única y estratégica, resulta
un verdadero veneno.
Las PYME y los trabajadores
autónomos (no Monotributistas) cada vez que se abre una moratoria responden de
modo positivo porque queda en claro que la decisión (y no sólo la voluntad) de
cumplir con las obligaciones formales está claramente internalizada en su
conducta empresaria.
Pero todo tiene un límite.
Y ese límite, como la propia
vida genera lo que desde hace ya algunos años denominamos “estrategias de
supervivencia” que primero se expresan en acciones de racionalización (ajuste
interno de la empresa) y finalmente, de no obtener los resultados esperados,
pasan directamente a dos tipos de estrategias: o la informalización de la
actividad económica o lo que damos en llamar los “cierres silenciosos
Pero, nos preguntamos, no sería
importante que el Dr Abad reflexionara porqué las PYME tienen las dificultades
que tienen para obtener un adecuado y razonable financiamiento y no requerir a
la AFIP éste “financiamiento forzoso” y aparentemente graciable de un Organismo
Público cuya función es cobrar impuestos.
Tal vez, el Administrador
Federal de Ingresos Públicos debería hacer saber a sus superiores de esta
realidad que no lo convierte a él en un funcionario dadivoso, sino por el
contrarió en una suerte de Dorian Grey. Su belleza externa esconde un retrato abominable
de la realidad que viven las PYME y los trabajadores autónomos
Colegiales (CABA), 3 de enero de 2018
Lic. Carlos Guillermo
Schwartzer
[i] Cuando nos referimos a Trabajadores
Autónomos (no Monotributistas) hacemos referencia a que la no actualización
delas escalas del Monotributo por años dio como resultado que muchos
Monotributistas fueran recalificados de modo compulsivo como Responsables
Inscriptos. Recién a partir de enero de 2018 estas categorías fueron actualizadas,
pero para retornar al Monotributo, el contribuyente debe esperar al menos 3
años facturando por debajo de las nuevas categorías. Un plazo de espera que
consideramos más que excesivo.
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