31 diciembre 2007

APORTES PARA UNA AGENDA PYMI

El desarrollo de una Agenda para las Pequeñas y Medianas Industrias enfrenta en general, pero en la Argentina en particular, algunas cuestiones previas.

A los problemas básicos de temporalidad, deben computársele cuestiones ligadas al estado de desarrollo de la problemática: si se esta en etapa diagnostica o si ya se ha diagnosticado “tanto” que ha llegado el momento de la acción.

Dos cuestiones de singular trascendencia.

La primera tiene que ver con lo que denominamos el grado de internalización de la problemática industrial, no ya en los niveles de decisión gubernamentales, sino en los propios empresarios y en particular en las PYMI. Esta cuestión es central en tanto tiene directa relación con dos momentos estratégicos: la definición de los criterios de identificación y selección de los problemas y posteriormente en su gestión.

Debemos, entonces, considerar al menos 2 tipos de problemas:

· los que se manifiestan como “internalizados” y sobre los que aparece una demanda específica que podríamos situar en el rango temporal del corto plazo y la acción inmediata y
· los que, por cuestiones que de de modo genérico denominaremos “estructurales del desarrollo empresario argentino” no están internalizados al grado de considerarse un tema de la Agenda o bien, la percepción de la dinámica capitalista no logra considerar a éstos como cuestiones de Agenda.

El segundo, y último aspecto previo
[1], esta ligado a una definición estratégica; la visión y la misión no ya como empresas en sí mismas, sino como sector social, político y económico responsable.

Es altamente probable que muchas empresas, en línea con el desarrollo de sus compromisos con un sistema de calidad hayan escrito y enmarcado esas dos cuestiones y es hasta probable que las tengan presentes en el desarrollo de la vida cotidiana de sus empresas.

Sin embargo, en la cultura empresaria argentina, y particularmente en las PYME, prima el individualismo sobre el espíritu asociativo y muchas veces la visión queda recortada en el estrecho espacio de la propia empresa y no se logra desarrollar un compromiso estable con la misión que como empresario DEBE necesariamente desempeñar dentro de la sociedad, ni siquiera se verifica ese compromiso en los aspectos más relevantes de la problemática sectorial.

Podríamos señalar que pese a reclamar de modo permanente por “la competitividad”, poco y nada hacen por ella y, más aún, reducen sus esfuerzos a mejoras en sus propios procesos productivos, lo que es necesario pero no suficiente.

No se llega a comprender, o no se asume un compromiso estable, la importancia estratégica del tramo “institucional” de esa competitividad también conocida como “competitividad externa”. Se expresa tal vez así un rasgo de la debilidad institucional argentina: se delega sin control, sin participación y sin compromiso y se esperan resultados, que nunca satisfacen el imaginario o la necesidad, y que retroalimentan la desconfianza, la indiferencia y la atonía.

En lo específicamente productivo, la falta de participación y compromiso tiene consecuencias que se miden del modo más inmediato y específico: la falta de respuestas a las urgencias van generando, de modo tal vez imperceptible en el día a día, un deslizamiento sistemático hacia la marginalidad de muchas PYMI en tanto las nuevas obligaciones y desafíos las dejan fuera de juego y se prestan al movimiento de la concentración y centralización del capital indefensas, en la creencia que la aceptación sumisa de las condiciones de la dinámica capitalista les dará una carta de inmunidad y salvaguarda.

El rasgo que describimos hace que, las expresiones institucionales de las problemáticas productivas pierdan credibilidad y tengan como destino el olvido y la indiferencia de quienes deben –conforme los juramentos y responsabilidades asumidas- aportar a la solución, apurados, como suelen estar quienes tienen como único objetivo “lucir” un cargo y no ejercer una representación o un servicio público a la comunidad.

La PYMI ha sido factor fundamental de la recuperación económica nacional desde el mismo momento en que los peores fantasmas se agitaron sobre la Nación. Sin embargo, la PYMI hoy es ignorada y sus reclamos, aún los más moderados, son vistos como una demanda injustificada bajo el argumento de que la devaluación y el tipo de cambio alto generaron “per se” condiciones de competitividad internacional y protección a la industria nacional.

Pero, fundamentalmente, el fortalecimiento de las PYME, es un reaseguro de la vida democrática.

Cuando se las desatiende, se las margina y se las empuja a un camino de dificultades, el resultado no es sólo un conjunto mayor de penurias empresarias, sino un debilitamiento de la dinámica democrática en tanto y en cuanto son las PYME el reaseguro político frente a los oligopolios y formas más concentradas del poder político y económico que pujan por sus intereses de modo independiente de las consecuencias para el conjunto de la Comunidad.

Cuando desde los niveles más altos de las instituciones públicas se “elige” que el diálogo con el sector empresario tendrá como contraparte única a la Institución que ha representado y representa a los sectores más concentrados de la Industria o se anuncia que la política productiva habrá de discutirse con las “cadenas de valor” y se convoca a los sectores que dominan y concentran esas “cadenas”, exigiéndole a la PYME sumisión absoluta, las señales en materia productiva y de fortalecimiento democrático no pueden ser más que dudosas retroalimentando los peores individualismos.

Con estas cuestiones previas declaradas, pasemos a la problemática.

LA CUESTION URGENTE: LA INVERSION

Los estudios que señalan el comportamiento de la variable INVERSION –al fin de cuentas el componente estratégico de la acumulación de capital- se refieren de modo homogéneo a la Inversión Bruta.

El último Informe conocido detalla que la evolución de la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) y destaca un importante crecimiento de la inversión en Equipo Durable de Producción respecto del año anterior (+22,7%).

Como dato, dicha información no es incompleta.

Los industriales sabemos que la “cuota para el consumo del capital” denominada “AMORTIZACIONES” resulta un elemento indispensable que marca un nivel mínimo de re inversión, sin que, ése mínimo garantice la posibilidad de supervivencia de la industria.

Esto es así porque los montos de las amortizaciones reflejan el consumo cotidiano de un stock de capital fijo que necesariamente, con el correr del tiempo, pierde competitividad y debe ser reemplazado, si al menos se pretende mantener el nivel, por equipos que en general incorporan nuevas tecnología y obligan al replanteo general de los procesos productivos.

Es así, entonces que, la INVERSION BRUTA sólo refleja una cuestión general que debe ser ajustada y transformada en INVERSION NETA (es decir detraídas las AMORTIZACIONES) para tener relevancia.

Más aún, el Informe reconoce que “a pesar de los buenos guarismos que presenta la evolución de la inversión, no son suficientes para sostener los actuales niveles de expansión económica. Como es sabido, con un cociente IBIF/PBI del 23%, no es sostenible una tasa de crecimiento del 9% del PBI sin que conlleve efectos negativos sobre otras variables (precios, balanza comercial, tipo de cambio nominal y real, etc.).

Mucho más delicada es la situación cuando esa tasa del 22,7% que se señala, y que de por sí es considerable, debe ser ajustada por las amortizaciones (es decir “neteada”)

En las lista de las debilidades que alimentan las dudas situamos:

· La retracción de la inversión extranjera directa y consecuentemente el incremento del giro de utilidades al exterior y su no reinversion,
· la falta de consistencia entre la tasa de de inversión y el PBI,
· la todavía alta participación de la construcción en el “quantum” de la inversión,
· la falta de adecuado financiamiento bancario (en tasas y plazos),
· la inelasticidad del autofinanciamiento, los estiramientos de los plazos de cobro y consecuentemente,
· la imposibilidad de desarrollar ajuste por inflación (en un momento donde la inflación mensual ronda ya de modo estructural el 1% mensual),
· el desarrollo -basado en interpretaciones judiciales de dudosa legitimidad – de un sistema tributario municipal,

entre otras, ponen de manifiesto que la base productiva se está envejeciendo por la falta de decisiones políticas en materia productiva que resultan ya un dato evidente que afecta las decisiones de inversión.

Estas AUSENCIAS DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS GUBERNAMENTALES EN MATERIA PRODUCTIVA, es reforzada por la política monetaria que lleva adelante el Banco Central
[2] y que finalmente, como ya ha pasado en otras oportunidades, será responsable –junto a otros sectores con capacidad de decisión política- de nuevas frustraciones en materia de desarrollo productivo.

La crisis financiera internacional que en la actualidad sólo parecen acotarse al sistema financiero de los países centrales no será neutra para la economía nacional en los próximos meses y habrá de reforzar la baja tonicidad de la inversión reproductiva

LOS TEMAS DE CORTO PLAZO

Las Debilidades, Fortalezas, y Oportunidades –que complementan habitualmente los diagnósticos - son específicas de cada PYMI y su atención hacen al éxito o fracaso de la gestión empresaria, razón por la cual no son abordadas de modo específico.

Sin embargo, las amenazas que hemos de detallar implican restricciones fundamentales a las oportunidades, acrecientan las debilidades y ponen restricciones importantes a las fortalezas que las Pequeñas y Medianas Industrias.

Así, en la percepción empresaria de las Pequeñas y Medianas Industrias las siguientes situaciones están reflejando la existencia de amenazas:

1. Aumento de los costos de producción
2. Alta participación de los impuestos en el costo final.
3. Disminución de la rentabilidad operativa de la Empresa
4. Desplazamiento de la producción nacional por la importada
5. Falta de instrumentos de financiación adecuados (costos y plazos) y dificultades de acceso a los existentes.
6. Dificultades y costos crecientes en materia de regulaciones laborales y medio ambientales
7. Dificultades para acceder a fronteras tecnológicas de última generación
8. Mercado interno debilitado por alta presión tributaria sobre consumidores y con riesgos de fragmentación

NOTA.: POR RAZONES DE ESPACIO NO INCLUIMOS LA AGENDA EXTENDIDA (TEMATICA) LA QUE NOS PUEDE SER SOLICITADA

[1] Si bien existen un conjunto de cuestiones que surgen al momento de la reflexión y que van desde el modo en que se produjo la denominada “acumulación originaria” en el sector PYMI hasta las metodologías de reproducción de la base económica y social del sector, no es éste el ámbito y momento para detallarlas, sólo incluimos ésta referencia para denotar que estamos convencidos de la existencia de un campo de estudio de la realidad económica aún no transitado.
[2] La permanente “esterilización” de recursos monetarios sobre cuyo significado ya nos hemos referido en éste “blog” pone en evidencia que el alineamiento no es con la producción sino con la peor versión del sector financiero.

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