PYMES EL PELIGRO ESTA ENTRE NOSOTROS.
LO QUE SALVA ¿ALCANZARA?
Dice Hölderdrin “…allí donde el peligro acecha,
también crece lo que salva…”[1]
y en éste bello verso nos inspiramos para nuestro análisis que, lejos de
“poetizar”[2]
trataremos de avanzar sobre una cuestión que entendemos de suma actualidad en
tanto “…el peligro acecha…” ¿tendrá alcance la sentencia del poeta respecto a
“… que también nace lo que salva…?
En las crisis económicas, tal como la que estamos
cursando[3]
es para muchas empresas y en particular para las PYME[4]
un gran dilema si “lo que salva” esta al alcance de la totalidad de las
Empresas dando paso a una incertidumbre que los economistas estándar o “al uso”
no logran captar, comprender o incluir en sus análisis multi-mediáticos.
Si algo esta muy claro y resulta indubitable es que,
“lo que salva” de ningún modo es un “bien libre” sino que como señalaba uno de
los “Padres Fundadores” de la Economía Política[5]
“…no la benevolencia…que se obtienen
las cosas necesarias para la vida…” sino que tal como lo refiere a posteriori
debe existir un intercambio de productos del trabajo.
Pero no basta obtener lo necesario, sino que las
crisis ponen a prueba la capacidad de utilizar de modo correcto – productivo
dirían los Maestros Clásicos- lo obtenido ya sea bajo la alguna forma de
acumulación de capital o por la disposición de cierta liquidez obtenida tanto
en el juego de la especulación u alguna otra empresa que, genéricamente,
denominaremos capital
Pero las crisis, y en particular por los rasgos que
presenta la actual, requiere no sólo la disposición de capital, sino que
requieren del empresario, sea cual fuera su tamaño, un período de preparación
que va desde no sólo la comprensión de la dinámica capitalista y en consecuencia
su atención permanente a los movimientos de la criba (de allí el origen de la
palabra crisis) sino que también estar el mismo preparado para abordar la
transformación sin que medien nostalgias o accesos de melancolía.
Este fin de semana -precisamente el domingo
18/02/2018- la feligresía cristiana recordaba el 1er. Domingo de la Cuaresma
que relata él retiró de Jesús al desierto por 40 días (número simbólico) para
prepararse para enfrentar los tiempos “que están llegando”[6].
Valga la metáfora bíblica para señalar un aspecto
central de la “política empresaria” frente a la crisis: la preparación.
No se dispone de “lo que salva” de modo instantáneo o
milagroso.
No es posible. Las estrategias, aun las de
supervivencia, requieren un insumo estratégico del desarrollo capitalista:
tiempo.
Pero cada vez que éste “insumo” entre en juego sólo
reclama ser utilizado para ampliar a relación entre el capital desembolsado y
el producto obtenido (productividad). No es un insumo llamado a detener el
ciclo histórico, sino a convalidarlo.
Los factores de producción (tierra, trabajo y capital)
tienen una obligación crucial frente al tiempo. Ser utilizados por el
Empresario de modo cada vez más intensivo para liberar tiempo, para permitir,
intensidad mediante, ampliar el proceso de producción y de acumulación de
capital.
Cada época, a su modo, hizo de la administración del
tiempo un asunto del poder. Quién era capaz de regularlo, distribuirlo, etc.
era quién tenía el poder[7]
Es por eso que la crisis, en tanto crisis de
acumulación de capital, exige haber tenido la capacidad de haber generado un
excedente de tiempo al capitalista para que éste desarrolle su periodo de
preparación y estrategia de respuesta a las solicitudes que la dinámica de la
crisis le demande.
No se puede improvisar. No hay espacio para ello. La
lógica empresaria que aún prima en muchos empresarios argentinos es la de la
provisionalidad, la de “ya llegará el momento”.
No obstante, el “tiempo excedente” que se genera como
resultado de una mayor intensidad de los factores de producción debe ser
necesariamente invertido en “inteligencia e innovación”[8],
aunque esa inteligencia e innovación debe materializarse en lo que los
economistas “no standard” denominamos “composición orgánica del capital” que
abre paso a la generación de un “plusvalor relativo” (…a la composición
orgánica del capital) que le permite controlar la dinámica sectorial, aunque la
dinámica del sistema no le garantiza por cuanto tiempo podrá mantener ése
control.
Finalmente, si la utilización del tiempo resulta
extensiva y no intensiva, las posibilidades de hacer frente a la dinámica de la
crisis son bastante -diríamos nulas- limitadas.
Pero como siempre, el tiempo, finito, imposible de ser
almacenado, esclavo sumiso de Cronos requiere ser acompañado por el capital, “insumo productivo”
capaz, como ya señalamos, permite un uso intensivo del tiempo y en sentido,
algo más que figurado, extenderlo más allá de sus inconmovibles límites
físicos.
La cuestión del “capital” es para las PYME una
restricción estratégica que deben enfrentar, sobre todo aquellas, que en su
derrotero no ha podido o no han sabido o han mostrado una irrazonable confianza
casi indolente, para acumular capital y que han dependido del financiamiento
público con tasa de interés con alto contenido de subsidios y ciertas
prerrogativas no sustentables.
Las condiciones actuales del desarrollo capitalista
(que algunos denominan neo liberal para distinguirlo de la lo que fue el
capitalismo del “welfare state”) impiden sostener ya políticas de un
“estado-nanny” (estado nodriza) y exigen no sólo rigurosos controles sobre los
procesos inflacionarios (derivados de la convivencia de estructuras productivas
asimétricas) y de un gasto público que expone no sólo rigideces en su disminución
sino que gran parte de el está orientado por la “razón de Estado” que deviene
de excesivos años de “populismo socio-económico” y de estructuras políticas
clientelares donde el nepotismo y otras formas poco profesionales tomaron por
asalto la gestión estatal y fueron, cual capas teutónicas, asentándose y
conformando estructuras de gestión de alta opacidad y escaso profesionalismo.
Volvamos a una de las “rigideces del gasto público”
que resulta una restricción del Presupuesto Nacional podríamos decir, hoy,
intocable. Nos referimos al gasto social.
Más del 70% del Presupuesto Nacional 2018 esta
destinado a solventar las necesidades del 30% de los ciudadanos sumidos en la
pobreza (con un alto porcentaje de indigentes y pobreza extrema). A su vez una
parte importante de ellos son parte del “stock” de trabajadores informales que
no sólo perciben salarios por debajo de los convencionales, sino que también
carecen de seguro de riesgos laborales, asistencia sanitaria y derechos
jubilatorios hacia el futuro.
A este inventario aún resta sumarle los costos aún no
determinados todavía de los dislates de la política económica de los tiempos
del “populismo” durante el cual la corrupción, en sus expresiones más perversas
y extendidas todavía (y lo hará por muchos años más aún) el abandono de sus
funciones básicas, la soberbia y las “inconductas institucionales” generan
costos que deben ser resueltos del modo más rápido y razonable posible.
Con este cuadro por delante, ¿pueden las PYME esperar
la asistencia del Estado para fortalecer, complementar o sustituir sus débiles
estructuras de capital?
Evidentemente NO.
Entonces, ¿Cuáles son las alternativas para que, como
dice el poeta, “nazca lo que salva”?
En diversas oportunidades y desde hace ya muchos años,
en forma oral o escrita, he señalado una gran primera debilidad en la cultura
empresaria PYME que tal, vez, a veces parece devenir de las formas más ancestrales:
la del “dueño-patrón”.
Esta forma de organización productiva da como
resultado una “empresa cerrada sobre sí misma” con una estructura de decisión
unipersonal y que, en el mejor de los casos, adopta formas institucionales como
Sociedad Anónima pero cuyos accionistas son todos familiares sin capacidad
alguna de intervención más que la de acompañar en la firma.
Esas formas organizativas de carácter “patronal”
implican un ancla que resulta un obstáculo insalvable para éstas PYME.
¿Esta las PYME dispuestas a responder positivamente a estas
demandas organizacionales que les permitan disponer de “lo que salva” (que no es
otra cosa que cuotas adicionales de capital)?
Obviamente, como ya señalamos, muchas requieren “los
cuarenta días en el desierto” ¿podrán soportarlo?
Otras han hecho importantes avances y son empresas que
han alcanzado estándares tecnológicos apropiados, pero, ¿podrán mantener el ritmo
de innovación y adaptación a las transformaciones tecnológicas?
Algunos estudios -tanto realizados por Entidades
Empresarias como oficiales- señalan un atraso tecnológico promedio de las PYME
de 10/15 años. ¿existen en éstas Empresas capacidad de tomar decisiones
estructurales profundas y simultáneamente cuotas de capital para superar el
atraso?[9]
En pocos días, bajo el tal vez pomposo título de Régimen
de Financiamiento Productivo el Poder Legislativo (Senado) de la aprobación
final a una Ley que en sus 27 artículos iniciales trata metodologías
específicas de financiamiento a las PYME y habilita otros diversos instrumentos
que, en el caso de PYMES, facilita la accesibilidad (Obligaciones Negociables,
Emisión de Acciones, etc).
Obviamente, la accesibilidad a estas formas de obtener
cuotas de capital adicional demanda la apertura de la organización accionaria
de las PYME, lo que no necesariamente significa la pérdida de la capacidad de dirección,
pero sí implica la creación de sistemas de control (sindicaturas y auditorias
externas independientes, entre otros).
Este “paquete de instrumentos” a los que deben sumarse
líneas financiamiento específico en los Bancos Nación y BICE más el posible
relanzamiento del Programa de Compensación de Tasas (existe una convocatoria a
los Bancos a formular propuestas, pero aún se desconocen los resultados).
¿Esta el modelo de “banca comercial” que se desarrolla
en la Argentina, preparado para reconvertir al menos una porción en una “banca
de desarrollo o de largo plazo” al estilo del que poseen sobre todo, muchos
países de Europa y consecuentemente reconvertir su visión del financiamiento a
personas (casi usurario) a un sistema de financiamiento a proyectos que
requieren otras tasas de interés pero fundamentalmente otros criterios de
evaluación en materia de factibilidad, viabilidad y riesgo?
En nuestra visión “lo que salva” no esta en el rango
de posibilidades de muchas PYME, ya sea por cultura empresarial, por
dificultades en la adaptación de sus estructuras productivas, por rigideces en
la incorporación de nuevas tecnologías, innovaciones e incluso productos o por
restricciones “ideológicas” que los llevan a continuar a la espera respecto a
que, finalmente, y ante la potencialidad del conflicto social y el oportunismo
electoral, reaparezca en escena el “nanny-state” y su “cálida contención”.
“El peligro acecha” (aunque en nuestra visión ya está
aquí entre nosotros), “lo que salva” también en nuestra visión es limitado y el
escenario que se abre es un proceso que comienza con acciones de supervivencia [10]
y se orienta a cierres silenciosos en el marco de la concentración y
centralización del capital, rasgos específicos del modo de producción capitalista.
Lic. Carlos Guillermo Schwartzer
Colegiales, 21 de febrero de 2018
[1] Friedrich
Holderlin – Patmos – Poema dedicado al Landgrave de Homburgo
[2] Martín Heidegger – “Hölderlin
y la Esencia de la Poesía”
[3] El tiempo verbal no es casual. La
crisis, desde los albores mismos del “sistema capitalista” es inherente a él. Es
decir, la crisis como tal es un momento continuo sin solución de continuidad.
Recomiendo la lectura de Paul Mattick – Crisis y Teoría de la Crisis o Henryk
Grossman “La Ley de la Acumulación y el Derrumbe Capitalista – Una teoría de la
crisis
[4] Cuando me refiera a PYMES estoy
haciendo fuerte referencia a las del sector industrial, aunque la crisis y su
dinámica no se refiere a sector específico o tamaño alguno, sino que tiene un
carácter general
[5] Adam Smith – Investigación y causa
de la Riqueza de las Naciones
[6] Evangelio
según san Marcos 1, 12-15
[7] Jaques Attali – Historia del Tiempo
[8] Jorge
Castro “Nuevo lazo entre naturaleza y capitalismo en Estados Unidos” en Clarín – Suplemento Económico – 21-01-2018 (https://www.clarin.com/economia/nuevo-lazo-naturaleza-capitalismo-unidos_0_B1vw5iJBz.html)
[9] Recomiendo la lectura de El atraso
económico en su perspectiva histórica de Alexander Gerschenkron
[10][10]
Ver Economía Política para
Pymes – http://schwartzereconomia.blogspot.com.ar/2014/09/pymes-estrategias-de-supervivencia.html
- Septiembre de 2014
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