06 julio 2009


BENCHMARKETING

Hace algún tiempo atrás en ocasión de un programa radial le señalamos a quién nos entrevistaba que se avecinaba una era de “particularismos”, y que, como consecuencia de ello, la reversión de las amplias (¿fueron realmente tan amplias?) aperturas de las economías mundiales era algo que ya más que esperado, debíamos computar como un hecho.

La clausula “Buy American” incluida en los planes anti crisis del Presidente Obama desató la furia del “librecambio” que inició una campaña global –tal como corresponde a su coherencia ideológica- contra tales intenciones a las que tildó de retrogradas y demás piropos.

Pero “Buy American” es una decisión tomada, necesaria, podríamos decir obvia, típica y que habrá de caracterizar una fase muy específica de la crisis capitalista. La de su introspección para proceder a ajustar su propio mercado, es decir, resolver el necesario proceso de concentración y centralización que conlleva como mandato inexcusable la dinámica de éste tipo de crisis.

No se trata sólo de un mero “compre norteamericano” se trata de una política de reorganización de fuerzas basado en la necesidad de fortalecer la competitividad de las empresas nacionales para lo cual el Estado, se pone al frente.
“Buy American” puede ser vista como una nueva versión de la Doctrina Monroe que fundó la expansión imperialista de los EEUU. Sí, es posible. Pero, ¿Qué es lo que esta mal? ¿La mirada estratégica que pierde la visión del resto de la humanidad?

Argentina, no logra poner en marcha su Régimen de Compre Nacional vigente desde 1965. ¿Por qué? Porque no es útil a las picardías de los lobbystas y funcionarios que ven los presupuestos públicos como “botines” a capturar y para los cuales, el interés nacional, es parte de un discurso retórico, melancólico y poco eficaz.

Las medidas de estímulo en EEUU ponen en juego u$s 787.000 millones y establecen que cualquier proyecto financiado con dinero del estímulo debe utilizar únicamente acero, hierro y productos fabricados en Estados Unidos. Por sus características, el Compre Americano se extendió al sector privado. Si se produce para el sector público, las compras de insumos, materias primas y servicios deben ser genuinamente norteamericanas. Claro, es obvio, “mutila a algunas compañías estadounidenses que no pueden cumplir con ellos y enfurece a las extranjeras que quedaron totalmente excluidas” señala el FT.

“En respuesta, la Cámara de Comercio de Estados Unidos salió a hacer lobby para convencer al gobierno de suavizar las cláusulas. Canadá quiere quedar exceptuado. Pero los sindicados y muchos fabricantes quieren, por el contrario, ampliar el Compre Americano.” relata FT.

Pero reconoce que “Fuera de Washington y Wall Street, el norteamericano promedio comprende que el paquete de estímulo no creará empleo si se usa para comprar productos fabricados en el exterior. Que algunos de los miembros multinacionales de la cámara estén en problemas no significa que Estados Unidos deba revertir su política”. A las mismas conclusiones llegaría el “argentino promedio” si fuera correctamente y verazmente informado por un discurso “oficial” que justifica la inacción e inoperancia pero que muestra nula voluntad para resolver y ejecutar los mandatos legales.

Es cierto, el mundo vira a un mayor proteccionismo.

Los países asiáticos, y en particular China, están promoviendo políticas de Compre Local, mientras que, en éstas playas, ni siquiera se logra que el responsable funcional que indica la ley comprenda que debe asumir sus atribuciones y aplicar la legislación vigente.

El Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios no considera que deba cumplir y cada vez que puede, se auto exime basado en su poder político. Las Provincias siguen el ejemplo y los Municipios dicen no poder hacer menos. El Ministerio de Salud, no responde, la Oficina Nacional de Contrataciones una estructura burocrática más que no aporta solución alguna y sólo tiene presta la imaginación y la creatividad para elaborar excusas y argumentos a favor del “no te metas”.

Como decía un famosa frase publicitaria “nueve de cada diez” investigaciones de dumping involucran y terminan demostrando la responsabilidad de China en la deslealtad comercial y otras malas practicas comerciales. Sin embargo, los funcionarios argentinos suscriben sin culpa alguna la importación de fibra óptica de estándares inferiores a la de fabricación nacional y permiten el ingreso de importaciones baratas provenientes de China.

Se dispone de un importante parque de “armadores de computadoras” nacionales que responden a parámetros de alta calidad en las prestaciones y funcionalidades, pero se desarrollan una cadena de excusas para adquirir equipamiento importado en detrimento del nacional.

Ni que hablar en bienes menos sofisticados. Se hicieron famosas las jeringas, el equipamiento hospitalario, muebles, y un sin número de bienes y servicios que sería largo listar.

Finalmente, ¿Qué somos? Ingenuos, humanistas impenitentes o unos reverendos giles.

Los poderosos de la tierra ya han encontrado la respuesta que es sencilla y fácil de comprender: Han resuelto la cuestión de modo práctico. Primero se aplicaran a sus prioridades, intereses y necesidades.

Nosotros, ¿Qué haremos?

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