NO
FUE UNA CORRIDA….NOS CORRIERON…”CON LA VAINA”
El
presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico
Sturzenegger, presentó el Informe de Estabilidad Financiera (IEF)
correspondiente al primer semestre de 2018, según el calendario publicado por
el BCRA.
Señalo
en su presentación que “El mensaje del
mercado en las últimas semanas nos ha hecho reflexionar y cambiar algunas
cosas”.
Es,
tal vez, que el presidente del BCRA, sólo modificó su conducta por un casi
mandato del “el mercado” que puso en duda la consistencia y sustentabilidad de la
política monetaria del Gobierno nacional de la que el es su principal
responsable y no presto oídos a los mensajes de la economía real (producción)
que desde hace largo tiempo demandan una política menos ortodoxa en materia de
tasa de interés y que no termine, como suele decirse “de ahogar al bebe”.
Posteriormente
señaló que “después de haber pasado el momento de turbulencia, encauzar el
proceso de inflación vuelve a ser el objetivo de esta institución”.
Este
comentario no resulta menor dado que está señalando la recuperación por parte
del BCRA de su función como responsable de la política antiinflacionaria. Debe
destacarse que desde el anuncio del 28/12/2017 esta función quedó sujeta a un
“comando compartido” con la Jefatura de Gabinete.
En
nuestra visión fue ésta una -no la única- de las causas que dieron paso a que
el impacto de la situación internacional (incremento de la tasa de interés de
EEUU, revaluación del u$s frente al resto de las monedas, incremento del precio
del petróleo, y las “vibraciones” de las estrategias políticas internacionales,
básicamente EEUU/China y EEUU/Irán) tuviera impactos anticipados.
Debo
dejar aclarado que de ninguna manera quiero significar que el cuatrimestre de
tensiones monetarias locales pueda reflejar tensiones “intestinas” entre
funcionarios del mismo Gobierno, sin embargo, queda a la luz de los
acontecimientos que el denominado “mercado financiero” “votó” contra dos
medidas que ellos consideraron inaceptables: la primera el pago del Impuesto a
las Ganancias por la renta financiera y en segundo lugar la aparición de un
“doble comando” en la política monetaria.
El
elemento importante que se sumó posteriormente a la presentación de Sturzenegger
es la declaración -durante la conferencia de prensa del presidente Macri
celebrada el mismo día- que señaló: "Es fundamental bajar la inflación.
Sigue siendo un objetivo, ahora a cargo del Banco Central sin metas tan ambiciosas".
Es
decir, más allá de que podamos no inferir un debate en el que quedaron en
evidencia las discrepancias en materia de visión sobre como afrontar la “turbulencia”,
lo cierto es que el propio Presidente de la Nación fue su propio portavoz
marcando una clara diferencia con la conferencia de prensa del 28/12/2018 y
delineando una clara política anti-inflacionaria: no hay metas, porque o bien
pueden pecar de ambiciosas o bien, aunque no se haya expresado: erróneas.
Esto
estaría -y destacamos el potencial- señalando que la política monetaria del
BCRA deberá también estar también encuadrada dentro de lo que podríamos denominar
“un gradualismo acelerado” con una mayor coordinación y tal vez, podría
permitirle al BCRA un tratamiento más alineado con la economía real (producción)
que a los mandatos ortodoxos de la política monetaria.
En
este punto será importante para el BCRA observar la evolución del balance
cambiario y la necesidad de esterilizar -vía LEBAC- aquellos fondos del
exterior que ingresan con destino a la operatoria del “carry-trade”.
Si
las reservas que se liquidaron con vistas a enfrentar las turbulencias del
mercado ocurridas en los últimos 15 días se recuperan por la vía de
liquidaciones provenientes del comercio exterior las posibilidades de una tasa
de interés más “relajada” serán más altas.
No
obstante, no esperamos que la tasa de interés de política monetaria se ubique
desde ahora y al menos hasta fin de año por debajo del 35%.
Otra
decisión controvertida, pero tal vez que genera alguna expectativa positiva, es
que la disminución de los “encajes bancarios no remunerados” que permitieron a
los bancos realizar suscripción de LEBAC a tasa del 40% cuando esos fondos no
generaban retribución. Fueron nada ni nada menos que $100.000 millones.
Dada la liquidez liberada por el BCRA debería ser redireccionada en el futuro próximo hacia mejorar la oferta de fondos al sector productivo a tasas más alineadas con los resultados empresarios.
Dada la liquidez liberada por el BCRA debería ser redireccionada en el futuro próximo hacia mejorar la oferta de fondos al sector productivo a tasas más alineadas con los resultados empresarios.
En
nuestra opinión, de no producirse este redireccionamiento los bancos habrán
sido uno de los grandes ganadores de la “turbulencia” y tal vez, el BCRA
debería establecer -vía Comunicación- algún grado de polinomio de
redireccionamiento de los encajes liberados donde el ponderador del crédito a
la producción adquiera carácter de relevancia.
Cabe
destacar que ya desde agosto del 2017 el presidente del BCRA señaló que el
financiamiento a PYMES debería hacerse a “tasas de mercado” de allí que no
resultó sorprendente que ante una pregunta de la Agencia Reuters sobre una
financiamiento diferencial para PYMES el Dr Sturzenegger se perdiera en un
laberinto discursivo que los porteños, apegados al lunfardo llamamos “chamuyo” más
parecido a una clase universitaria a que a responderle NO (el error de la
representante fue usar la frase “tasas subsidiadas” lo que probablemente generó
una curiosa alergia que lo desconcentro)
Señaló
más adelante el presidente del BCRA: “El tipo de cambio flotante es el
instrumento más idóneo para enfrentar estos vaivenes sin que la actividad
económica se vea afectada”, y, agregó, “una política monetaria restrictiva es
el mecanismo que permitirá que la economía se pueda acomodar a la nueva
realidad internacional sin verse afectado el proceso de desinflación”.
En
mi opinión afrontar una política antiinflacionaria de un modo “unilateral”
(visión monetaria) conlleva impactos de singular trascendencia para las
Pequeñas y Medianas Empresas que son los “verdaderos clientes” del sistema
financiero dado que las grandes empresas pueden satisfacer su demanda de
crédito desde otras fuentes particularmente prestamos del exterior o
reinversión de utilidades que se convierten en capital de trabajo.
De
allí que pese a reconocer la validez de la política monetaria como una
herramienta importante en la “desinflación de la economía” estimo que la
unilateralidad implica un riesgo alto para las PYME dado que incentiva el
proceso de concentración y centralización económica y condiciona el desarrollo
económico inclusivo, creador de empleo decente y que tienda a fortalecer las
vulnerabilidades actuales.
Posteriormente
el presidente del BCRA destacó que el sector tuvo “el mayor crecimiento de los
últimos 20 años, medido por la relación crédito a PIB que alcanzó un 14.3%”.
Entre los motivos que explican el aumento de la profundidad del sistema
financiero –citados en la conferencia realizada ayer- se encuentra el desempeño
del crédito bancario al sector privado, que tuvo un significativo crecimiento
en abril del 29% real en términos interanuales.
En
éste punto, señaló el importante incremento del crédito a las Empresas que, en
mi opinión merece un comentario específico.
Aunque
el BCRA dispone de la información, visto de modo global, la información
estadística parece ser en sí una excelente noticia, sin embargo, ése “crédito a
empresas” incluye el uso de los descubiertos y descuento de documentos práctica
habitual en las PYME.
El 83% de la financiación a empresas fue por plazos menores a 90 días y más de la mitad a "descubiertos" en cuenta corriente. Por otra parte si se miran las Comunicaciones "C" del BCRA en lo que respecta a las tasas de interés cobradas a empresas se observa una alta correlación entre ése nivel de tasas y la tasa de política monetaria para el corredor de pases a 7 días, llegando en plena "corrida" a situarse en el 47%. Más aún si se evalúa el crecimiento del crédito a empresas - neto de inflación y no considerando los descubiertos bancarios, se exhibe un estancamiento del crédito a empresas
El 83% de la financiación a empresas fue por plazos menores a 90 días y más de la mitad a "descubiertos" en cuenta corriente. Por otra parte si se miran las Comunicaciones "C" del BCRA en lo que respecta a las tasas de interés cobradas a empresas se observa una alta correlación entre ése nivel de tasas y la tasa de política monetaria para el corredor de pases a 7 días, llegando en plena "corrida" a situarse en el 47%. Más aún si se evalúa el crecimiento del crédito a empresas - neto de inflación y no considerando los descubiertos bancarios, se exhibe un estancamiento del crédito a empresas
En
consecuencia, ése incremento del “crédito a empresas” podría estar reflejando
una limitación estructural de liquidez por parte de las PYME sea por los
estiramientos en la cadena de pago, las demandas de mayor capital de trabajo
por incrementos de precios de sus insumos (impacto inflacionario) o por la reestructuración
de la función consumo y su impacto reflejado en una parte en la caída de ventas
como en la necesidad de reestructuración productiva.
Colegiales,
18 de mayo de 2018
Lic.
Carlos Guillermo Schwartzer
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.