13 septiembre 2015

ALGO MAS SOBRE EL DESARROLLO ECONÓMICO

ALGO MAS SOBRE EL DESARROLLO ECONÓMICO

Mencionamos el domingo pasado que una de las causas por las cuales en la Argentina no lleva delante de modo generalizado una “destrucción creadora” en el acto de consumo es por la existencia de una altísima “cuota de mercado” (de alguna manera hay que llamarla) en conformada por “consumidores pasivos”, es decir cuyo ingreso no se genera en el ámbito del trabajo productivo, sino que surge de la “renta estatal” distribuida de modo clientelar por quienes hasta el próximo diciembre estarán en el poder (porque aunque sin entrar en una discusión teórica respecto de la diferencia conceptual y fáctica entre gobierno y poder, lo cierto es que, cualquiera sea el resultado electoral formal, las actuales estructuras clientelares serán barridas de sus posiciones).

Basta con citar el siguiente estudio publicado hoy (13/09/2015) en INFOBAE: http://www.infobae.com/2015/09/13/1754783-argentina-esta-los-20-grandes-paises-menos-empleo-la-produccion-bienes desarrollado por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES): la Argentina se mantiene entre las grandes naciones, con un PBI superior a 100 mil millones de dólares, que menos empleo genera en la producción de bienes

Lo que decimos no implica que ya no habrá más consumidores pasivos. Existe -y el capitalismo es seguro el menos indicado para resolverlo - una masa de personas en la que cada una posee alguna razón o característica para situarse en la masa de excluidos que requieren asistencia estatal de modo, en muchos casos, permanente en tanto ya no existe forma de que retornen al mercado de trabajo.

Tal como señala hoy (13/11/2015) Stefano Zamagni, importante investigador de la Universidad de Bologna (http://www.clarin.com/zona/nueva-esclavitud-personas-incluidas-mercado_0_1430257213.html), es la propia dinámica capitalista en su etapa “post industrial” la que da lugar a la tragedia de las migraciones masivas y otros acontecimientos que conmueve y nos rebela nuestro núcleo más duro de dignidad humana.

Reproducimos sólo una parte del reportaje:




Entonces, usted concluye que con este esquema de producción, las multinacionales promueven el tráfico humano y la trata de personas.

No la promueven, la sostienen. Ellos no lo hacen, pero se benefician. Las multinacionales sostienen el trabajo forzado, obtienen los servicios de trabajo a un costo más bajo. En Italia, en septiembre está la cosecha del tomate. Requiere que se los levante de a uno por vez. ¿Quién lo recoge? Los africanos. Y cómo llegaron? Tráfico humano. Lo mismo vale para los trabajadores chinos en Prato, en Toscana: trabajan en condiciones de esclavitud sobre las telas.

¿Por qué desde las ciencias económicas no se producen estudios sobre la trata de personas?

Porque la subvaloran. Hay una enorme cantidad de estudios sobre crimen organizado, mafias, drogas pero no sobre la trata de personas y los mercados ilegales. Si queremos ser serios desde el punto de vista económico y enfrentar el desafío, tenemos que hablar del papel de las multinacionales y la violación de derechos humanos.

Nos preguntamos, ¿cuál es la matriz productiva capaz de contener no sólo las restricciones que detallamos sino que SIMULTANEAMENTE de señales claras y promueva de modo activo la innovación continua, el restablecimiento de la rentabilidad del capital y las condiciones y medio ambiente de trabajo y que reproduzcan las condiciones del trabajo decente (OIT), la sustentabilidad ambiental y la responsabilidad social?

La respuesta a tan compleja matriz (plagada de determinantes, incluso no mencionados) es más sencilla de lo que parece: se requiere una decisión política, no una decisión o un conjunto de decisiones de “políticas públicas”.

Decisión política es que quienes asuman el poder tengan la convicción intelectual y la decisión ética de decir NO.

No quiero cerrar éste post sin hacer referencia al Evangelio de hoy, San Marcos 8, 27-35:

“El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.”

No se resuelven éstas cuestiones sin que cada uno, de acuerdo a su posición, responsabilidades y posibilidades “cargue con su cruz” en lugar de intentar, vanamente, salvarse a sí mismo sin considerar la existencia de los otros y las consecuencias que sobre ellos tenga el “híper individualismo” al que el capitalismo “post industrial” nos convoca.


Domingo 13 de septiembre de 2015

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