15 julio 2008

LA ARGENTINIDAD AL PALO: CORRER RAPIDO PARA ESTAR UN PASO ATRÁS

El 21 y el 26 de febrero de 2008 en nuestro blog advertíamos sobre los riesgos que estaba enfrentando la Argentina y poníamos en evidencia que el camino que se estaba recorriendo llevaba, indefectiblemente a sumar un nuevo fracaso. Nuestras previsiones siguen latentes y muestran algunas aristas paradójicas.

En un movimiento digno de la mejor literatura latinoamericana, el absurdo de la situación que padecemos nos protege de otro absurdo que quieren imponernos: el nivel a que a tomado el costo de los seguros de “default” (Valor de los Credit Default Swaps= 806 puntos básicos) para la deuda impide la realización del proyecto del “tren bala”
[1].

Pero esta paradoja, es el reconocimiento oficial de que la Argentina, como resultado de sus desvaríos en materia económica, está aislada del orden mundial en materia financiera y que, aunque el “tren bala” finalmente no se haga, la paradoja se expresará en que la Argentina “habrá perdido el tren”.

No se llega a esas instancias por la sumatoria de las casualidades o de los hechos involuntarios.

Como señalamos ya en diversas oportunidades, cuando la Producción no es la prioridad estratégica de un Proyecto de Desarrollo Nacional y si, simultáneamente, el abandono es tal que quienes pueden ser nuestros potenciales socios o puntos de apoyo, concluyen que ni siquiera existe la mínima vocación y convicción sobre su importancia, el resultado es obvio: el mundo piensa que, nuevamente, no honraremos nuestras obligaciones pero ya no por sumatoria de errores involuntarios ( acumulación de crisis financieras internacionales tales como tequila, Rusia, etc.) o inexperiencia (inmadurez de la dirigencia política para la gobernabilidad democrática) sino por decisión consciente de sus máximas autoridades, como parte de una política pública deliberada.

Cuando el pasado 2 de marzo de 2008 (ver nuestro blog) nos referíamos a la intención gubernamental de “rees­tructurar la deuda” mediante un canje de bonos que le permitiría abandonar los bonos con clausula CER que la obligan a mentir en materia de evolución de los precios por otros, señalábamos: “La tropelía tendrá consecuencias graves y mayores. Sabemos que para muchos será un escándalo pero, de concretarse, la Argentina volverá a gene­rar un nuevo "default", una suerte de "autogolpe" que habrá de pulverizar nuestras posibilidades de reinserción en la comunidad internacional”

No existe en la Argentina posibilidad alguna de retorno a la los “golpes de estado”. El “golpe”, “los planes destitu­yentes” que se pregonan, las amenazas a la democracia no son producto de la oposición política sino el resultado de la inmadurez política y la propia impotencia frente a la realidad que impone el orden internacional.

Como nos lo recordaba Alain Finkelkraut en un reportaje
[2]: “Camus decía: "El demócrata es modesto. Admite que el adversario puede tener razón, lo deja expresarse y acepta reflexionar sobre sus argumentos". Pero ahora el demócrata ha sido reemplazado por el democratista. Para éste, la democracia no es un espacio donde se inter­cambian opiniones: es un movimiento irresistible. Al encarnar la historia en marcha, se indigna de encontrar en su camino tantas momias, tantos vestigios del Antiguo Régimen. Como no puede cortarles la cabeza, les comu­nica que deberían estar muertos”

Este “democratismo”, tan distante del ejercicio y vocación democrática, se expresa en la manipulación de la Copar­ticipación Federal de Impuestos, el ejercicio de un singular y autoritario sistema de “premios y castigos” basado en la lógica “amigo-enemigo” se encuentran entre las causas del retorno de la peor y más regresiva forma de recau­dación impositiva que tienen los Estado provinciales: El Impuesto a los Ingresos Brutos. Pero esta nueva (aunque arcaica) expresión de presión tributaria no es el único dato que contradice la mejor vocación productiva de las PYME.

El propio Banco Central de la República Argentina (BCRA) reconoce en su último Informe Monetario correspon­diente a junio 2008: la caída de la demanda de pesos, sobre todo cuando se expresa de modo más completo y simultáneamente el fracaso de sus intentos de motivarla.

El mismo Informe reconoce la caída de las financiaciones comerciales y un incremento de tasa de interés incompa­tible con la producción que llevo las tasas en promedio al 25,2% para los adelantos y 23,4% para los préstamos otorgados bajo la forma de documentos a sola firma.

Simultáneamente, la percepción en el exterior de la Argentina como deudor se muestra cada vez más deteriorada. Los seguros contra un eventual default argentino (Credit Default Swaps) se cotizaron, el 14/07, en 806 puntos básicos, y se mantienen como los más caros de la región, superando incluso a Venezuela, que hasta no hace mu­cho se ubicaba cómodo en el podio. Al 1º de junio, los contratos para cubrirse de una cesación de pagos local se cotizaban en torno a los 570 puntos básicos.

“No hay crédito para Argentina y esto se refleja claramente en todos los mercados que no están intervenidos por el Banco Central, como es el de los Credit Default Swaps o el de dólar futuro en el exterior”, apuntó, un operador de una entidad internacional. Así, por ejemplo, los contratos de compraventa de dólares a futuro a un año de plazo se cotizaban ayer (14/07) en Nueva York a $ 3,50, contra los apenas $ 3,27 que se pautaban en la plaza local, en donde el Banco Central volvió a intervenir vendiendo divisas, aunque esta vez de manera muy moderada.

Estos descalces dejan abierta una pregunta: ¿existe riesgo o posibilidad de que el Gobierno resuelva desdoblar el mercado de cambios, dando lugar a un dólar comercial y otro financiero como modo de enfrentar la especula­ción cambiaria?

Simultáneamente, desde los sectores productivos se verifica:

· Mayores costos financieros, (exorbitante incremento de las tasas de interés para descuento de documentos y descubierto que casi han duplicado la tasa de hace tan sólo un par de meses), pero también incremento del costo de los gastos y comisiones bancarias
· Alargamiento de los plazos de pago de las grandes empresas y consecuentemente, acortamiento de los plazos de pago en las negociaciones entre PYME (una suerte de “guerra de pobres”) sumado al incremento de la mo­rosidad o de la reaparición de cheques rechazados
· Menor ritmo de la demanda industrial, caída de ventas de productos industriales asociados de modo directo a los consumos ABC1
· Costos de producción crecientes ( tarifas eléctricas, nuevos y regresivos impuestos, demandas de nuevos incrementos salariales
· El sobre endeudamiento de las familias que limita el crecimiento del consumo; o al menos lo hace imprevisible
· El Incremento de las importaciones en un nivel y composición que ya, lejos de complementar la oferta nacio­nal, la sustituyen.
· Limitaciones al desarrollo del leasing como instru­mento pro inversión
· Renovados déficit presupuestarios provinciales y municipales; que, en el caso de éstos últimos, han generado subas de tasas municipales y el desplie­gue de una increíble creatividad tributa­ria
· los espectaculares “incrementos de la recaudación” que se anuncian no son más que la puesta en escena de la inflación y la regresión tributaria en tanto los impuestos “estrella” son IVA, Combustibles y Transferencias Fi­nancieras. Los famosos “superávits gemelos” ya son leyenda (el incremento de las importaciones que casi re­duce a cero el superávit comercial y la salida de fondos hacia el exterior ponen al superávit del balance de pa­gos en jaque).
· Contexto internacional (financiero y productivo) con incertidumbre y ajustes a la baja de las pre­vi­siones, a lo que debe sumarse la decisión del Gobierno de Venezuela de ordenar a los Bancos deshacerse de la posición de bonos argentinos lo que agravaría la caída de la cotización de éstos y pondría el riesgo-país en niveles de los 750/800 puntos (en éstos días ronda los 670 puntos)
· A lo que finalmente podemos agregar, un clima político poco satisfactorio y de creciente com­ple­jidad e indeter­minación a lo que debe sumársele la actitud agresiva y soberbia de sus principales figuras
· Y, tal vez, como broche final de éstas desventuras, el reconocimiento público por parte del Presidente del Partido Justicialista y marido de la Presidente de la Nación de que la suba de las retenciones a las exportacio­nes agropecuarias tiene como finalidad solventar las obligaciones externas,

En éste contexto, muchos empresarios se preguntan cómo y cuando se sale de “esto” (para referirse a la situación de pánico, incertidumbre y desánimo que se ha instalado en la sociedad).

La respuesta es tan sencilla como compleja su construcción.

Los economistas clásicos, aquellos que mejor comprendieron y describieron el funcionamiento del sistema capita­lista, identificaron la causa de la riqueza de las naciones, en la división del trabajo, la necesidad de los intercambios y la convicción de que no es “por la benevolencia del panadero o carnicero que obtenemos las cosas necesarias para la vida
[3]”. Con más profundidad y fundamento, otros economistas clásicos, sin negar la verdad de los anterio­res, le agregaron los aspectos organizacionales del trabajo, la propiedad privada y la importancia del conocimiento. Es decir, el desarrollo económico (es decir el desarrollo capitalista) se lograba por la confluencia y articulación de las vocaciones individuales y de la existencia de un orden social pro activo a éste modo de desarrollo.

Los tiempos han cambiado y, aunque los fundamentos del desarrollo económico capitalista siguen siendo, como señalamos, la confluencia y articulación de las vocaciones individuales, lo estratégico para la sustentabilidad del desarrollo es la calidad institucional, podemos señalar junto con Mancur Olson
[4] que “una nación es rica o pobre conforme la calidad de sus instituciones”.

Entonces, la sencilla y compleja respuesta es: cuando quienes son los responsables de la calidad institucional (en especial y estratégicamente los Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial) comprendan que deben dar señales de transformación, de respeto a la convivencia democrática y de adecuada y sana articulación entre ellos.

Si no se transforma la calidad de las instituciones, si el criterio sigue siendo mantener en vilo a la mayoría de los argentinos en una disputa al mejor estilo del peor futbol, si los gritos, los insultos, las descalificaciones, las amena­zas y las faltas de respeto a la convivencia, siguen siendo la moneda que mejor circula en la Argentina, entonces todo “auge económico” será efímero, poco sustentable e indefectiblemente habrá de concluir en nuevas frustra­ciones.

Mientras no exista una clara señal de transformación de éstas manías y vicios argentinos que socaban la calidad institucional, la economía argentina seguirá sometida al síndrome de la “montaña rusa” y nuestra respuesta es que, el éxito o el fracaso de una Empresa continuara siendo aleatorio y los mejores esfuerzos, en cuanto sean muy dependientes del contexto institucional, tendrán alto riesgo de ser improductivos.

En nuestra visión, las PYME deben desarrollar estrategias innovadoras para proteger sus estructuras de capital de éste desaguisado institucional, lo que implica una transformación en sus visiones y concepciones que entendemos no es para todos. El desarrollo capitalista (que denominamos desarrollo económico) es un sistema ultra selectivo donde, hoy por hoy, la suerte no es el factor de inclusión o éxito preponderante.

Pese a que el sistema capitalista se presenta como un sistema anárquico y multivalente, lo cierto es que, si algo contribuyó y contribuye a su desarrollo es la posibilidad del cálculo económico, de la previsibilidad racional y aco­tada y la posibilidad de que las acciones empresarias sean no sólo consistentes sino que también sustentables.

Cuando las crisis instalan “la irracionalidad” lo hacen como proceso de transición hacia formas más sofisticas de producción y el modo en que ésta se administre en las Empresas es lo que define su inclusión o no en el futuro. Cuando ésta se transforma en “regla”, el fracaso es el común denominador de la sociedad y sólo se salvan los poderosos o los que cuentan con planes de contingencia basados en fortalezas externas.


[1] Señalan las “Condiciones de Emisión de los Títulos del PROGRAMA DE EMISION DE DEUDA Y EMISIONES DE DEUDA FUTURA PARA EL PERIODO 2009 – 2011 cuyo líder es el banco francés NATIXIS que “.En caso de fuerza mayor o cuando el spread de los CDS de 10 años para la República Argentina por un monto aproximado equivalente al capital de cada respectiva serie fuera mayor a 800 puntos básicos, cualquiera de las partes tendrá derecho a posponer la Fecha de Cierre. Cf. Resolución 178/2008 – Ministerio de Economía y Producción (solicitamos a nuestros lectores evitar hacer análisis o reflexiones sobre el nombre del Ministerio a efectos de evitarse desagradables efectos sobre la salud personal.)
[2] Los intelectuales del mundo y LA NACION" -14/05/2008
[3] Adam Smith – Investigación Sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza De Las Naciones
[4] Mancur Olson - La Lógica de la Acción Colectiva

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