DE APRIETES, BURÓCRATAS Y FLOJOS DE LENGUA
Con toda "pompa y circunstancia"
(que nada tiene que ver con Elgar) la "unificada" CGT decidió a
través de su Comité Central Confederal declarar un "paro nacional"
(obviamente, tratándose de quienes son, no dicen "huelga general
revolucionaria hasta que MM se caiga del helicóptero), que en una sabia muestra
de "vandorismo explícito" decidieron no ponerle fecha, es decir la
"trilogía reinante" tiene amplia capacidad de hacer lo que le venga
en gana cuando le vengan las ganas.
Hace unas horas Pablo Moyano (Camioneros)
señaló que la fecha está decidida y que será
anunciada “en los próximos días, señalando que "no va a
tener sentido" la reunión pendiente entre la central obrera y el
ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. "Esa reunión no va a
tener sentido. Vamos a ir por respeto".
Esta ya para nada novedosa forma de amenazar
al Gobierno (que obviamente no debe ser peronista) no es más que una de las
formas que toma el apriete para la obtención de un más dinámico flujo de fondos
hacia las obras sociales sindicales, fuente no ya "de toda razón y
justicia" sino de las formas más perversas de financiar una
"nomenklatura sindical" .
Véase la forma "piramidal" que
muestran cual si fuera una reinvención de un "Kremlin": una supuesta
base de Delegados que conforman un Comité Central que le ceden el poder a un
Triunvirato que, con conocer un poco de historia se sabe cómo terminan.
Ahora bien. La pregunta es a quien representan
esos Sindicatos, ésas Federaciones, ése Comité Central Confederal y ese
Triunvirato de circunstancia en un mercado laboral donde el 50% no participa de
ésa dinámica dado que son trabajadores informales.
Para ellos no hay ni obra social, ni derechos
y a éstos representantes poco les importa. Sólo representan trabajadores
"formalizados" en un mercado de trabajo que ellos creen posee las
mismas condiciones que en la década de los 50 o 60.
En éste punto, aprovecho para hacer una
primera sugerencia: la política pública (éste Gobierno u otro) debería descontarles
del Fondo de Obras Sociales un porcentaje equivalente a la masa de trabajadores
informales, fondos que deberían ser redirigidos hacia las instituciones de la
salud pública que son las VERDADERAS prestadoras de los servicios de salud a
éstos trabajadores marginados por los sindicatos en sus servicios de salud.
Pero vayamos al otro 50%. Es decir a los
trabajadores formales.
En general la afiliación voluntaria al
Sindicato es bastante baja y en consecuencia los Sindicatos cobran
compulsivamente sus servicios mediante el establecimiento de la "cuota de
solidaridad" que todo trabajador formal debe pagar como modo de agradecer
a perpetuidad los beneficios obtenidos en la negociación de los CCT. Obviamente
esta "cuota solidaria" no significa que se tendrá acceso a los
servicios que presta el Sindicato, como por ejemplo la Obra Social dado que,
llegado el momento de tener que usarla uno deberá afiliarse.
Esta "trampa" debe resolverse y en
tal sentido, la política pública debería descontarle de los Fondos que el
Estado le aporta a las Obras Sociales Sindicales los montos correspondientes al
de las percepciones de "cuotas solidarias" dado que ése pago no
habilita, pese a que se aporta, a la utilización de los servicios sociales.
En consecuencia y para finalizar, la
"amenaza de paro" se hace sobre la base de "apretar" a los
sindicatos del transporte para que ése día los trabajadores que no adhieren al
paro no puedan concurrir a sus tareas perdiendo, en consecuencia, los premios
por presentismo (invento peronista emanado del II Congreso de la Productividad
-1955), posibilidad de horas extras, etc.
Muchos dirán, el paro será una sanción a los
explotadores capitalistas porque ese día dejaran de apropiarse la plusvalia.
Error garrafal. Hoy la economías se asienta en
la plusvalía relativa y no en trabajadores que ya están lo suficientemente
flexibilizados como para ser intercambiados muy rápidamente y esa percepción ya
está en la conciencia de los trabajadores que temen perder sus puestos de
trabajo, aunque éstos sólo les garanticen el mismo estado de miseria.
Finalmente, le propongo al Gobierno hacer caso
omiso a ésta amenaza y en canje de la cortesía, descontarles las pérdidas
ocasionadas a la sociedad en general de los fondos de las obras sociales.
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