01 mayo 2015

¿EXISTE EN LA ARGENTINA OTRO SISTEMA ECONÓMICO? (bis)

¿EXISTE EN LA ARGENTINA OTRO SISTEMA ECONÓMICO? (bis)

En los últimos días, con causa en la tragedia, desde diversos sectores se han manifestado declaraciones, discursos y solicitadas, etc. Al tiempo que se buscaban responsables de todo tipo, y porque no color.

Pero nadie, obviamente, como suele suceder en la República Argentina, ya conquistada definitivamente por los “análisis líquidos” ha puesto su mirada en las razones profundas de éste sistema de explotación humana, que no sólo vale para éstas pampas, sino que se esparce, aún, en las economías desarrolladas.

Pero ocupémonos de nuestras miserias.

Ya lo señalamos el 11/4/2015 en uno de nuestros post y lo volvemos a sostener.

Existe una fractura de tal magnitud entre la “economía formal” y la “informal” (se habla, por ejemplo de más de 50.000 talleres clandestinos), como señaló, el diario La Nación el 10 de abril pasado:

“Cuando se habla de La Salada inevitablemente surge el tema de los talleres clandestinos donde se confeccionan prendas que tendrían como destino la comercialización en las ferias de Lomas de Zamora. Eso se desprende de las denuncias que realizó el titular de la ONG La Alameda, Gustavo Vera, quien en varias ocasiones se ha referido a la existencia de instalaciones precarias en toda el área metropolitana donde se confeccionan todo tipo de prendas. "Los 10.000 puestos que fueron demolidos por estar en infracción dentro de la feria tienen su base en más de 50.000 talleres clandestinos en Villa Celina, barrio Olimpo, Burzaco y la ciudad de Buenos Aires, con trata de personas, trabajo esclavo, droga, contrabando y prostitución, que hacen de este complejo un reino de la ilegalidad difícil de frenar", lanzó el legislador de Bien Común. En la información que La Alameda distribuyó ayer, el día después del desalojo de los 7800 puestos de la feria La Ribera, se encuentra un video en el que se observan distintas cámaras ocultas.

Las escenas transcurren en tres talleres clandestinos y a sus encargados que ofrecen trabajos de corte y confección a algunos interesados. El video es de marzo de 2013 y a los empleados se les pagaba entre 15 y 40 centavos por prenda.

En ese momento, La Alameda, junto a la Secretaría de Derechos Humanos de la CGT y el titular del gremio de trabajadores de la AFIP, presentó una lista de, al menos, 40 talleres textiles en los que se confeccionaba indumentaria para las tres ferias de La Salada: Punta Mogote, Urkupiña y Ocean. La denuncia se realizó en el Juzgado Criminal y Correccional Nº 4 (causa Nº 1827/13) de la justicia federal de Lomas de Zamora y en el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº4, a cargo de Ariel Lijo. Para ejemplificar como el fenómeno se extiende a todo el territorio nacional, en julio de 2013 el juez Lijo incautó la maquinaria de algunos de los talleres que conformaron la primer textil Qom en Formosa, la comunidad La Primavera.

Pero desde el sector oficial se proponen facilidades para sostener ésta “economía informal.

Así, por ejemplo “el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, propuso que el Estado brinde infraestructura a los feriantes de La Salada y les exija formalizar su actividad para que paguen impuestos sin perder sus fuentes de trabajo. "La idea es que los puesteros pue-dan llevar adelante la actividad sin tener el costo de pagar 300 o 1000 pesos por día", lo cual implica oficializar la economía marginal en tanto lo que se vende allí proviene de una “cadena de valor” basada en la informalidad.

Debe tenerse presente que toda ésa “cadena de valor supone unos 500.000 puestos de trabajo contando sólo los talleres clandestinos de Villa Celina, barrio Olimpo, Burzaco y Capital Federal (Villa 31, 1.11.14, etc más la existencia en la zona de la Avenida Avellaneda de talleres clandestinos que se identifican a través de los residuos que generan) “En Punta Mogote, Urkupiña y Ocean, los tres “shoppings” más grandes de La Salada, el 50% de la ropa que se vende es de marcas falsificadas, por lo que también se cobra un impuesto de entre $ 100 y $ 200, según la feria” señala hoy el diario Clarín. 

Éste “sistema productivo” crece y se reproduce a tasas mucho más altas que lo que reflejan los indicadores de las consultoras que miden, analizan y se explayan sólo sobre la “formalidad” y los propios equipos técnicos de los principales candidatos no dan señales de cómo volver a unificar los mercados “formales” con los “informales”.

Pero lo que allí se produce también tiene como destino el sistema de comercialización “formal” (de alguna manera debo llamar a los locales que se alojan en los centros comerciales, llámense shoppings , comercios de calle y avenidas (tal vez el caso emblemático sea la Avenida Avellaneda) que realizan al adquirir en ésos centros productores mercadería que les permite obtener altísimas rentabilidades y que refuerzan y consolidan dicho sistema de producción.

Hasta aquí se mostró absoluta permisividad basado en que, de alguna manera, el silencio sobre la existencia de semejante economía informal sustentaba de algún modo las “políticas de inclusión social” y reforzaban la política de subsidios que básicamente no son actualiza-dos porque en el análisis se computa el ingreso por el trabajo en los talleres y fábricas clandestinas. 

Pero también, obviamente y sobre todo en el sector de la indumentaria y el calzado no son ajenas las grandes marcas que mandan a fabricar –por cuestiones de costo- a los talleres clandestinos o informales para luego, revenderlo con etiquetas de grandes marcas. Es decir, existe “otro sistema económico, donde rigen con claridad condiciones “producción-distribución-cambio-consumo” que son ajenos a los cómputos tanto oficiales como de las grandes consultoras en materia de macroeconomía. Por éstas razones es que los análisis que desarrollan ésas consultoras parten de bases falsas al no computar la dinámica de la clandestinidad y la la marginalidad. Se refieren a una economía nacional incompleta y por lo tanto, falsa. No reivindico, como la llaman en Italia, “la sommersa”.

En Argentina, donde parece estar absolutamente prohibido decir “el rey (o reina) está desnudo/a” y se prefiere señalar y hablar loas sobre el transparente vestido del rey/reina, nadie señala que el populismo requiere generar cada vez más recursos, otorgar más concesiones y fomentar la permisividad de ésta “sommersa” a cambio de garantizar la sustentabilidad del poder.

El complejo “agroalimentario exportador” ha entregado en la última década más de u$s 230.000 millones.

Lejos de ser aplicados a la transformación y reestructuración industrial (a la sazón la única creadora de empleos legítimos y de calidad ) para posibilitar su participación en la dinámica capitalista de “revoluciones industriales permanentes” no sólo los ha dilapidado hacia la cultura del trabajo clandestino o en muchos casos del “no-trabajo” (droga, prostitución, etc) sino que, paralelamente está dejando a sus herederos, un déficit fiscal y cuasi fiscal que en las propias palabras del actual Ministro de Economía es “una bomba de tiempo”, que sólo ellos parecen poder “desarmar” pese a que han mostrado generar más sofisticación en su mecanismo de explosión.

Es por eso que nadie debería escandalizarse, ni rasgarse las vestiduras. Aducir ignorancia y denunciar el escandalo como novedad pone en evidencia de que lado de la grieta se encuentran. Tal vez “Gomorra” debería ser texto de lectura obligatoria para quienes conforman el círculo tanto del poder político, institucional y las propias ONG.



Buenos Aires, 11 de abril y 1º de mayo de 2015 

Lic. Carlos Guillermo Schwartzer

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