05 enero 2013


NO ESTAMOS ENOJADOS. ESTAMOS HASTA LOS COJONES

Lamentablemente no puedo conectar twitter con facebook, vaya uno a saber porque. Digo allí, repepitiendo la consigna de los obreros mineros españoles que ellos no esta indignados sino que están hasta los cojones de ver como se hace todo en función de salvar apenas un banco (Bankia) y se recortan los presupuestos para la educación, la seguridad social, la salud, etc.

¿Porque cito esa frase y no cualquier otra?

La coloco al frente porque muchos argentinos, entre los que me encuentro, estamos hasta los cojones ( acá se dice hasta las pelotas) de ver como se destruye de modo intencional el sistema institucional que da fundamento a la convivencia democrática.

Aspiración por la que luche, por la que ví caer compañeros, por la que perdí a a que era mi pareja con la que teníamos proyectos no solo políticos sino amorosos.

Todo eso se derrumbó.

Tal como señalé días pasados y lo vuelvo a citar "Es difícil guardar silencio. tampoco es tan fácil traicionarse a si mismo y mirar para otro lado, hacer como si la realidad pasara en otro lugar, en otra dimensión o en otro tiempo ajeno al nuestro.

¿Cuanto tiempo dura el corazón sin estallar a gritos ante la ignominia y la mentira? ¿hasta cuando resisten nuestras neuronas no responder la soberbia y la prepotencia?

¿Es posible que tiremos nuestra historia, nuestras luchas, el eterno homenaje a nuestros compañeros caídos, por la borda y continuemos nuestro andar absortos ante el sol de primavera o el tenue rayo del invierno?

Nuestra garganta reclama acción, está ya harta de nuestros silencios y prometió abandonarnos si en verdad ya no sirve para nada.

A esta altura, con éstos silencios, inmóviles, ajenos, estamos muertos".

Cuando vemos alegorías que refieren a diversas formas de fascismos (de izquierda o de derecha, da igual) no nos enojamos.

Vemos nuestro retroceso, nuestra decadencia, vemos un futuro difícil de remontar en el que seguramente se nos irá la vida (no la mía personal que vale nada sino la de varias generaciones que deberán pagar éstos dislates, éstas tropelías, estos avasallamientos a la convivencia democrática) Solo ver que la Presidenta de la Nación la encarga a un Senador nacional y a un Gobernador para que un Intendente renuncie es un hecho que nos eriza el alma. O cuando arremete contra el sistema judicial porque no responde a sus deseos y caprichos

Un millón, al menos de jóvenes que ni estudian ni trabajan y que viven en la marginalidad de las villas y los barrios más pobres del conurbano bonaerense resultan una mano de obra fácil de captar para difundir la droga y fomentar la prostitución en sus  formas más perversas.

Como señala Susana Viau en su artículo del 23/12/2012 los que ganaron la disputa fueron los nuevos barones de la droga y los organizadores de grupos para salir de "caño".

La desocupación que avanza, la incapacidad de los tradicionales punteros para que la plata de los subsidios llegue, los han hecho perder espacio y capacidad de gestión; a los "muchachos cristinistas" les importan nada. Ellos se han alzado como apósteles de la nueva política y esperan llegar a acuerdos con los nuevos dealers de la droga y los robos, secuestros, prostitución, etc para establecer una nueva redefinición del control territorial desplazando a los viejos punteros que representan a la vieja política.

Obviamente, el engendro será un fracaso, doloroso, sangriento una guerra sin cuartel.

Lo que viene  es cómo se financia la campaña electoral en el GBA y cómo y quiénes serán los responsables de la fidelización de los ciudadanos que serán “arreados” hacia la urna en el estreno del nuevo sistema electoral al que ya nos referimos oportunamente (http://www.henrykgrossman.blogspot.com.ar/2012/04/construyendo-el-fraude-electoral.html ).

Por eso, no estamos enojados. Estamos hasta los cojones por no oder disfrutar de una convivencia democrática pacífica, que no sólo nos perita comer y educarnos, sino que nos permita dar forma a un proyecto y realizarlo

Bien lo recordó Susana Viau a la semana siguiente: “Creonte rechazaba los advertencias de Tiresias porque creía que “todos los adivinos son iguales: siempre apegados a la ganancia”. Sólo al final comprendió que debía enmendar su tremendo error. Era tarde. Habían muerto su hijo Hemón y su mujer Eurídice. Sobre una montaña de desgracias, el Corifeo recordaba al público que la cordura es la base de la felicidad y una reverencia a los dioses. Y sobre todo que la altanería pierde al hombre “

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