No
puedo con mi genio.
La vida
me situó en un tiempo histórico excepcional. Estar parado en el medio de una
nueva etapa de la Revolución Industrial.
La
primera se expresó en un conjunto de "revoluciones" importantísimas
como la navegación, la reforma religiosa, la aparición de la imprenta, entre
otras. Esa etapa duró no menos de 300 años, pero a partir de allí los hechos
adquirieron un dinámica inusitada.
Apenas
50 años después de 1776 que se sitúa como el año de referencia de ésa primera
"Revolución Industrial", aparece ya una segunda oleada cuyosd rasgos
esnciales estuvieron en la química, la electricidad y ya el inicio de la
ciencia de los materiales con la aparición del acero (Convertidor
Thomas-Bessemer) a escala industrial el reemplazo de la lana por el algodón en
la indumentaria, etc. Período que nos lleva de aproximadamente 1845 a 1870 y
que concluye con la guerra de Alsaxcia Lorena motivada por la apropiación de un
recurso estratégico en aquellos tiempos: el carbón)
Los 150
años posteriores hasta nuestros días
fueron sumamente inquietos en materia de desarrollo tecnológico y
organizacional del sistema capitalista.
Pero
entrado el Siglo 21 comienzan a aparecer algunos signos del porvenir en materia
de desarrollo capitalista que no pueden ser soslayados, sobre todo para países
como Argentina, eterno proveedor de commodities de base extractiva no
renovables (minería y petróleo) o renovables si se hacen las inversiones que se
requieren para regenerar la capacidad de producción del suelo).
Así,
aunque en el mundo ya se utiliza de modo generalizado, comienza a aparecer
nuevamente la ciencia de los materiales dando un nuevo y enorme paso de
significado estratégico.
Argentina
generó una enorme expectativa alrededor del yacimiento petrolífero de tipo no
convencional denominado "área de Vaca Muerta" que incluye no sólo los
yacimientos de Neuquén sino que también los identificados en Mendoza,
La
caída del precio del petróleo y de los commodities en general (recordemos que
la soja llegó a cotizarse a u$s 650 la tonelada y hoy ronda los u$s 350/380 y
de un barril de petróleo que se estimaba en aquel entonces por arriba de los
u$s100 hoy llega a u$s 69 y se espera una tendencia a llegar a un piso de los
u$s60 por barril.
La cuestión
no es menor porque compromete, aunque se niegue, el desarrollo de uno de los
proyecto petro-energético más importantes a escala mundial y que reposicionaría
a la Argentina como un importantísimo exportador de petroleo que junto a la
minería y la producción agricolo-ganadera reestablecerían el sendero del
desarrollo económico hoy abandonado.
Sin
embargo un detalle que aporta la ciencia d los materiales no sólo es la
aparición de la nanotecnología, sino el inicio de la etapa industrial del
grafeno y de una cuestión no menor que señala hoy Palma Cané en La Nación
" la técnica aplicada por parte de los países importadores en el uso del
petróleo implica que cada vez se requieren menores unidades de petróleo por
unidad de producto.". La Nación – Suplemento de Economía – 07/12/2014)
Es
decir, el petroleo, al igual que el acero comienzan a ser reemplazados por
otros materiales en contradicción con lo que declarara un ejecutivo del Club
del Petroleo en Houston hace 3 años nada más: "Le propongo algo -dijo-.
Busque cualquier objeto del mundo. Va a comprobar que seguramente entre sus
componentes hay alguno que es un derivado del petróleo. Y si lo encuentra y no
tiene, quédese tranquilo que igual estará presente. En el proceso de
fabricación o distribución, el petróleo aparece"
Optimismo
de ejecutivo, pero no del desarrollo de las ciencias.
El petróleo
es un recurso no renovable y necesariamente ha comenzado lo que se denomina en
los estudios de "ciclo de producto" su cambio de tendencia ye inicia
su período de declinación para ser reemplazado por otros materiales que
parafraseando a Karl Marx, no tendrán "ni un átomo" de petróleo.
La
misma suerte correrá el acero, que tal como le señalé al editor de América
Latina Economía hace ya un par de años, será reemplazado por el grafeno y otros
materiales.
No es
ciencia ficción, es lo que está sucediendo en un “barrio” llamado Tierra,
mientras en ésta casa de éste “barrio”, todavía discutimos personalismos,
competimos por el narcisismo y soportamos la corrupción como modo de vida.
Es
decir, estamos, a su vez, asistiendo a una transformación organizacional de la
producción capitalista de enormes consecuencias. Las grandes corporaciones
globales llevan adelante estudios minuciosos de sus procesos productivos y
proceden para ello a DIVIDIRLO. Una
vez analizada ésta división, las corporaciones resuelven EXTERNALIZAR aquellos procesos donde detectan, por alguna razón contribuciones
marginales a la tasa de ganancia tan pequeñas o incluso negativas que
contrapesan la necesidad d mostrar resultados altamente positivos a ser
exhibidos en los balances presentados ante los principales centros financieros
del mundo.
En ése
punto, como ya señalamos en ésta red social, las grandes corporaciones
promueven las denominadas “cadenas de valor” conformadas por PYMES que se ven, grandes
inversiones y reestructuraciones internas de por medio (adecuación a normas
internacionales de calidad, ambientales, etc), en proveedoras de éstas grandes
corporaciones generando en ellas una “cultura del éxito” muy difícil y en
muchos casos imposible de soportar la más mínima advertencia sobre su
significado. Estos empresarios PYME se sienten “winners” y adquieren, como
señalamos, una suerte de soberbia que los hace tomar distancia de otros colegas
que no participan de dichas cadenas y toman distancia de las instituciones
gremiales empresarias que los representan corporativamente bajo el argumento de
que son innecesarias dado los “acuerdos” que llevan adelante.
Esta
suerte de “individualismo empresario” no les permite percibir que ésas cadenas
de valor reeditan relaciones de producción que nos retrotraen a la mita y el
yanaconazgo de la etapa colonial.
Comienza
a suceder, y tal vez el ejemplo sea el de la industria automotriz, que ante la
crisis sectorial las “terminales” dejaron libradas a su suerte a las empresas
integrantes de la “cadena de valor” que habían desarrollado mediante la no
renovación de órdenes de compra o la cancelación de las denominadas “abiertas”
o el no reconocimiento de los mayores costos de producción d las PYME
participantes obligándolas absorber pérdidas que comprometen seriamente su
supervivencia, entre otras metodologías que incluyen el “estiramiento” de los
plazos de pago, por ejemplo, y que tienen como resultado un incremento
sustantivo de los cheques rechazados y no rescatados en los plazos legales cuyo
monto promedio hace que hablemos de “cheques PYME”.
A su
vez, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de donde surgen las cifras de
desocupación, entre otras, hay un detalle destacado por Fanelli, ha crecido el
número de trabajadores que trabajan menos de 35 horas y desean trabajar más.
Este “fenómeno”
puede deberse a que muchas empresas reducen “formalmente” la jornada laboral y
pagan la diferencia de modo “no formal” asumiendo un conjunto de riesgos de
insospechadas consecuencias con lo cual reducen costos en materia de presión
tributaria y previsional.
Estas
situaciones ponen en evidencia que las denominadas “cadenas de valor” que se
presentan como oportunidades terminan sellando un pacto de vasallaje con las
grandes corporaciones.
Ahora
bien, como resultado de dinámica, algunas de las cuales no detallamos por
cuestiones de espacio, también se verifica, por otros indicadores la pérdida de
puestos de trabajo. En resumen, se verifica -perdón la redundancia- un
incremento de la marginalidad y la exclusión de insospechadas consecuencias en
materia social y de expresión política de los movimientos sociales que agrupan
a éste sector.
Sin
embargo, el desarrollo capitalista induce de modo permanente a la denominada “movilidad
social” de carácter individual y lleva adelante, de modo notorio en éstos
tiempos de “división y externalización” de los procesos productivos una
política motivacional importante denominada “emprendedorismo”.
Vista
ésta política desde los arrabales del Gran Buenos Aires, difícilmente surja
esos proyectos exitosos que suelen mostrar las publicaciones de todo tipo que
abordan la cuestión, señalando, en tanto insoslayable, la altísima tasa de
mortalidad de éstos “emprendimientos”.
Estos
conciudadanos, alentados por la dinámica de la movilidad social ascendente o
por la desesperación de la desocupación avanzan sobre un terreno extremadamente
peligroso en el cual el Estado se muestra obviamente, ausente ( en ningún caso,
y pese a existir, los Planes y programas que los acompañan no responden ni mínimamente
a la realidad).
Empecé
por lo general. Termino en lo estrictamente particular porque no puedo obviar ver
el contexto en que me encuentro pero tampoco puedo negar la etapa histórica que
me toca vivir.
Surge
entonces la pregunta: ¿Cómo compatibilizar la dinámica del desarrollo capitalista
en medio de una profunda revolución industrial y de restructuración capitalista
con las necesidades vitales de mis compañeros marginados y excluidos segregados
a las áreas marginales del Conurbano Bonaerense.
Tal vez mi cabeza no alcance para desenredar los
hilos de ésta madeja y ya no cuento con la ayuda del Chapulín Colorado y su
astuc
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